Como una medida apremiante el personero municipal de Soledad, Benjamín Enrique Latorre, elevó esta semana una solicitud a la fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo, para que pusiera los ojos en esta población del área metropolitana de Barranquilla hoy con el mayor número de casos de feminicidios en todo el departamento del Atlántico durante el presente año.
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La petición consistió especialmente en que se ordene “lo más pronto posible” el traslado de una comisión de fiscales que esclarezcan los casos de las cinco mujeres que fueron asesinadas por sus parejas, en medio de aparentes conflictos dentro de los hogares. Muestra de esto es el caso de Gina Paola Rivera Toloza, la mujer de 31 años que fue reportada como desaparecida el 16 de julio y el pasado domingo 18 de agosto fue hallada enterrada en el patio de la casa de su expareja, Deiser Toloza Epalza, hoy prófugo de la justicia.
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Latorre, en entrevista con EL HERALDO, expresó que esta iniciativa se tomó por el alto número de muertes violentas, sobre todo los feminicidios, casos en los que “lo más preocupante es que muchos se han rodeado por la impunidad”.
“Además, hay otro tema que preocupa y es que en los procesos de investigación se descuida indagar desde la perspectiva de género. Eso es muy importante para acabar con esa violencia de género”, mencionó.
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Por otro lado, insistió en que había que articular interinstitucionalmente todas las organizaciones: Procuraduría, Personería, Comisaría de Familia, Fiscalía General de la Nación, Medicina Legal, “para proteger a la mujer y, sobre todo, dar con estas investigaciones judiciales”.
La exposición del personero municipal estuvo en línea con la procuradora general de la Nación, Margarita Cabello Blanco, quien el jueves anterior, desde Barranquilla, se refirió a los casos de abuso sexual de niños y niñas, incluso por sus propios progenitores, pero también insistió en la violencia de género.
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“Hay unas preocupaciones que tiene la Procuraduría sobre la necesidad de vigilar lo que está ocurriendo con las afectaciones a los menores, a las niñas, niños y adolescentes, a los femicidios y a los problemas de violencia de pareja. Nos vamos a enfocar en la ruta de atención y en eso va a estar la Fiscalía y todos los organismos del Estado”, afirmó.
Hilo de casos
Los minutos transcurridos entre las 12:30 y 12:50 de la madrugada del pasado domingo 21 de enero fueron eternos para Limcy Zulmira De Moya Villanueva y un grupo de amigos, quienes tuvieron que presenciar cómo esta fue brutalmente asesinada a manos de un hombre que apuntó un arma con dirección a su cabeza.
No vaciló, tampoco tardó en escaparse. Todos los presentes quedaron perplejos, mientras que su mente borró inmediatamente los recuerdos de la fiesta carnavalera en la que se encontraban. Los hechos se desarrollaron en la carrera 37B con calle 27C, sector de la Urbanización El Río en el municipio de Soledad.
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Aún sin muchos homicidios femeninos hasta ese entonces (cinco con el mencionado), la sorpresa fue cuando los cercanos a la víctima fatal le contaron la verdad a los agentes de la Policía. Lo que se pensó inicialmente que fue una violenta riña, terminó siendo una horrible retaliación por un episodio de celos.
Al parecer la mujer, de 39 años, era pareja de un miembro de ‘los Costeños’ que permanecía en prisión tras ser el presunto responsable de un doble asesinato en el barrio Carrizal. De Moya habría recibido varios mensajes amenazantes de WhatsApp, supuestamente por no haber asistido a una visita conyugal.
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El 19 de mayo se registró otro feminicidio que puso en alerta a las autoridades de Soledad, luego de que se reportara el hallazgo del cadáver de Mónica Berena Durán Cera, mujer de 59 años que fue encontrada amarrada de pies y manos en la habitación 210 de un motel llamado Puerta Dorada, en cercanías a la Terminal de Transportes.
Ni los testimonios de los huéspedes, vecinos del motel o videos de cámaras de seguridad han sido suficientes para dar con el paradero de “Jeremi Matías”, hombre que de acuerdo con los registros del lugar fue la última persona que estuvo en la habitación junto a la fallecida, por lo que se presume que pudo tratarse de un feminicidio.
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Uniformados a cargo de las inspecciones preliminares informaron que la víctima pudo haber sido estrangulada. “Ella solía consumir estupefacientes en la habitación”, dijeron.
Tan solo 12 días después (26 de mayo), la cifra de homicidios femeninos volvió a incrementarse tras el asesinato de Diana Rosa Julio Anaya, asesora comercial encontrada sin vida por su familia después de ser víctima de una aparente golpiza a manos de Jorge Luis Durán Durán, con quien sostenía un vínculo sentimental reciente.
