Las elecciones presidenciales y legislativas de 2026 en Colombia han entrado en una fase de formalización con la definición de las listas al Congreso y la consolidación de los candidatos presidenciales.
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La contienda se encamina hacia una reedición del enfrentamiento entre el petrismo y la oposición, funcionando la elección como un pulso sobre la gestión del actual gobierno.
Según los datos de la encuesta Invamer (realizada para Caracol y Blu Radio), el panorama presidencial está fuertemente polarizado, con los candidatos de los extremos acaparando la mayor intención de voto.
El candidato Iván Cepeda, y el aspirante independiente Abelardo de la Espriella (quien presentó más de 4 millones de firmas), se perfilan como los principales contendores, reflejando una división ideológica similar a la autodefinición política del electorado.
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Sin embargo, el panorama se mantiene volátil, destacando un alto porcentaje de voto en blanco y una notable dispersión de la intención de voto entre otros aspirantes. En su análisis, el periodista Daniel Valero vinculó la aprobación del presidente Gustavo Petro como un voto duro y “seguro” para el candidato del Pacto Histórico, lo que podría asegurar su paso a la segunda vuelta.
En el flanco del oficialismo, los esfuerzos se concentran en asegurar mayorías en el Congreso, consideradas esenciales para la continuidad de la agenda de gobierno. El Consejo Nacional Electoral (CNE) aprobó la solicitud de fusión del Pacto Histórico, una decisión que permite a la coalición inscribir listas unificadas para el Congreso.
La estrategia legislativa, descrita por Valero como una potencial “Operación Avispa” moderna, busca maximizar la representación a través de la presentación de múltiples listas (Pacto Histórico, Fuerza de la Paz, En Marcha), con el objetivo de que varias superen el umbral y, en conjunto, logren las mayorías que la coalición no ha tenido.
La lista cerrada del Pacto Histórico al Senado estará encabezada por la exministra Carolina Corcho, acompañada por figuras como el senador Pedro Flores (quien repite curul), Patricia Caicedo y el activista digital Wally Opina, perfil que, según el panel, refleja la mezcla de figuras políticas tradicionales y nuevas tendencias sociales del movimiento.
En la oposición, el Centro Democrático experimentó movimientos internos, aunque su líder, el expresidente Álvaro Uribe, hizo un llamado a la unificación de todo el espectro ideológico. La colectividad derechista redujo su número de precandidatas presidenciales y, en un comunicado, el exmandatario reiteró la convocatoria a un “gran acuerdo” que abarque desde el candidato Abelardo de la Espriella hasta Sergio Fajardo, con el fin de consolidar una gran coalición contra la izquierda. Aunque el exalcalde de Medellín ya armó “rancho aparte” al declinar su aspiración de participar en la interpartidistas del 8 de marzo.
Para la lista cerrada al Senado, el Centro Democrático buscará el éxito con una lista encabezada por figuras como el representante Andrés Forero y Rafael Nieto Loaiza. La lista también incluye a nuevos aspirantes, como la diputada del Cesar Claudia Margarita Zuleta y el representante Hernán Cadavid. Históricamente, la derecha ha mostrado una mayor capacidad de organización en la elección de Congreso, mientras que la contienda presidencial resulta más compleja debido al factor del ego de los distintos aspirantes.
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La consolidación de listas y las estrategias de coalición indican que el inicio formal de la carrera por 2026 estará marcado por una intensa puja por el control del Congreso, cuyos resultados serán interpretados como un termómetro clave para medir la fuerza de los candidatos presidenciales en la primera vuelta.



















