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La Procuraduría abrió una indagación disciplinaria para determinar presuntas actuaciones irregulares por parte de los militares que “intimidaron” a la senadora Aída Quilcué mientras se desplazaba en carretera que conecta a los departamentos del Cauca y Huila.

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La Procuraduría Delegada Disciplinaria para la Fuerza Pública consideró “que si bien existe una función militar sobre el control del territorio, sus actuaciones deben encontrarse sujetas a la ley y con el respeto de las garantías y derechos humanos que amerita su labor”.

La congresista indígena, por medio de un video por las redes sociales, denunció que el viernes 15 de agosto militares en varias motocicletas persiguieron e hicieron detener la caravana en la que se desplazaba de Popayán al municipio de La Plata (Huila).

Asegura la senadora que en la vía no había ningún retén militar y a pesar de la identificación de los ocupantes y mostrar su credencial como congresista, los miembros del Ejército Nacional exigieron identificarse y descender de los vehículos.

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“Soy senadora de la República, aquí está mi credencial. ¿Por qué me siguen así?, si ustedes son los que me tienen que brindar seguridad. Yo sé cómo cuidan a los congresistas y yo siempre he sido objeto que me persigan en vez de ayudarme”, se le escucha reclamar alterada a uno de los uniformados que pertenecen al Batallón del Ejército Cacique Pigoanza.

Por su parte, el miembro de las Fuerzas Militares argumentaba la detención en la vía por motivos distintos a un acto de discriminación. Habían pitado en varias oportunidades para que los dos vehículos se detuvieran, tras pasar a alta velocidad ignorando el pare del puesto de control del Ejército.

Además, decían que les resultaba imposible saber que las dos camionetas hacían parte de una caravana oficial que transportaba a una congresista.

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Sobre la alta velocidad a la que viajaban, el personal de seguridad y la misma parlamentaria se defendieron argumentando que por la inseguridad de la zona no es responsable ir despacio, pues recordemos que por estas mismas vías fue donde el representante Julio César Triana. “Ustedes saben cuánta guerrilla hay allá arriba y cómo vamos a venir despacio. No van ustedes”, dijo.

A esto uno de los militares pidió respeto: “Mire, yo no estoy siendo grosero con usted, no sean groseros, escúcheme, no se altere”. Quilcué respondió: “Yo no soy grosera”.