Los trabajadores de la empresa Salinas de Manaure dijeron que han entrado a un estado de asamblea permanente debido a que consideran que la gerencia de la empresa no está cumpliendo con los acuerdos que fueron recientemente pactados en la convención laboral.
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El presidente del sindicato de trabajadores Robin Ramos sostiene que ellos son consciente de que la empresa mal o bien está haciendo ventas que deben mejorar las condiciones, pero ocurre que la información y la armonía entre gerencia y sindicato se rompió porque la empresa está desarrollando labores que debía socializar con la organización tal y como quedó consagrado en la convención que fue aprobada el pasado 19 de abril, pero se niegan a compartir información de la entidad, generando desconfianza entre las partes.
El líder sindicalista sostiene que la asamblea permanente, no es otra casa diferente a una 'campanada' de alerta que se le envía a la gerencia para que no conduzca a los sindicalistas a llegar al extremo de una nueva huelga, como la desarrollada hace unos tres años donde la empresa Sama se vio afectada.
Los sindicalistas indicaron que en esta oportunidad, como ya lo han hecho en otras ocasiones, han solicitado un acompañamiento que sea efectivo por parte del Ministerio del Trabajo.
El riesgo del cierre
Ramos indicó que la gerencia y los directivos de Sama están empeñados en comercializar lo más pronto posible la sal que está cosechada y acumulada en patios que se prevé se acaba antes de que termine el 2023. Dice que los directivos y su gerente no han pensado o no han hecho una propuesta o iniciado labores para una vez la sal cosechada acabe, ya se tenga una importante cantidad del mineral en procesamiento.
'Si terminamos con la sal y no hay de donde echar mano, entonces lo más conveniente sería el cierre de la empresa o buscar un operador lo suficientemente sólido como para hacerse cargo de la empresa y ponerla a producir como ya lo había tratado de hacer la firma Big Group, quien debió salir de manera precipitada de la gerencia ante el poco apoyo de los directivos', manifestó Ramos.
Mientras se dan estas discusiones entre sindicato y gerencia hay 92 trabajadores de Sama de los cuales 53 son sindicalizados, que siguen esperando arreglo entre las partes para no tener que soportar una deuda prolongada como la desarrollada hace poco tiempo donde la planta productiva permaneció por más de 24 meses cerrada al público y autoridades.





















