La historia de Barranquilla se cuenta desde su virtud de hospitalidad. Reconocida como una de las ciudades más amigables con sus visitantes, ‘La Puerta de Oro de Colombia’ se abrió al mundo con único propósito, servir.
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Y es que aunque pareciese cuento de grandeza propia, la verdad es que su posición geográfica en conexión marítima y el paso obligado que representa entre Cartagena y Santa Marta, capitales respectivas de Bolívar y Magdalena, hacen de ‘La Arenosa’ el lugar perfecto para hospedarse.
Desde modestos comienzos a principios del siglo pasado, hasta convertirse en el importante destino turístico que es hoy, la historia hotelera de Barranquilla es un viaje fascinante que refleja sin duda el desarrollo de la ciudad y la región Caribe con estructuras que aún preservan su fachada original, hasta otras más modernas que encantan a quienes se hospedan en estas.
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Primeros pasos
Los primeros servicios de acomodación se brindaron a huéspedes en calidad de préstamo o alquiler sencillo de espacios de casas familiares. Sin embargo, no fue sino hasta comienzos de los años 20 que comenzó a verse este segmento de servicio como una oportunidad de negocio.
A esto también se le sumó que Barranquilla por su composición y función comercial empezó a atraer a comerciantes e interesados en hacer negocios, además de viajeros de toda Colombia que buscaban de alguna manera tener un espacio de conexión con el mar.
Es por ello, que el concepto hotelero evoluciona y se mira entonces desde el lujo como uno opción de posicionamiento de la ciudad misma, por lo que en la década de los 30’ el Hotel El Prado, reconocido como uno de los primeros hoteles de segmento de lujo en Latinoamérica, abre sus puertas en Barranquilla.
Rápidamente El Prado se convierte en un símbolo de elegancia y lujo en el país, pero a este también se le sumaron otros como el Majestic, el Génova, el Royal y el California, ubicados en el centro y norte de la ciudad, los cuales llegaron a constituir toda una cultura a nivel hotelero.
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El auge de los hoteles
En entrevista con EL HERALDO, Francisco Eversley, doctorante de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Madrid, comentó acerca de cómo una vez consolidada la industria hotelera en Barranquilla esta entra en auge.
'En su proceso de composición Barranquilla evolucionaba y desde los años 30 se marcó una época muy importante ya que fue un periodo de mucha aceleración por cuenta de las oportunidades que se daban en el territorio, sin embargo, fue hasta la década de los 50 que el auge de los hoteles se dio aquí'.
Para 1950 se marcó un período de rápido desarrollo para esta industria, ya no eran solo las casas que se adaptaban como hoteles, sino que se construyeron hoteles emblemáticos que obedecían a movimientos más modernistas.
Uno de ellos fue el Hotel Dann, que actualmente es el Barranquilla Plaza, y que era la línea de entrada del target de sofisticación de los Dann Carlton en el mundo, este último llegaría tiempo después a la ciudad para ubicarse en la zona de Buenavista.
'Hubo muchas motivaciones para que Barranquilla entrara en ese gran auge hotelero, uno de ellos evidentemente fue que se convirtió en un referente de sofisticación y hospitalidad. Además, durante este tiempo, la ciudad se convirtió en un centro de negocios y cultura, atrayendo a más visitantes'.
A propósito del apartado cultural se debe recordar que para ese momento de la historia la ciudad estaba bajo movimientos muy fuertes como el famoso ‘Grupo de Barranquilla’ que incluía expresiones literarias, musicales y de artes plásticas.
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Una nueva era
Dentro de todo el avance que representaron los hoteles para el movimiento de la ciudad también se generaron ciertas composiciones sociales, económicas y arquitectónicas que se relacionaban con una serie de desafíos a superar.
Juan Pablo Mestre, arquitecto e historiador, explicó que pese al auge de la industria llegó un momento en la que esta sufrió un quiebre por cuenta de la novedad, el segmento de lujo comenzó a crecer en otras ciudades del Caribe y la novedad pasó factura.
'Hacia las décadas de 1980 y 1990, Barranquilla enfrentó desafíos económicos y de seguridad que afectaron la industria hotelera. Sin embargo, varios hoteles históricos como el Hotel El
Prado resistieron y se sometieron a renovaciones para adaptarse a las cambiantes demandas de los viajeros'.
En este último aspecto Mestre hace un alto para señalar que los cambios no solo fueron administrativos (en medidas de tarifas de consumo), sino que se hicieron planteamientos arquitectónicos que estarían enfocados en la practicidad.
'Barranquilla es una ciudad llena de movimientos arquitectónicos y el sector de los hoteles no es la excepción, por eso en estos se encuentran versiones muy clásicas como los hoteles del centro, como el California que está en etapa de restauración y otros como El Prado que presenta condiciones mixtas'.
Sobre esto último, Juan Pablo dice que en el caso de El Prado hay habitaciones que datan de la época de los 30, es decir, cuando se inauguró el hotel, pero con el paso del tiempo y la demanda se construyeron nuevos espacios consecuentes a la línea arquitectónica del edificio inicial, pero teniendo en cuenta las necesidades modernas.
Otros de los hoteles que destaca el arquitecto e historiador es el antiguo Dann, este hotel de línea de entrada del segmento de lujo de los Dann Carlton, actualmente es el Barranquilla Plaza, un edificio que conserva dimensiones originales en estructura de bloque y se combina con un par de casas de la zona de movimiento más modernos.
Asimismo está el Hotel Doral ubicado en la calle Murillo, famoso porque hospedó a famosos como Ruben Blades y Celia Cruz en sus visitas a Barranquilla, y que arquitectónicamente es de estilo Art Deco por la forma que toman sus balcones.
'Otros de los hoteles de la época del auge y la resistencia de la industria en la ciudad es el antiguo Cadebia, actual hotel Puerta del Sol, que maneja apariencia de cubismo con corredores de aire y el Majestic, ícono de la ciudad por sus patios internos y estilo arábico'.
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Un nuevo reto
Sin lugar a dudas la reconfiguración de la ciudad y la potencialización de los espacios del Atlántico han hecho que poco a poco la industria de los hoteles vuelva a verse fortalecida en ciudad.
De hecho, Mario Muvdi, presidente de la junta directiva de Cotelco Atlántico, se refiere a esto como un avance, el cual también analiza desde el pasado.
'El sector hotelero siempre ha sido un factor importante de crecimiento y de desarrollo para cualquier región. En este caso, Barranquilla, que ha sido una ciudad muy comercial, regularmente siempre se ha manejado como una ciudad de negocios y por eso había un turismo ejecutivo muy alto, pero con el tiempo nos hemos dado cuenta que no solamente el turismo de negocio, corporativo es el que marca tendencia, está el turismo de aventura, de salud, ambiental e incluso deportivo'.
Uno de los datos que añade Muvdi a la conversación es que en la ciudad se ha pasado de una disponibilidad de 3.500 a más de 8.000 habitaciones de hoteles, además, de que siguen llegando grandes franquicias hoteleras a Barranquilla.
La historia hotelera de Barranquilla es un testimonio del espíritu emprendedor y la capacidad de adaptación de la ciudad. Desde los modestos comienzos hasta su actual posición como un importante centro turístico en Colombia, Barranquilla ha demostrado ser un lugar hospitalario para visitantes de todo el mundo.
