El estadio Moderno se cae a pedazos

El estadio Moderno ‘Julio Torres’, considerado la cuna del fútbol colombiano, ya que fue el primer escenario construido en nuestro país especialmente para la práctica de este deporte y por donde pasó lo más afamado del balompié nacional, se está cayendo a pedazos ante la mirada indiferente de las autoridades locales.

Ubicado en el corazón del barrio Rebolo, presenta un gran deterioro reflejo del abandono de la dirigencia de la ciudad. Este histórico escenario fue testigo de hechos gloriosos que aún son añorados por la comunidad.

Por allí pasaron figuras como Roberto Meléndez, ‘Memuerde’ García, pero también figuras más recientes como Teófilo Gutiérrez, porque aún se realizan actividades futboleras en este gramado.
El Club Deportivo Rebolo, fundado el 8 de marzo de 1951, se encuentra al frente de su administración y con los exiguos recursos que recauda con los diferentes torneos que allí se realizan, es que logra mantenerse todavía en pie.

En 1982 se hizo la última remodelación a este escenario cuando el Fesord colocó el techo de eternit a la tribuna que da a la calle 30, sembró la gramilla e instaló luminarias. Hoy sólo quedan seis láminas, ya que el techo fue desapareciendo lentamente y luego un vendaval terminó de arrasar con lo poco que quedaba. La estructura también está deteriorada y las seis torres de iluminación que tenía dejaron de funcionar.

Tiene habilitado un camerino y un baño y sólo cuenta con un banco técnico, que está ubicado detrás de la portería norte.
También fueron construidos unos apartamentos que es donde vive Jairo De León, tesorero del Club Deportivo Rebolo, con su familia, desde hace 40 años.

Su suegro, Juan De la Hoz Fábregas, fue uno de los dirigentes más aguerridos que tocó puertas para solicitar ayuda para refaccionar el estadio. Sin embargo, falleció hace seis años sin haber podido realizar su sueño.

Al interior del escenario se encuentran dos bustos de Julio Torres, uno de los mejores jugadores que tuvo el Atlántico y el país, en uno de ellos aparece de cuerpo entero. Torres era centro delantero del Juventud, (lo que hoy es Junior), uno de los equipos más importantes del Departamento, que jugaba los clásicos con el Sporting, donde la figura era Romelio Martínez.

El estadio tenía una placa conmemorativa de la visita que hizo el Rey Pelé a finales de los 60. Él quiso conocer la cuna del fútbol colombiano y por ello pidió que lo llevaran al Moderno. Sin embargo, la placa desapareció hace 12 años.

Rafael Pacheco, uno de los directivos del Club Deportivo Rebolo, dice que nadie aporta para este escenario deportivo. “Los recursos que han llegado para este estadio no se han podido utilizar y no sabemos qué destino han tenido”.

Los reboleros piden a la alcaldesa Distrital, Elsa Noguera, que mire hacia este escenario deportivo para que sea refaccionado, ya que de aquí han salido y siguen saliendo grandes figuras del fútbol.
El estadio fue construido por Julio Montes en 1923, quien era el dueño del terreno, que antes era utilizado para corrida de toros, pero él lo donó para la práctica del balompie.

Factor social. Joao Herrera, secretario de Recreación y Deportes del Distrito, reconoce que el estadio Moderno presenta un grave estado de deterioro y le faltan muchas cosas, pero afirma que el factor social es lo que más lo afecta.

Recordó que hace muchos años el Club Deportivo Rebolo hizo alianzas con las administraciones locales para manejar este escenario y tiene más de 30 años laborando y apoyando las actividades del estadio Moderno. “Sí hay participación de la Administración Distrital, pero parcialmente, y hubo una dejadez y una invasión social, hay unas familias que viven dentro del escenario y hay un problema social”.

El funcionario explicó que “cuando han querido llegar hemos tenido problemas con las personas que viven dentro de la casa y que durante mucho tiempo lo han manejado, y con la misma comunidad, que respeta mucho lo que ellos significan para este escenario”.

Herrera señaló que tiene que haber una propuesta concreta por parte del Distrito con dos acciones: primero reubicar a las personas que viven allí y buscarle un sitio para donde puedan trasladarse sin ningún tipo de presión, y reconocerle el hecho de que llevan muchos años ahí, y presentar un proyecto para recuperar la majestuosidad de ese escenario y lo que significa a nivel histórico, pero que también tenga que ver con el entorno.

“En ese sector de Rebolo se necesitan parques y zonas recreativas. La idea que tiene el Distrito es recuperar el escenario, darle un sentido comercial hacia la calle 30, con unas galerías y con zonas recreativas y cafetería en su parte interna”, aseveró.

Precisó que la alcaldesa Elsa Noguera tiene un proyecto y hace un mes se reunió con el Club Deportivo Rebolo y con la junta de Acción Comunal del barrio y les presentó el plan que contempla una inversión de $3.000 millones para el estadio Moderno, en infraestructura y en el tema social, para que el escenario sea digno y de gran beneficio comunitario. “Primero reubicamos a las personas y después invertimos. Creemos que la gente de Rebolo se lo merece porque este es el templo sagrado del fútbol”, puntualizó.

No habrá problema. Jairo De León, tesorero del Club Deportivo Rebolo, manifestó que aunque ha habido acercamientos con la Administración Distrital, que ha manifestado su intención de recuperar el estadio, aún no le han planteado la posibilidad de ser trasladado a una vivienda digna y ser indemnizado por los años que ha permanecido cuidando este escenario deportivo.

“Creo que eso no será ningún problema para que el estadio sea refaccionado, eso es lo que hemos querido siempre, que el estadio vuelva a tener la grandeza que lo ha caracterizado”, aseveró.
Manifestó que cada año el Club Deportivo Rebolo cierra el estadio por cerca de tres meses para realizar obras de mantenimiento con los recursos que logra recaudar anualmente, y que en el último año fue de 15 millones de pesos.

Además el Club mantiene al día los servicios públicos, así como el pago a las dos personas que se encargan del mantenimiento de la grama.

Por Leonor De la Cruz
leonor.delacruz@elheraldo.co