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Como un acto emotivo y significativo, familiares y descendientes de Ernesto Cortissoz, el pionero de la aviación en Colombia, se reunieron en su tumba para realizar un rezo judío, conmemorando el centenario de su muerte. La ceremonia tuvo lugar en el cementerio Universal de Barranquilla, donde yace el visionario que impulsó los primeros vuelos comerciales en el país.

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Sus familiares más cercanos, acompañados por miembros de la comunidad judía local, se congregaron en torno a su sepulcro. Con solemnidad y respeto, iniciaron la ceremonia con la lectura del Kadish, la oración tradicional judía por los difuntos.

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Nacido en Barranquilla en 1884, fue una figura fundamental en la historia de la aviación colombiana. Junto con un grupo de empresarios y visionarios, fundó la Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos (SCADTA), la primera aerolínea comercial de Colombia y una de las primeras en América Latina.

Su legado perdura no solo en los anales de la historia aeronáutica, sino también en la infraestructura y desarrollo del transporte aéreo en el país.

Jeisson Gutiérrez

Albert Lachman, presidente de la comunidad sefardita de Barranquilla, recordó la contribución fundamental de Cortissoz a la ciudad y al país, destacando su capacidad para ver el potencial de Barranquilla y el río Magdalena.

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“Ernesto Cortissoz fue un judío muy visionario que llegó a Colombia buscando desarrollo y crecimiento. Fue una persona que vio y pensó en la Barranquilla de hoy, en cómo se desarrollaría el río Magdalena y la comunicación a través de la Boca de Ceniza”.

Su nieta mayor, Beatriz Cortissoz, tomó la palabra para expresar los sentimientos de la familia. Con una profunda reflexión sobre la vida y legado de su abuelo, destacó la importancia de recordar y honrar a aquellos que han dejado huella en la historia.

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“En este momento cultural, soy la nieta mayor de la familia Cortissoz. No es la primera vez que nos reunimos, algunas de mis primas y tías ya están en su hogar en el sur, acompañando al abuelo en espíritu, y otras, por diversas razones, no están presentes. Siento que puedo expresar por ellas, y por las mayores de mis primas y hermanas, el sentimiento común de todas”.

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La nieta recordó cómo creció con la imponente imagen de su abuelo, un hombre que fue líder en muchos campos y cuya vida se truncó trágicamente. “Crecí con la imagen de un hombre importante, un líder en muchos campos, un hombre exitoso y excepcional, cuya vida se acabó muy pronto”, dijo con voz entrecortada.

“Siempre oí que murió, que perdió la vida, y esta expresión significa que perdió todo. En una expresión sensible, casi poética, perder la vida significa que se pierde y se acaba todo”.