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Una hija de la víctima fue la que arribó a su domicilio en la carrera 16 con calle 58, barrio Villa Aragón. “Llegamos a visitarla y al ver que no nos abrían, entonces forzamos la puerta con un gancho. Entramos y encontramos a Diana Rosa ya en el suelo. Y se veía que ella tenía varios días ahí. Estaba golpeada, la asfixiaron y desnuda”, expusieron.
En efecto, peritos del CTI de la Fiscalía notificaron que el cuerpo contaba con un surco de asfixia alrededor del cuello, un hematoma en el ojo izquierdo y un hematoma en la región bucal, al parecer, producto de dos golpes.
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El señalado Durán Durán es un viejo conocido de las autoridades, un ex convicto que tiene múltiples anotaciones judiciales en el Sistema Penal Oral y Acusatorio, incluso por el delito de homicidio. Tenía solo un par de meses de haber salido de la cárcel.
Finalmente, es importante recordar el feminicidio de Gina Paola Rivera Toloza, de 31 años, cuyo cuerpo fue encontrado en un lote del barrio Ciudad Paraíso de Soledad. Un vecino del barrio fue el encargado de alertar a los familiares, a los que les aseguró que vio con sus propios ojos cómo la mujer era supuestamente enterrada por su pareja.
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A mí me avisan que podría estar el cuerpo de mi hermana enterrada. Avisamos a la Policía para que nos acompañara, para que no se escapara el principal sospechoso. Al ver que no llegaban, nosotros (familia), de la misma desesperación decidimos ir, cuando empezamos a cavar salió el brazo de ella (Gina Paola). Nos entró un nervio y cuando lo vimos dejamos eso así y llamamos a las autoridades enseguida”, sostuvo Irene Toloza, allegada a Rivera.
Sobre las versiones que apuntan al compañero sentimental declaró que “fue la última persona que la vio el día que ella desapareció (16 de julio). Siempre la amenazaba, la acosaba hasta en su trabajo. Cada vez que ella salía de laborar, le decía que si no era para él, no era para nadie. Y siempre la perseguía. Ella varias veces nos comunicó, incluso yo le dije que le pusiera una denuncia para que no pasara a mayores”.
Justicia
Todos los casos mencionados anteriormente tienen un factor común, la falta de judicialización. Ha sido una tarea difícil para las autoridades dar con los presuntos responsables y esclarecer los hechos. Solo en un feminicidio en Soledad se dio con la aprehensión del principal sospechoso y fue en el de Paola Andrea Barreto Vargas, ocurrido el sábado 6 de abril en el barrio La Ilusión.
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En su tiempo moradores de la carrera 17 con calle 41 reportaron fuertes gritos provenientes del interior de una casa del vecindario, hasta que vieron salir a la víctima ensangrentada segundos después de ser supuestamente apuñalada por Jean Pierre Cardozo Padilla.
La sangrienta escena fue presenciada por su hijo de unos 9 años de edad, quien estaba al lado de la mujer cuando se despertó a causa del ruido. La comunidad habló de 12 puñaladas. Se dijo que la mujer alcanzó a salir con vida, pero falleció en las instalaciones del Hospital Materno Infantil.
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La persona implicada alcanzó a ser capturada y fue puesta a disposición de la Fiscalía General de la Nación.
Nace ‘Colectivo por Emergencia por Feminicidios en Atlántico’
Sobre los casos de asesinatos de mujeres en el departamento del Atlántico, autoridades y movimientos sociales advirtieron recientemente que el primer semestre de 2024 superó los casos presentados en todo 2023, pasando de 43 a 48 casos, lo que evidencia un permanente riesgo para la mujer atlanticense.
Por lo anterior, lideresas de distintas organizaciones sociales se unieron para conformar el ‘Colectivo de Articulación sobre Emergencia por Feminicidios en el Atlántico’, una iniciativa que busca que el estado cumpla su responsabilidad de proteger la vida de las mujeres.
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Este colectivo de articulación está integrado por la diputada Alejandra Moreno, presidenta de la Comisión Legal de la Mujer de la Asamblea del Atlántico; la psicóloga Ruth Pareja; la lideresa social Dubys Cantillo; la docente Aura Pareja, las abogadas Alma Mendoza y Linda Torres, entre otras lideresas.
“El Colectivo de Articulación sobre Emergencia por Feminicidios en el Atlántico nace como respuesta a la deficiente inversión en prevención, por parte del gobierno local y nacional que, a pesar de los altos índices de violencia contra la mujer en el Departamento, siguen sin priorizar este territorio, con inversiones que permitan mejorar el acceso a la justicia, fortalecer la ruta de atención, establecer un observatorio de género y un sistema de alertas tempranas”, manifestó la diputada Moreno.
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“La situación es tan grave en el Atlántico que a la violencia de género se suman altos índices de violencia intrafamiliar y la desaparición forzosa”, finalizó.
