Ahogada en la sangre que ha dejado más de 300 homicidios en el año, siendo un gran porcentaje ataques sicariales, Cartagena recibió el pasado 5 de octubre al ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien anunció que la inteligencia militar y la investigación serían las medidas establecidas para contrarrestar la ola de inseguridad que azota a la capital de Bolívar.
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Ese día, Velásquez, que estuvo acompañado de William Dau, alcalde de Cartagena, y Vicente Blel, gobernador de Bolívar, comunicó que volvería un mes después a la ciudad para evaluar lo que fue establecido y verificar si deben reforzar las medidas.
Treinta días después, la escena no puede ser peor. Alejandra Llorente, de 10 años, una estudiante alegre de sexto grado y promesa del patinaje bolivarense, murió luego de recibir un impacto de bala en el abdomen el pasado jueves, en hechos en los que también falleció su padre, el comerciante cordobés Jaime Antonio Llorente, de 42 años.
Dos gatilleros en moto, identificados por la Policía como alias Jhoncito y alias el Menor, fueron los responsables de abrir fuego indiscriminadamente en un semáforo en el barrio La Providencia, cerca de la Bomba del Gallo. En la Toyota blanca, de placas JHU-754, se encontraba también la hija mayor de Llorente, de 11 años, quien resultó ilesa; sin embargo, su otra hermana, la menor, de 9, fue perforada por una bala en la pierna izquierda.
El crimen volvió a derramar el vaso de una Cartagena cada día más insegura. La espiral de violencia se ha agudizado en los últimos meses. Agosto se convirtió en el mes más violento del año al registrar 38 homicidios, mientras que octubre reportó 36. Noviembre, que apenas comienza y es un mes de tradición festiva en Cartagena, arrancó con la dolorosa partida de Alejandra, una pérdida que ha golpeado igual o más fuerte que la de Sharik Villero, de 2 años, quien falleció en mayo del año pasado en medio de un ataque sicarial en La Esperanza.
Tras el crimen, la Alcaldía de Cartagena y la Policía Metropolitana anunciaron una recompensa de 100 millones de pesos a quien entregue información que permita dar con los responsables del doble asesinato, quienes, según fuentes judiciales, vivirían en los barrios Nuevo Paraíso y El Pozón.
Asimismo, el alcalde William Dau ordenó duelo distrital en memoria de quienes han perdido la vida en la ciudad por hechos violentos. Por consiguiente, se cancelaron todos los eventos de la agenda festiva programada para este viernes. Además, se pidió a las entidades ondear las banderas a media asta.
{"titulo":"Cartagena: conmoción por muerte de niña en ataque a bala contra su padre","enlace":"https://www.elheraldo.co/bolivar/cartagena-conmocion-por-muerte-de-nina-en-ataque-bala-contra-su-padre-952047"}
'Como cartagenero me duele el fallecimiento de la niña Alejandra Llorente y de su padre, extiendo un mensaje de condolencia a sus familiares y espero reunirme pronto con ellos. Haremos todo lo posible por encontrar a los responsables de este terrible acto', manifestó Dau.
En medio de la investigación, el comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, Nicolás Zapata, reveló que el comerciante asesinado no tenía antecedentes judiciales o amenazas de muerte.
'Cómo dueles Cartagena. Una pequeña acaba de morir en medio de un hecho de sicariato contra su padre, ya con este son dos casos en este año! ¿Cuándo se van a tomar acciones contundentes? ¿ Cuántos niños más deben morir en medio de esta ola de inseguridad que rodea nuestra ciudad?', lamentó la senadora Nadia Blel.
Cabe recordar que Iván Velásquez, ministro de Defensa, dijo en su momento que la ola criminal que hay en Cartagena obedece, en grandes proporciones, al actuar del Clan del Golfo.
'Hemos evaluado la situación que se presenta en la ciudad y en el departamento, y se han identificado por lo menos tres fenómenos de gravedad, sobre los que es indispensable que se realice una estrategia
para acabar con ellos, dentro de una gran variedad de problemáticas que existen en Cartagena. Esta es una ciudad que tiene un incremento del 63 % de homicidio, en comparación con el año anterior, significa que atraviesa por una situación delicada, que hay que prestarle atención', explicó Velásquez.
Tras el asesinato de Alejandra Llorente, el colegio Biffi del barrio La Providencia, donde estudiaba la menor, decidió suspender las actividades académicas. Este viernes se supone que iba a ser una jornada festiva y llena de música y arte. No fue así. La violencia volvió a llevarse un alma inocente.





















