Desde este domingo arranca en firme la nueva reglamentación sobre los plásticos de un solo uso en el país. Salen del mercado ocho tipos de estos productos, entre esos las bolsas de punto de pago, bolsas de rollo del fruver, bolsas de empaque de revistas y recibos, bolsas de lavandería, soportes plásticos de bombas y de copitos de algodón, pitillos y mezcladores.
La Ley 2232 de 2022, impulsada por el Gobierno nacional, contempla la eliminación gradual de la producción y comercialización de productos plásticos de un solo uso con una proyección a 2030. Se iniciará con ocho, pero son un total de 21 los que serán eliminados en esa transición hacia la sostenibilidad y en la mitigación de los efectos de este material al ambiente.
En ese mismo sentido, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible emitió la Resolución 0803 que establece alternativas sostenibles para el reemplazo de estos productos que salen de circulación.
“La resolución incita a los consumidores a cambiar la alternativa del uso. Hay un poder muy importante de los ciudadanos y las ciudadanas de dejar de utilizar estos elementos y empezar a pensar en un reemplazo”, aseguró Susana Muhamad, ministra de Ambiente.
La funcionaria precisó que la reglamentación define que, para permanecer en el mercado, los productos prohibidos deben presentar alternativas sostenibles enfocadas en la biodegradabilidad y compostabilidad en condiciones ambientales naturales. Por ello, destacó que actualmente existen en el país 375 negocios verdes que trabajan en el reemplazo de este tipo de materiales plásticos y su incorporación a la economía circular.
De acuerdo con Minambiente, esta nueva reglamentación aplica en todo el territorio nacional a los productores de envases y empaques, fabricantes o importadores de productos plásticos de un solo uso y a las entidades públicas y privadas.
Quedó estipulado –dentro de las medidas adoptadas a partir de este 7 de julio– que las entidades públicas no podrán adquirir plásticos de un solo uso que estén prohibidos, excepto aquellos que cumplan con las alternativas sostenibles. También deberán establecer estrategias y campañas de reducción de este material.
Además, los distribuidores de bolsas plásticas tendrán que presentar informes de avance y cierre sobre el uso racional de bolsas plásticas, detallando cómo serán recicladas en inventario.
“La fecha límite para la presentación y actualización del Plan de Gestión Ambiental de residuos de envases y empaques es el 31 de diciembre de 2024. La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) será la encargada del seguimiento y control para verificar las alternativas sostenibles con enfoque de economía circular”, puntualizó .
Son el 4 % de la industria
Daniel Mitchell, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Industrias Plásticas (Acoplásticos), sostuvo que las bolsas, pitillos y demás productos que se prohíben a partir del 7 de julio representan alrededor del 4 % de la industria trasformadora del plástico en Colombia, lo que equivale a –según dijo– entre 9.000 y 10.000 puestos de trabajo, más de 100 empresas y cerca de 60.000 toneladas de plástico por año.
Precisó que ante la entrada en vigencia de la normatividad, en la industria se ha venido trabajando en tres frentes que representan las alternativas sostenibles que la ley permite que se sigan comercializando y distribuyendo para estos productos, como son bienes fabricados con materiales plásticos reciclados, productos reutilizables o productos plásticos biodegradables o compostables.
“Para migrar hacia estas alternativas sostenibles nos hemos preparado a través del fortalecimiento en infraestructura y logística para las cadenas del reciclaje, capacitación en uso de materiales biodegradables y reciclados y mejores prácticas en eco diseño, en particular en cuanto a reutilización y reciclabilidad de los productos”, manifestó.
Por otra parte, aseguró que el principal reto ha sido no contar con la reglamentación de la ley para conocer las características y procesos para las empresas acoplarse a las alternativas sostenibles que si se les permitirá seguir distribuyendo: “Esta reglamentación llegó año y medio tarde”.
Explicó, además, que la ley está acompañada de acciones diferentes a la prohibición como alternativas de economía circular, biodegradabilidad, compostabilidad o reuso.
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Reducirá daño ambiental
Carlos Devia, profesor de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana, manifestó que la entrada en vigencia de esta normativa que saca de circulación varios tipos de plásticos permitirá reducir los impactos negativos que causan estos productos –desde su extracción, transporte, procesamiento y comercialización– al medio ambiente.
