Ha pasado poco más de un mes desde que la tierra se abrió en el municipio de Puerto Escondido, zona costanera de Córdoba; las grietas han dejado de expandirse y, poco a poco, los pobladores tratan de retomar su economía, su normalidad.
Los damnificados
Se estima que las grietas atraviesan unas 100 hectáreas de tierra. Una de las viviendas afectadas es la de Leidys Sánchez.
'Esa noche ya nosotros estábamos acostados cuando sentimos el fuerte temblor, y después comenzó a llover muy duro, pese al susto, nosotros nos dormimos. Como a las 4:30 de la mañana comencé a escuchar que la tierra zumbaba, pero en ese momento nadie en mi casa me creyó', narra la mujer, desde el Centro Vida de Puerto Escondido, donde habita de manera preventiva.
Y es que desde la noche del pasado 24 de mayo, muchos habitantes de Puerto Escondido se sienten dentro de un mal sueño largo. 'La mayoría de la gente pensaba que era la brisa, pero sentían que el ruido venía de la tierra, y cuando nos despertamos, nos dimos cuenta que todo el piso estaba rajado', dijo.
Asegura que luego su casa se empezó a hundir, por lo que no tuvo más opción que dejar todo atrás y dirigirse a los albergues.
Fracturamiento del terreno
Albeiro Arrieta López, subdirector de Gestión Ambiental Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y el San Jorge, CVS, informó que el volcanismo de lodo es un fenómeno asociado a la emanación de lodos, agua y gases de difícil tratamiento y control técnico, que ocasiona inestabilidad geotécnica en un amplio sector.





















