En una casa de barro del barrio La Bonga, en el municipio de Soledad, nació Eleana Rosales. Una niña llena de alegría y emoción que se convirtió huérfana a temprana edad y tuvo que ser criada por sus abuelos, los cuales le enseñaron que nada es impedimento para seguir el camino correcto de la vida y evitar los malos pasos.
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Aquella niña que hoy es una mujer fuerte y luchadora le gustaba pasearse por los senderos del parque principal del municipio para jugar con sus amigos y disfrutar del paso de la tarde. Sin embargo, con cada año que pasaba se daba cuenta de que menos niños iban a compartir al lugar. Muy pronto comprendió que las drogas y la delincuencia habían atrapado a sus antiguos compañeros de juego, y que tenía que hacer algo para prevenir que otros jóvenes terminarán por el mismo camino.
De esta manera, Eleana creó el proyecto ‘Happy Kids’, que se dedica a realizar actividades lúdicas y didácticas para el aprovechamiento del tiempo libre de los jóvenes. Además, fomenta charlas sobre salud mental y oportunidades de estudio para los más vulnerables.
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“Un día pasé por el viejo parque donde jugaba de pequeña y vi que ahora era la plaza principal del municipio, donde muchos jóvenes se reunían para consumir droga y hacer sus fechorías, desde ese momento me comprometí a cambiar eso porque me sentí identificada, esa pude haber sido yo; entonces, empecé este lindo proyecto que consistía en utilizar todo el aprendizaje que tenía para llevar algo a los niños. Siendo así, me dediqué a reunirlos a todos en grupo y ponerlos a hacer trabajo social limpiando espacios del municipio para que aprendieran algo sobre responsabilidad cultural y también los puse a elaborar máscaras como aprendí yo en el Sena, luego hacíamos shows y obras con las caretas que diseñaban”, dijo.
Lamentablemente, muchos jóvenes eran renuentes a este tipo de actividades, así que Eleana tuvo que buscar otros métodos como el deporte.
“Hay muchos niños que no se involucran de inmediato en el proyecto, así que para facilitar el proceso se los coloca a hacer otras actividades como fútbol y otros deportes, así fue que nació una idea mía que se llama los ‘Jóvenes Stunt’, que es para aquellos más grandecitos que tienen motos y que son capaces de practicar acrobacia en ella, lo que a muchos no les parece, pero es una forma de mantenerlos ocupados”, dijo.
La educación comienza desde casa, por eso Eleana considera que el acompañamiento de los padres al proyecto es vital para que sus hijos salgan adelante.
“Yo sigo haciendo invitación a algunos padres de familia para que le dediquen tiempo a sus hijos porque ellos se lo merecen. No hay niños de cristal que no quieran hacer nada, es una mala formación y falta de acompañamiento que acostumbra a los hijos a irse por el camino de la delincuencia. Es muy difícil cuando un niño crece en hogares disfuncionales porque no hay forma de que salga de ahí por más que uno quiera, todos los niños buscan a alguien que los escuche, entonces cuando llegan las malas influencias quizás es la única figura familiar que ellos creen que tienen”, dijo.

Una mano solidaria
La calle puede ser un lugar oscuro y solitario, sobre todo para aquellos que fueron abandonados por sus familias o que fueron consumidos por la droga. Así lo considera Eleana Rosales, quién no solo fomenta los buenos hábitos en los jóvenes, sino que también trata de acoger a la población de la tercera edad del municipio.
“Para mí es muy fuerte ver a los abuelitos que viven en la calle, siempre trato de darles comida, pasar un rato con ellos y mostrarles una buena cara del mundo. Yo considero que así como se construyen parques para los niños se deben construir hogares de paso para adultos, ese es uno de mis sueños, por eso quiero buscar apoyo de empresas y entidades para lograrlo”, comentó.
En ese sentido, Rosales consideró que le gustaría dar a conocer el proyecto en otros barrios del municipio de Soledad.
“A través del servicio a los demás crecemos como seres humanos, quiero enseñar todo lo que he aprendido y dar una mano amiga a las actividades de otros sectores de Soledad. Estamos empezando con charlas de salud mental y sobre el sentido de pertenencia que deben tener para ser parte de la sociedad que los rodea, pero también estamos haciendo actividades de refuerzo para que haya una mejor educación de los niños”, agregó.
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Por otro lado, sostuvo que no es fácil ser líder de una iniciativa que tiene un peso de responsabilidad tan grande.
“La labor diaria para hacer prevención a los niños sobre los peligros de las calles y la delincuencia es algo difícil, pero creo que ser una madre cabeza de hogar con cuatro hijos me ha ayudado bastante. Cualquier atlanticense que goce del valor de la humildad y la virtud de ser amable, cariñoso y bondadoso puede ser un buen líder y sacar adelante cualquier proyecto que ponga en alto su territorio”, afirmó.
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Actualmente, más de 50 jóvenes entre los 5 y los 18 años hacen parte del proyecto ‘Happy Kids’, en el barrio La Bonga de Soledad. Según Eleana Rosales, “algunos saldrán adelante más rápido y otros tendrán un proceso de bastante tiempo, pero ninguno de ellos es una causa perdida”.






