De igual manera, el experto sostuvo que eliminar estos plásticos de un solo uso se traducirá en ahorros para los compradores y, por otro lado, dinamizaría la industria de materias primas que ofrecen diversos tipos de empaques como las empresas agrícolas (maíz, algodón, fique, yuca, entre otros), ya sea para fabricar bioplásticos u otros tipos de textiles para bolsas.
“Se dinamizará la industria, se generarán nuevos empleos y particularmente todos ganaremos puesto que tendremos menos productos contaminantes en el ambiente. En el caso de la Costa, por lo que significa el mar, el río Magdalena y los arroyos, se tendrá una disminución sustancial de residuos ‘embolsados’, de bolsas y demás implementos relacionados con plásticos de un solo uso, que usualmente regresan a la Costa cuando hay mar de leva. Además, porque a Barranquilla llegan todas las bolsas y demás implementos de plástico de casi el 70 % del país, vía río Magdalena”, anotó el magíster en Desarrollo Rural.
Indicó que quedan pendientes por reglamentar otros tipos de plástico de un solo uso como bolsas de comidas para animales, empaques para abonos, contenedores y anillos de packs de bebidas.
En términos de reglamentación, precisó que queda también por abordar los recipientes con comida (lácteos, bebidas diversas) y particularmente otro material derivado del petróleo como es el poliestireno –muy usado en la alimentación– y las bolsas de plástico que se utilizan en los viveros.
Devia señaló que no es buena idea reusar los productos de plástico para convertirlos en “madera de plástico”, puesto que estos nuevos elementos seguirán generando micro y nanoplásticos, nocivos para la salud humana, flora y fauna, además que estructuralmente –dijo– no son adecuados.

Se requieren otros esfuerzos
Nelson Rangel, geólogo y docente de la Universidad del Atlántico, sostuvo que si bien esta acción legislativa representa un paso significativo hacia la sostenibilidad, es crucial que se entienda que la solución a la contaminación por plásticos no solo puede abordarse a través de medidas regulatorias.
Indicó que la ley establece una agenda ambiciosa para eliminar gradualmente ciertos plásticos, en un periodo que oscila entre los 2 y 8 años; sin embargo, dijo que la efectividad de la misma depende de manera intrínseca del desarrollo y adopción de alternativas sostenibles que aún –en su opinión– están en sus etapas emergentes.
“La legislación ciertamente fomenta la innovación y el uso de materiales reciclados; sin embargo, la transición a materiales biodegradables o completamente reciclables requiere avances tecnológicos sustanciales e inversiones financieras considerables. Además, el alcance de la ley está algo limitado por las excepciones otorgadas a ciertos usos de plásticos donde no existen alternativas viables, lo que podría diluir su impacto general”, explicó el experto.
Por otra parte, el docente de Uniatlántico manifestó que se necesita de una gestión que sea rigurosa y un sistema de monitoreo para garantizar el cumplimiento y evaluar sistemáticamente los impactos ambientales.
“Este aspecto de la ley enfatiza la necesidad de un marco robusto que no solo haga valer el cumplimiento, sino que también facilite un cambio cultural y educativo entre los consumidores y productores hacia prácticas de consumo sostenible”, apuntó Rangel.
Alternativas
La cadena de supermercados Olímpica –en cumplimiento de la normatividad– anunció el retiro de las bolsas plásticas de un solo uso de todos sus puntos de venta.
La compañía explicó a EL HERALDO que a principios del mes de julio, mucho antes de entrar en vigencia la ley, tomó la decisión de ofrecer a sus clientes alternativas ecológicas para el empaque de sus productos.
Se incluyeron bolsas de papel Kraft, resistente y reciclable; bolsa saco como una opción duradera y reutilizable; y bolsa laminada grande que permite cargar productos pesados y en grandes cantidades.
“Durante el mes de julio, los clientes que elijan comprar las bolsas reutilizables de saco y laminada acumularán 100 puntos plata y para el caso del empaque de frutas y verduras la empresa ofrecerá a sus clientes bolsas de papel sin costo adicional”, anotó la empresa.
Asimismo, la compañía indicó que estas acciones reflejan el “compromiso de la compañía con el medio ambiente, de cumplir la norma y de ofrecer alternativas cómodas a los clientes”.





















