La relación entre el presidente Gustavo Petro y el expresidente Álvaro Uribe siempre ha sido de recias diferencias ideológicas a lo largo de las últimas dos décadas y media, pero una vez el actual mandatario asumió se han venido conociendo al menos cuatro encuentros entre estos líderes opositores que parecían haber encontrado un canal de divergencia adecuado. Sin embargo, esta semana arreciaron los señalamientos de lado y lado en discursos y redes sociales.
Al respecto, el analista político y catedrático de la Universidad Externado, Carlos Arias, le dijo a EL HERALDO que, en su opinión, el tema va más allá de un simple roce político.
'No encuentro un cambio de relaciones sino que el gobierno de Petro necesita abrir una nueva cortina de humo y el mejor pretexto que tiene hoy fueron las declaraciones de Uribe hace dos días en la Universidad de La Sabana, en las que en ningún momento llama al desacato o a la desobediencia de las Fuerzas Militares: lo que hace es un llamado a que cumplan con lo que dijo el mismo comandante de estas cuando señaló que el Ejército y las demás Fuerzas se deben no solo al pueblo colombiano sino a la Constitución, y la Constitución obliga a que las FF. MM. protejan a la población civil de posibles acciones violentas, y eso es lo que lamentablemente el repliegue estratégico en diferentes zonas del país está permitiendo, que los grupos armados al margen de la ley y bandas de delincuentes estén volviendo a retomar escenarios de violencia porque las FF. AA. tienen o tuvieron al parecer una instrucción de repliegue estratégico', dijo el experto.
Por ello, reitera, 'es una cortina de humo por los grandes escándalos, el fallido desarrollo de sus reformas o la intervención de las mismas, y seguramente este escalamiento de discusión no pasaría a mayores si el Gobierno no estuviera en las circunstancias en que hoy se encuentra'.
Entre tanto, la politóloga Patricia Muñoz Yi, directora de la especialización en gobierno y gestión pública territoriales de la Universidad Javeriana, comentó en EL HERALDO que 'las manifestaciones del expresidente Uribe y el acercamiento a la opinión pública a través de escenarios académicos, especialmente, muestran un interés de recuperar su papel de contradictor del presidente Petro, crítico de sus políticas en el tema y de asumir el rol de liderazgo en la oposición al gobierno'.
Señala al respecto la investigadora que esto lo hace Uribe Vélez 'a través de un tema al cual es asociado por su gestión en la Presidencia como es el de la seguridad y que hoy se coloca a la cabeza de las preocupaciones ciudadanas en el territorio nacional'.
Todo el lío empezó el martes pasado cuando en un conversatorio organizado por la Universidad de La Sabana en Bogotá, Uribe Vélez aseveró: 'Lo peor de las Fuerzas Armadas es quedarse quietas por la orden de un gobierno, mientras ese gobierno ha estimulado al ELN a que presionen con armas una constituyente. (...) No puede ser que de un lado el Gobierno esté promoviendo una lucha finalmente armada, una lucha popular finalmente armada, y de otro lado las Fuerzas Armadas se tengan que abstener de proteger a los colombianos'.
Añadió en este sentido el exmandatario que 'el Gobierno no puede impedir que las Fuerzas Armadas de Colombia protejan a los ciudadanos frente a la violencia como es su deber constitucional'.
En respuesta, Petro puso de presente los artículos 467 y 468 del Código Penal, que se refieren a los delitos de rebelión y sedición, advirtiendo que 'es delito incitar a derrocar al Gobierno y alzarse en armas contra el orden constitucional'.
Y complementó: 'El que, con propósito de cometer delito de rebelión o de sedición, sedujere personal de las Fuerzas Armadas, usurpare mando militar o policial o retuviere ilegalmente mando político, militar o policial, incurrirá en prisión de cuatro meses a dos años'.
El punible de rebelión lo cometen los que mediante el empleo de las armas pretendan derrocar al Gobierno Nacional, o suprimir o modificar el régimen constitucional o legal vigente. Y el de sedición los que mediante el empleo de las armas pretendan impedir transitoriamente el libre funcionamiento del régimen constitucional o legal vigentes.
Además, el jefe de Estado citó en sus redes sociales la Ley 1407 de 2010, del Código Penal Militar, en su artículo 96, que reza: 'Desobediencia. El que incumpla o modifique una orden legítima del servicio impartida por su respectivo superior de acuerdo con las formalidades legales, incurrirá en prisión de dos a tres años'.
Sin embargo, el expresidente y líder natural del opositor Centro Democrático, le replicó el pasado miércoles en otro auditorio de la Universidad de Eafit en Medellín: 'La Constitución ordena a las Fuerzas Armadas proteger a los ciudadanos pero no le dice al Gobierno que meta a la cárcel a quienes reclaman esa seguridad'.
Entonces Petro Urrego 'trinó' el mismo miércoles, haciendo alusión a un personaje de la novela 'Cien años de soledad', de Gabriel García Márquez, premio nobel de literatura: 'El expresidente Uribe debería aprender a hablar de paz. Lo invito. Colombia lleva dos siglos de guerras civiles y ya es bueno que sus dirigentes lleven al país hacia la ausencia de la guerra, hacia la paz. Hacer trizas la paz, una y otra vez, como los pescaditos de Aureliano, solo nos lleva al abismo. Una Colombia en paz es una potencia mundial de la vida'.
A lo que Uribe Vélez puso punto final, por ahora: 'La paz empieza cuando la ciudadanía siente tranquilidad porque hay seguridad'.
