Han pasado dos años y siete meses desde que ocurrió la muerte de la ciclista aficionada Andrea Soraya Rueda Arango, en medio de un aparatoso accidente de tránsito en el norte de Barranquilla.
En su momento, la versión aportada por las autoridades policiales indicó que la mujer, de 32 años de edad, había salido como de rutina en la madrugada del jueves 17 de noviembre de 2022 y hacia las 4:40 sufrió un accidente cuando se desplazaba en su bicicleta por la carrera 51B con calle 94 y fijaba ruta hacia un punto donde era esperada por otros ciclistas que integraban el Caribbean Cycling Club. La comunicadora social y especialista en mercadeo, dedicada a esa disciplina deportiva, chocó con la parte trasera de un taxi que estaba estacionado frente a un inmueble, esperando un cliente que había programado salir a esa hora.
“En declaraciones del conductor, este manifiesta estar dentro del vehículo ya que estaba esperando un pasajero, cuando siente un golpe en la parte posterior del vehículo. Se baja y es cuando observa a la ciclista tirada en la vía. Le presta los primeros auxilios, trasladándola a la Clínica Bonnadona”, registró la Policía Metropolitana de Barranquilla, en un informe preliminar.
Sin embargo, con el paso de los días, surgió otra versión a través de sus allegados y de información más precisa de la autoridad que señaló ella no fue quien chocó contra el taxi, en medio de un aparente descuido, tal y como se dijo inicialmente, sino que el vehículo de servicio público la arrolló cuando daba reversa, al parecer, en la búsqueda de la dirección de un inmueble ubicado en la zona.
En ese sentido, el informe de la Policía de Tránsito y en el registro de la Clínica Bonadonna se detalló que “se habla con …, del ente de tránsito, que manifiesta que posterior a la realización de la investigación del caso, visualizando las cámaras del lugar del accidente, que el caso se trata de un traumatismo al colisionar la paciente con un automóvil que se encontraba dando reversa”.
Al parecer, debido a la aparente acción del conductor, la ciclista no alcanzó a maniobrar su bicicleta y se chocó contra el vehículo, marca KIA Picanto, conducido por Yimi Meléndez Merlano.
Alma Soraya Arango, madre de la ciclista fallecida, pidió en aquel entonces que se hiciera justicia por el caso en el que perdió la vida su hija y reiteró que el incidente sucedió cuando “el taxi retrocedió a toda velocidad e impactó a mi hija”.
La muerte de Andrea Soraya, quien laboró en el área de comunicaciones del Centro Comercial Viva de Barranquilla, se registró en el centro asistencial Bonadonna, ese mismo 17 de noviembre, debido a las lesiones sufridas en medio del choque contra el vehículo.
Un viacrucis
Después de todo este tiempo, allegados de la mujer iniciaron a través de abogados una batalla jurídica no contra el taxista involucrado en el accidente sino contra tres centros asistenciales que, según investigaciones posteriores, no le prestaron los primeros auxilios a la ciclista afectada.
En tal sentido, EL HERALDO conoció información sobre esos minutos posteriores al accidente de Andrea Soraya y el viacrucis que vivió Yimi Meléndez Merlano, el taxista involucrado en el siniestro.
Una vez se presentó la colisión entre el taxi y la bicicleta, Meléndez Merlano montó en su vehículo a la afectada y la llevó inicialmente a la Clínica de Fracturas, el centro asistencial más cercano por ubicación con el lugar del accidente.
En este centro médico el galeno de urgencias, al parecer, cambiaba de turno y argumentó que no tenía cómo atender a la mujer porque estaba “muy grave” y le dijo al taxista que se fuera para la Clínica Altos de San Vicente.
En un segundo intento, de acuerdo con la investigación de las autoridades en salud Distrital, el taxista acudió entonces a la Clínica Altos de San Vicente. Allí el admisionista, en un acta de visita de inspección, vigilancia y control de la Secretaría de Salud de la Alcaldía de Barranquilla, le informó al taxista que ese tipo de evento “no era considerado accidente de tránsito y que era competencia de la EPS la atención de la mujer”.
Ante la respuesta, el taxista se montó en su vehículo y en el caso de la urgencia “no se evidenció el registro del paciente en mención Andrea Soraya Rueda Arango”.
Tras las dos primeras situaciones con los centros asistenciales, el taxista optó por una tercera plaza y trasladó en el mismo taxi a Andrea Soraya a la Clínica Reina Catalina.
En dicho centro asistencial quedó evidenciada la llegada del taxista ese 17 de noviembre de 2022 a las 4:49 de la mañana. Se demostró en un material gráfico que el taxista baja del taxi y le informa al vigilante que trae a una paciente mal herida, el vigilante le informa al admisionista y ella le reporta que estaban “colapsados y que no tienen donde colocar al paciente y el taxista se retira”.
En el informe de la Secretaría de Salud se lee que “se le hace énfasis a la institución que la atención inicial de urgencia debe ser prestada en forma obligatoria a todas las personas”.
Proceso judicial
En vista de todo lo que tuvieron que padecer el taxista y la víctima del accidente se inició el pleito que derivó entonces en una reciente decisión a favor de la parte demandante.
El pasado 3 de junio, el Juzgado 13 Civil del Circuito Oral de Barranquilla, en cabeza del togado Libardo León López, decidió dictar sentencia contra los centros asistenciales Clínica Altos de San Vicente SAS; Clínica Reina Catalina SAS, y Clínica de Fracturas Centro de Ortopedia y Traumatología SA, y declarar “no probadas la excepciones de mérito formuladas por los demandados” y, además, señalar “civilmente responsables de los daños causados al demandante, con ocasión de los hechos que dieron origen a este proceso”.
En esa línea, los tres centros asistenciales deberán pagar una “indemnización de perjuicios por pérdida de oportunidad” a los allegados de la comunicadora fallecida Andrea Soraya Rueda.
Por otro lado, el juez dispuso a los centros asistenciales en mención, como medida de reparación integral, que “reciban un curso de capacitación en infracción de humanidad en su planta de profesionales o cargos de urgencia y su planta de administrativos, como sanción de no repetición…Cursos de intensidad horaria no menor de 15 horas… y brindado por el Ministerio de Educación Secretaría de Educación”.
Al cierre de la providencia, el juez dejó constancia que se le concedió recurso de apelación contra la sentencia, impetrado por los apoderados judiciales, y ahora el proceso escala a la Sala de Decisión Civil-Familia del Tribunal Superior de Barranquilla.
Un grano de arena
Alma Soraya Arango Ruiz, madre de la víctima, en diálogo reciente con EL HERALDO, señaló que siempre hablará con orgullo de su hija aunque ya no esté en este plano terrenal.
Recordó que Andrea era tecnóloga trilingüe en comercio exterior y comunicadora social y periodista, especialista en mercadeo.
Frente al proceso judicial fallado a su favor reconoció que se trata de un reconocimiento ante la “actuación irresponsable de las clínicas y la indolencia del personal que le negó la atención (a Andrea Soraya) pensando en que seguramente nadie les iba a pagar. Y que las personas reciban un entrenamiento porque el manejo no fue malo sino pésimo. El juez dictó la sentencia y las declaró a las tres (clínicas) culpables, en el sentido de que omitieron el auxilio, no hicieron el triage, no prestaron los servicios”, finalizó.