Una selva africana tallada a mano se esconde en Galapa, un municipio del Atlántico en el que sus habitantes año tras año se convierten en hacedores de las faenas de animales que danzan en el cumbiódromo de la Vía 40 en el Carnaval de Barranquilla.
A solo 30 minutos de la capital del Atlántico el papel maché, la madera y la tela se fusionan con los colores y las costumbres indígenas ancestrales para darle vida a una tradición que para los galaperos pasa de generación en generación.
Así llegó Luis Demetrio Llanos a las máscaras. Siguiendo los pasos de su padre José Llanos, ex rey Momo y una de las leyendas vivas en cuanto a máscaras se refiere. Hoy, basado en la 'herencia viva de su padre', Luis Demetrio pretende exaltar la tradición galapera mezclándola con el arte conceptual.