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A las 2:20 de la tarde de este viernes, luego de cinco horas de búsqueda, un equipo interdisciplinario conformado por peritos del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía y miembros de la Policía, halló el cadáver en descomposición de la joven estudiante del Sena Gabriela Andrea Romero Cabarcas, de 18 años, en una trocha del municipio de Malambo.

El hedor de un cuerpo en descomposición, tan común en el área debido a la cercanía de un matadero, no fue la alerta que les avisó a los pobladores de la presencia de una persona muerta en el lugar, pues es frecuente que estos olores causen repugnancia a los habitantes de la zona.

'No hubo señales de nada: ni de animales carroñeros sobrevolando ni olor extraño, por eso no habíamos notado algo raro', dijo un morador del sector, que está ubicado a 200 metros de la Sexta Entrada de la vía Malambo–Caracolí.

Sin embargo, los técnicos del CTI tenían indicios de dónde buscar. La tarde anterior (jueves) había sido capturado el expolicía Levith Rúa Rodríguez en un centro comercial ubicado junto al estadio Metropolitano por la presunta violación de una joven venezolana que luego denunció el hecho a las autoridades.

Rúa Rodríguez también había sido investigado por la desaparición de Gabriela Andrea, pero en ese momento no encontraron nada en su contra y se le dejó en libertad. Pero luego de la nueva denuncia, las autoridades prendieron las alarmas.

Gabriela desapareció el 24 de noviembre tras salir de su casa en el barrio Vista Hermosa de Soledad, y según las pesquisas se habría reunido con el expolicía. Después de ese encuentro, se le perdió el rastro.

En su denuncia, la venezolana informó que fue llevada por Rúa Rodríguez hasta una zona enmontada cercana a la Sexta Entrada, donde fue abusada por él.

Esta información y la llamada de un transeúnte que al pasar por la trocha descubrió el cuerpo y dio aviso a la Personería municipal, dieron inicio al operativo para hallar el cadáver.

De acuerdo con varios técnicos que participaron en el levantamiento, el cuerpo fue hallado sin cabeza, la cual se encontraba a escasos dos metros del resto del cadáver.

'Todas las hipótesis están siendo investigadas, la joven ha podido ser decapitada por la persona que la mató, pero también puede ser producto de los animales que hay en la zona, estamos cerca de un matadero', dijo un investigador que pidió no revelar su identidad.

'Es prácticamente una osamenta, por eso y por la recopilación de pruebas en el área se tardó tanto el procedimiento'.

El cadáver ingresó como N.N. a Medicina Legal, ya que se requieren pruebas de ADN y carta dental para completar la identificación. Sin embargo, un tatuaje de gato en el muslo izquierdo y una manilla fueron la clave para que sus familiares confirmaran a la Fiscalía que ella era la víctima.

'La madrina reconoció la manilla, y además tenía una media negra que puede ser del Sena y un tatuaje de gato en el muslo izquierdo', explicó un funcionario del equipo forense.

EL LEVANTAMIENTO

La cinta amarilla de ‘peligro no pase’ delimitó la zona en la que el antropólogo, perito y topógrafo hicieron el levantamiento del cadáver e identificaron algunos signos que permitieron reconocer, entre los huesos regados, rastros para esclarecer que era Gabriela Andrea.

Los familiares de la joven estudiante de Gestión Empresarial guardaron hasta el último momento la esperanza de que no se tratara de su ser querido, pero esta se desvaneció al reconocer la marca en la pierna.

Mientras esto ocurría, en el Centro de Servicios Judiciales de Barranquilla, Levith Rúa Rodríguez se presentaba a la audiencia por la presunta violación de la joven venezolana.

El expolicía no se allanó a los cargos, pero fue enviado a la cárcel por el juez del caso. En la audiencia no se estudió la desaparición y muerte de Gabriela, ya que se limitó a la denuncia por el abuso sexual a la otra víctima.

OTRO TATUAJE

Rúa Rodríguez, de 30 años, cayó en el mismo centro comercial donde citó el 24 de noviembre a la estudiante del Sena para ofrecerle un supuesto trabajo.

Allí también habría citado a la venezolana la tarde del pasado miércoles y, posteriormente, la habría obligado a subir a un vehículo hasta conducirla a la trocha de Malambo.

En el lugar, según fuentes investigativas, el expolicía descendió del carro y llevó a la víctima hasta un cambuche donde supuestamente abusó de ella.

La menor, tras el acto, logró escapar de las garras del expolicía y alcanzó a llegar hasta su domicilio en un barrio soledeño, en donde comunicó a sus padres lo ocurrido. En sus declaraciones a la Fiscalía, dijo que el abusador tenía un tatuaje en el brazo derecho con el nombre ‘Sara Valentina’. Además, señaló que tenía puesto en ese momento un 'rosario de madera' que 'nunca se quitó', ni siquiera cuando la abusaba.

SENA LAMENTA

En un comunicado de prensa, el Sena lamentó la muerte de su estudiante. 'Rechazamos enérgicamente cualquier acto de violencia en contra de los aprendices Sena y comunidad en general. Lamentamos profundamente este hecho y esperamos más garantías para ellos, así como protección de sus vidas y sus derechos'.