Cuando William Ulloa sale de su casa, ubicada en el corazón del barrio Rebolo, lo único que observa es a vecinos del sector y de barrios aledaños arrojando basura al arroyo del sector, que va desde la calle 30 hasta el caño de la Auyama.
El hombre aseguró que si bien no han cambiado muchas cosas en esta zona del suroriente de la ciudad, ve una nueva oportunidad para que la gente salga adelante y tenga sentido de pertenencia a través de la construcción del Gran Malecón del Suroriente, que ya comienza a tomar forma y despertar el interés de la comunidad.
“Todos los vecinos del sector perdimos la esperanza en algún momento de que alguien viniese y arreglara la problemática del arroyo, pero estamos muy felices porque ahora podemos soñar con salir adelante ya que el alcalde nos va a entregar este gran proyecto. Ojalá puedan taparlo todo y construir esas zonas verdes y parques que se tienen planificados, porque son muchos los beneficios que van a traer”, declaró Ulloa.
De igual manera, Margarita Reales, vecina del sector, mencionó que entre las problemáticas que resuelve este proyecto es la proliferación de animales y los malos olores en este sector de la capital del Atlántico.
“El botadero de basura que hay en este lugar nos afecta a todos aquí en el barrio porque emanan malos olores y también proliferan muchos mosquitos que lo que hacen es propagar enfermedades. Tenemos mucha esperanza con que este proyecto salga adelante porque vamos a ser muy felices”, dijo.
Igualmente, Kathy Mier contó que la seguridad es uno de los aspectos a tener en cuenta para que el proyecto sea un éxito.
“El caño se presta para mucha delincuencia, es un sitio muy abandonado y siempre denunciamos que no había una forma de resolver ese problema, ahora con el Gran Malecón se da más visibilidad al sector por parte de las autoridades”, indicó.
Víctor Nassir, por su parte, señaló que la habilitación del Gran Malecón del Suroriente traerá más visitantes al barrio y le cambiará la cara.
“Todos en la comunidad queremos que el proyecto quede bien y que sea bastante visible para la gente; cuando el alcalde nos dijo que iba a realizar este proyecto nos pusimos muy contentos y ya vemos que está cumpliendo con las obras, ahora falta que la gente tenga cultura y sea garante de que la obra tenga buen desarrollo y dure muchos años”, expuso el ciudadano.
Por otro lado, Marlene Flórez, otra habitante de este sector, aseguró que la visión que tuvo el alcalde Alejandro Char sobre el suroriente de la ciudad es una de las mejores cosas que le ha pasado a Barranquilla.
“Fue muy gratificante ver cómo el alcalde vino hacia nuestro barrio en su momento y empezó a convivir con todos los niños del sector, luego nos dio la gran noticia de que haría un Gran Malecón aquí para darle recreación y sobre todo un espacio seguro para desarrollarse. Esta fue una visión que tuvo sobre nuestro barrio que nos pondrá en el mapa”, indicó.
Avance de las obras
La transformación del arroyo de Rebolo es una realidad. Durante una visita de supervisión a las obras, el alcalde Alejandro Char informó que ya llegaron las primeras vigas de acero que se instalarán en el sitio para dar paso a una placa de cubierta en concreto que tapará el arroyo.
“Estamos aquí en pleno suroriente de Barranquilla, estoy muy contento porque llegaron las primeras vigas. Nosotros nos posesionamos el 29 de diciembre en ese puentecito y ya están las vigas avanzadas para que esta tragedia –que tiene más de 60 años– llegue a su final. Con estas vigas vamos a lograr tapar de una vez por todas el arroyo, desde la calle 30 hasta el caño de la Auyama, y arriba de esa tapa un parque con mucho espacio para la gente”, aseguró.
Agregó, además, que este proyecto también responde a una necesidad expresa de los habitantes del sector: “La gente nos ha exigido seguridad y tendrán una estación de Policía, nos han exigido deportes, canchas múltiples y la tendrán, los abuelitos y las familias quieren un espacio para caminar y compartir”.
En ese sentido, el alcalde Char señaló que “este que era un sitio que todos le dábamos la espalda, que era un basurero a cielo abierto contaminante, se convertirá en un espacio para el disfrute de todas la familias.
Estoy muy contento de que en menos de siete meses llegamos a profundizar este proyecto”.
Cabe destacar que la construcción contempla la instalación de vigas que miden entre 16 y 20 metros de longitud, que pasan por un proceso de soldadura para finalmente ser galvanizadas y garantizar su durabilidad y vida útil.
