Tatuajes: historias que dejan huella
Son absolutamente subjetivos. Han existido desde la antigüedad, pero su uso, aceptación y significado han variado según la cultura y la época.
El zumbido de la máquina lleva diez minutos. La aguja inyecta la tinta sobre la piel a través de pequeñas y continuas punzadas. El rostro de Nataly tiene cortos espasmos por el dolor, pero una leve sonrisa se asoma por momentos. Hoy decidió hacerse un tatuaje. Decidió tener el ‘amor’ en su espalda para siempre.
Mientras tanto, Alexánder Rodríguez, diestro tatuador de Barranquilla, habla en la recepción de su local, en la calle 88 con 47-20, sobre el significado del tatuaje y su desarrollo en la ciudad.
Lleva 24 años en el negocio y ha hecho tantos tatuajes en su vida, que ya perdió la cuenta. Explica que las personas siempre se tatúan por moda o porque quieren representar algo significativo de sus vidas. En ambos casos, advierte, es totalmente respetable.
“Crecí cerca del mundo del tatuaje sin saber que iba a ser tatuador. Mi papá, José Luis Rodríguez, fue marino de la flota mercante Gran Colombiana, desaparecida hace mucho. Fue de los primeros marinos mercantes colombianos que le dieron la vuelta al mundo y trajeron los tatuajes profesionales de Europa en sus cuerpos. El trabajo profesional del tatuaje allá tiene más de 90 años”, comenta el tatuador de barbilla velluda y sombrero de caña flecha. No tiene ningún tatuaje visible en su cuerpo a primera vista, pero lleva un único grabado tribal en la pierna izquierda.
Los tatuajes han existido desde la antigüedad, pero su uso y significado han variado según la cultura y la época. En Centroamérica los nativos tatuaban imágenes de dioses en sus cuerpos y en América del Norte creían que el tatuaje ayudaba al alma en el camino de la muerte.
‘Tatuaje 3D’ o implante.
En Grecia los médicos buscaron la forma de quitarlos porque a las personas acusadas de sacrilegios se les marcaba con estos como castigo. Lentamente se abandonó el tatuaje con la expansión del cristianismo y en Roma se dio un decreto en contra de esa actividad. Ya desde sus orígenes el tatuaje era mal visto.
Lo nuevo. “Han cambiado mucho. Aquí en la ciudad, cuando los tatuajes cogieron fama, pedían mucho 5 dibujos: los alambres de púas, delfines, rosas, el yin yang y soles rastafari. Hoy hay mucha variedad, pero se destacan las letras japonesas y árabes”, señala Alexander mientras se escuchan algunos balbucientes gemidos de Nataly.
Hoy el tatuador profesional ya no solo marca la piel con tinta. Con las nuevas tendencias la corta para hacer tatuajes por escarificación, le aplica quemaduras de tercer grado para marcar la piel con ‘branding’ y hasta la perfora para hacer implantes de joyas quirúrgicas hechas de acero.
En estos casos el procedimiento puedes costar entre 400 y más del millón de pesos, dependiendo de la cantidad y el tamaño de los objetos que se introduzcan.
En Barranquilla, entre los 8 locales formales que hay, incluyendo el área metropolitana, solo el local de Alexánder, Sandman Tatoo, hace estos tres tipos de procedimientos extremos.
El tatuaje ocular, que consiste en colorear la esclerótica (parte blanca del ojo) con tinta y antibióticos, y es la moda en Europa, nadie lo práctica en Colombia. Según los expertos, está en fase de prueba porque se desconocen los riesgos para la salud visual.
Ricardo Urrieta, tatuador de barrio, con 6 años de experiencia, asegura que lo más importante para la persona es que pueda transmitir un mensaje o despertar la curiosidad en otros con el grabado que se haga en el cuerpo, no importa de qué tipo.
Procedimiento de un tatuaje en la esclerótica del ojo.
“Cada tatuaje tiene un fin. Cada imagen, así como los hacían los antiguos guerreros y viajeros, tiene una historia que debe ser recordada”, enfatiza el joven tatuador de 29 años. De esta forma acaba de escribirse una historia en el cuerpo de Nataly. EL zumbido cesó y la tinta ya se hizo insoluble en la piel. De ahora en adelante llevará la palabra ‘amor’ en japonés en su espalda, advierte, por un único fin.
“Siempre me han gustado los tatuajes, pero decidí hacérmelo para recordar que siempre debo hacer las cosas con amor. Confieso que a veces hago las cosas de forma inadecuada y este es un símbolo de mi compromiso para ser mejor”, explica mientras se ve reflejada en el espejo.
De su tatuaje
Retirar el cubrimiento o vendas después de dos horas.
Lave con jabón antibacterial líquido o de glicerina.
Seque el tatuaje con una toalla diferente con la que seca el cuerpo.
No aplique alcohol ni ningún líquido irritante.
No es conveniente tatuar a una mujer embarazada. o en su período menstrual, ya que su sensibilidad es mayor.
