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De tres en tres, de rosado y verde, una morenita de 15 años le ‘copia’ el talento a su tía de 44. Lily Jiménez nunca había tejido en su vida, pero en tan solo un día, consiguió lo que Rosalba Ariza entrenó por cuatro meses junto a 199 mujeres del Atlántico.

'Nosotras llevamos tanto tiempo tejiendo y ella en media mañana ya terminó todo', dice Ariza, una artesana luruaquera, mientras mira el acabado de una silla tejida por las manos de su sobrina.

En San Juan de Tocagua, un corregimiento de Luruaco, basta recorrer una de sus calles de arena para percibir el arte que brota de sus mujeres. En la calle número dos, los pequeños arbustos que decoran los jardines, llevan en sus ramas flores inventadas por ellas.

De lejos, pareciera que se trata de una flora natural y exótica. De cerca, se identifican papeles de mecatos, vasos y periódicos que se convierten en falsos pétalos. Hay palitos pintados de blanco, baldes adornados para ser poteras, bolsas de colores que cruzan las viviendas, y tiras de tela que colorean los árboles.

Al llegar a la plaza, hay casi 200 sillas tejidas y terminadas. Todas son obras de las mujeres artesanas de San Juan de Tocagua que buscan generar actividad económica desde sus hogares. También, orgullosas de lo nuevo que aprendieron, están algunas mujeres de los municipios de Piojó, Juan de Acosta y Tubará.

La iniciativa.

Jesús Rico

Las coloridas sillas tejidas con hilos de plásticos son el resultado del proyecto Arte-sana que desarrolla la Gobernación del Atlántico en compañía con la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género, en cabeza de Zandra Vásquez, jefe de esta cartera.

'Yo tejía esteras con henea, pero no sabía hacer esto que hoy aprendí. La idea es poder hacer más y venderlas porque podemos buscar la forma de tener nuestro propio negocio desde casa', comentó Belcy Cantillo, una mujer de 22 años con cinco meses de embarazo.

Durante varios meses, por lo menos dos veces por semana, tres capacitadoras expertas en tejido enseñaron y perfeccionaron la técnica de 200 mujeres artesanas para que fortalecieran sus conocimientos en la confección de sillas con sello Caribe.

'Hay mucho talento en todas ustedes y estoy segura que ustedes van a sacar todo el provecho a este producto. Cuando uno tiene la creatividad en la cabeza que funcione a mil, somos artistas', le dijo Vásquez a las mujeres quienes cumplieron con el taller.

Las clases, que también incluyeron acompañamiento psicosocial para empoderar a las mujeres y prevenir la violencia de género, fueron lideradas por la reconocida diseñadora de interiores, Mónica Urquijo, quien aseguró que la idea es 'crear un catálogo para que ellas vendan sus productos'.

'Estamos recordando de qué somos capaces y creando productos muy nuestros para que sean tendencia y la gente desee tenerlos en sus casas. Yo quiero ver lo que tejen estas mujeres en los mejores hoteles, casas y restaurantes', expresó la artista.

Durante la ceremonia para las graduadas, las mujeres recibieron regalos y un certificado, además de la silla que amarraron, unieron y entrelazaron con fibras de plástico. El propósito, según indicó la primera dama del Departamento, Liliana Borrero, es que 'más adelante participen en ferias y generen ventas'.

'Estas sillas pueden usarlas en sus casas y también venderlas. La idea es que puedan ser independientes porque son trabajos que pueden hacer desde su propio territorio', destacó Borrero.

Se busca que la iniciativa se extienda también al resto de municipios del Atlántico para incentivar a cientos de mujeres a que creen su propia unidad de trabajo.

'Queremos dar independencia a esas mujeres talentosas, artistas y artesanas', concluyó la primera dama.