Alejandro Llinás Suárez, el líder social de origen antioqueño, asesinado por las Bacrim en la Sierra Nevada de Santa Marta, fue sepultado en medio de la soledad. La crisis por la pandemia de la COVID-19, hizo que sus familiares no pudieran acompañarlo en el viaje final. Tres amigos, los empleados de la Funeraria Americana y una decena de policías, fueron los únicos que le dieron el último adiós en el cementerio Jardines de Jerusalén, en las afueras de la ciudad.
El aislamiento lo separó de los suyos y su entorno, pero no lo alejó de los violentos, quienes aprovecharon la ocasión para matarlo de dos disparos en la cabeza. Alejandro nació el 22 de enero de 1949 en Medellín, pero 'siempre tuvo su corazón en el Caribe', como lo aseguró una de sus hermanas.
Estudió la primaria en el colegio Biffi La Salle de Barranquilla, luego se devolvió a Medellín donde finalizó la secundaria en el Liceo Antioqueño. Se hizo ingeniero mecánico en la Escuela Naval de Cadetes de Cartagena de Indias y después viajó hacia los Estados Unidos para realizar cursos de inglés en la Universidad de Luisiana. Tuvo un hijo llamado Alejandro quien reside en Norteamérica.
Trabajó con la Flota Mercante Gran Colombia y cuando terminó sus estudios en la Armada, viajó por el mundo.
En zona de peligro
Llegó a Santa Marta en el 2013 y se residenció en la parte alta de Calabazo, a unos 5 kilómetros de la Troncal del Caribe, en la vía que conecta a Santa Marta con La Guajira, un territorio que se disputan las bandas criminales por su estratégica conexión de la Sierra Nevada con el mar Caribe.
Según su hermana, Alejandro Llinás se dedicó a ayudar al desprotegido y a defender la justicia social, aseverando que 'primero eran sus principios e ideales y que no se iba a dejar amedrentar'.
Precisamente era ella quien en las conversaciones que sostenían recurrentemente, le insistía que se fuera de la zona en donde se encontraba porque le preocupaba su seguridad.
'Hay una disputa abierta entre tres estructuras. El Clan del Golfo, la Oficina Caribe, con su brazo armado, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada, y la estructura narcotraficante de alias ‘La Silla’', explicó el antropólogo Lerber Dimás Vásquez, docente e investigador de la universidad de La Guajira y especialista en temas de violencia urbana y crimen organizado en la Sierra Nevada de Santa Marta.
El investigador manifestó que la Oficina del Caribe es la que tiene mayor fortaleza en la región, siendo los que, han dinamizado la violencia en los últimos 15 años, desde la desmovilización del Bloque Resistencia Tayrona, en el 2006.
'Hubo un tránsito hacia el conflicto. Entre 2006 y 2020 han pasado 13 estructuras criminales tipo paramilitar que han extorsionado y asesinado, que han desaparecido personas y que han hecho paros armados. Los Pachencas hacían parte de la Oficina Caribe, lideradas por alias ‘Chucho Pachenca, pero tras su muerte se reestructuró y se cambió el nombre', aseguró.
Voces de repudio
El senador Gustavo Petro, amigo personal de Llinás y a quien distinguió como un activista de la Colombia Humana, señaló que a este líder 'lo asesinaron por el interés de algunos por privatizar el Tayrona para construir grandes hoteles'.
'En su tumba silencio; en su tumba el dolor de la pérdida, pero también el amor y el canto de los pájaros a las 4:00 p.m. Sobre su tumba recuerdos, dignidad y coraje. Los violentos (esos que matan con impunidad) le quitaron la vida, le arrebataron su honra; y en el paroxismo de la infamia también pretendieron impedir que tuviera compañía en su sepelio', comentó en Facebook la activista por los derechos humanos Jennifer del Toro,
Añadió que 'Alejandro vive en las cumbres de las montañas, en los cursos de los ríos, y en nuestra sed de justicia'.
El antropólogo Lerber Dimas Vásquez comentó que su sepelio se iba a llevar a cabo el miércoles 29 de abril, pero recibieron una llamada amenazante en la que le aseguraron que 'iban a fotografiar a quienes fueran a acompañarlo'.
'Por eso se pospuso para el jueves 30 en las horas de la tarde y contó con el acompañamiento policial', anotó.
Las autoridades en Santa Marta ofrecieron una recompensa de hasta 50 millones de pesos para quien suministre la información que permita dar con la captura de los responsables del crimen de Alejandro Llinás.
Otras víctimas
En el último año han sido varios los crímenes en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Troncal del Caribe contra líderes sociales y dirigentes comunales.
En la lista figuran: la lideresa Maritza Quiroz el 5 de enero de 2019 en su casa; el guardaparques Wilton Fauder Orrego León, el 14 de enero de 2019; al director de Recursos Humanos del Grupo Daabon, Juan Carlos Pedrozo, el 11 de febrero de 2019, al presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Quebrada del Sol, Luis Joaquín Trujillo, el 30 de mayo de 2019; y la pareja de ambientalistas Natalia Jiménez y su esposo Rodrigo Monsalve, en diciembre de 2019.
En el periodo correspondido entre el 1 de enero al 2 de mayo de 2020 se han presentado 41 homicidios en Santa Marta, uno más que en el 2019 (con 40 casos), a pesar que en los últimos dos meses en el Distrito han habido restricciones de movilidad de las personas debido a la cuarentena por el coronavirus.




















