Cayó la penumbra y el Milagroso no llegó a la orilla de la playa como siempre luego de una jornada de trabajo en alta mar. Mal presagio. Tres familias en tierra sabían que la ausencia de la tripulación era sinónimo de problemas.
'En mar abierto es incierto el destino, cualquier cosa puede pasar' dijo un pescador que ayudaba a sacar la embarcación.
Eran las 7:30 de la mañana del lunes cuando Luis Marimón Del Valle, de 40 años; Junior Rúa Dinámica, de 21 y Manuel Escorcia De la Cruz, de 65, embarcaron en la lancha el Milagroso para cumplir con su labor de pesca y llevar un plato de comida a sus hogares.