Barranquilla sabe a todo. Sabe a Carnaval, a alegría con coco y anís, a raspao, a mango con sal, a pescado frito con patacón y arroz de coco. Barranquilla sabe a gente pujante y valiente que trabaja por aportar cada día a una ciudad mejor. Aquí hay gran cantidad de sabores que recogen la esencia de la cultura caribe. La gastronomía de los barranquilleros es variada debido a la influencia de múltiples culturas que se han fusionado con los sabores locales, haciendo extensa y exquisita la cocina de esta tierra.
Andrés Ospina, un bogotano que visita con regularidad la ciudad, dice que “me sabe a alegría, a color, a calidez. Son sabores cargados de energía, sabores que no se encuentran en otro lugar de Colombia”.
Por su parte, Luzyineth Zambrano señala que “me encanta que esta ciudad tiene muchos sabores deliciosos. Hay variedad y sabrosura”. Un comensal que está almorzando sopa de pescado con arroz de coco, en un mesón de un restaurante ubicado en un sector de la calle 39, fue enfático en decir que para él Barranquilla sabe a todo con mejor sabor. “Aquí todo sabe más rico, la sazón es diferente”.
Las comidas y bebidas, llamadas patrimonio, hacen de los fogones curramberos unos de los más exquisitos de Colombia.
“El secreto es la cocción”, dicen los vendedores de este manjar callejero. Acompañado de bollo y limón es uno de los sabores más apetecidos.
No es extraño encontrarlas a las afueras de los colegios, universidades y en las calles de la ciudad. Carlos Méndez tiene 30 años vendiéndolas y dice que el secreto es “hacerlas con amor”.
El jugo de caña de azúcar con limón se ha vuelto una parada obligada para los transeúntes del centro de Barranquilla. En molino de caña se exprime la planta para sacar el dulce jugo refrescante.
Los jugos juegan un papel importante en la gastronomía barranquillera. Ya sea de níspero, zapote, curuba, maracuyá, mora, lulo o guineo, son ideales para acompañar cualquier comida.
De cola con leche, tamarindo, chicle o maracuyá. El raspao es un antojo infaltable en la ciudad. Refresca, quita el calor y endulza la vida, sobretodo cuando se ‘baña’ en leche condensada.
Con limón o sin él. El ‘patillazo’ se ha tomado las calles de la ciudad. El plus de esta bebida es que trae la pulpa de la fruta.
Eberto Chamorro tiene más de 35 años vendiendo jugo de naranja, limonada y avena en la carrera 43 con calle 39. Bebidas “patrimonio” en Barranquilla.
La papa rellena, la arepa de huevo, caribañolas, empanadas, arepas dulces, son propias de un desayuno currambero porque encierran la esencia del sabor caribe.
Mango con sal, manzana, fresa, pera y un sinnúmero de frutas, enmarcan el sabor de una tarde barranquillera en la terraza de una casa compartiendo con amigos.
Uno de los platos típicos barranquilleros más apetecidos son la mojarra, el lebranche, el bocachico, el pargo rojo, el sábalo, entre otros; con arroz de coco, patacón y ensalada es la combinación perfecta.
Se ha convertido en una comida rápida insignia de la ciudad. Servido con papas fritas, maíz y, sobre todo, mucha salsa tártara, enamora los paladares de propios y visitantes.
Los vendedores de arroz de lisa y de pollo se han convertido en una “salvación” para las personas que trabajan en la calle y deben comer algo rico, rápido y barato. Los carritos con grandes calderos que ruedan por la ciudad llevan sabores autóctonos que alimentan los estómagos de los hambrientos. Acompañados con huevo cocido y salchichón hacen un ‘matrimonio’ ideal.