El ministro de Hacienda, Germán Ávila, presentó al Congreso el nuevo proyecto de reforma tributaria, tercera del actual Gobierno, con el que aspira a recaudar $26,3 billones y garantizar “la estabilidad de las finanzas” del país.
Ávila dijo en la presentación del proyecto de ley que espera que sea discutido en paralelo con el Presupuesto General de la Nación de 2026, que incluye el dinero de la reforma tributaria, llamada ‘Ley de Financiamiento’ por la administración del presidente Gustavo Petro, criticada por su elevado nivel de gasto y un déficit fiscal superior al 7 % del PIB.
El proyecto de reforma tributaria prevé el cobro del IVA del 19 % a los juegos de azar, plataformas digitales e iglesias.
Para Evert Montero, presidente de Fecoljuegos, unos mayores impuestos a la industria traerían una reducción en las apuestas del orden de 30 %.
“Cuando se implementó el 19 % por la conmoción interior, las apuestas cayeron entre 40% y 50% tras la primera semana”, dijo Montero, quien precisó que se incrementará la ilegalidad de la industria y se reducirán las transferencias a la salud.
También propone eliminar la exención del IVA de la que gozan los turistas extranjeros en gastos de hospedaje, aunque estas personas podrán recuperarlo cuando vayan a abandonar el país.
Además, se “incrementará el IVA, que está actualmente en el 5 %, al 19 % para los vehículos híbridos” pues “en su momento se creó este beneficio tributario con la idea de estimular el proceso de transición a los vehículos eléctricos”, añadió Ávila.
La reforma también estipula que se incremente del 5 al 19 % el IVA para el vino, el aguardiente y el ron, así como para el whisky, brandy, vodka y sus concentrados.
Conforme a las disposiciones del proyecto, el impuesto sobre la venta de cervezas, sifones, mezclas de bebidas alcohólicas con no alcohólicas y refajos, estará formado por un componente ad valorem y uno específico. Por cada grado de alcoholimetría en una unidad de 330 cm3, se calculará el componente específico con una tarifa de $330.
El componente ad valorem se pagará utilizando una tasa de 30% sobre el precio de venta al público que sea validado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).
En el caso de licores, aperitivos y vinos, se establece un componente específico de $750 por grado alcoholimétrico en unidad de 750 cm3, además del ad valorem que será también de 30 %. La iniciativa indica que los ingresos suplementarios obtenidos por la subida de este tributo se utilizarán para cubrir el seguro de salud.
El área de entretenimiento también fue incluida en el proyecto de reforma, que establece el cobro del impuesto del 19 % a las boletas para conciertos y eventos deportivos cuyo coste supere los $500.000.
Dicha medida afectaría directamente al consumidor final, pero también a prestadores de expendio de comidas y bebidas, vendedores de bienes y servicios sujetos al impuesto al consumo (como las empresas que manejan la boletería de los eventos), e incluso prestadores de servicios de telefonía móvil, datos e internet.
El proyecto de ley contempla además el incremento del IVA que se cobra a los combustibles fósiles (gasolina y diésel), que pasará del 5 al 10 % a partir del 1 de enero de 2026 y se equiparará con el IVA general, del 19 %, a partir del 1 de enero de 2027.
Agrega el documento que “a partir del 1 de enero de 2027 el biocombustible de origen vegetal o animal para uso en motores diésel de producción nacional con destino a la mezcla con ACPM estará gravado a la tarifa general. 4. A partir del 1 de julio de 2026 el alcohol carburante con destino a la mezcla con gasolina para los vehículos automotores estará gravado a la tarifa general. 5. Para todos los demás combustibles derivados del petróleo y sujetos responsables de estos bienes, se aplicará la tarifa general desde el 1 de enero de 2026”.
“Seguimos en la búsqueda de desestimular el consumo de las fuertes de energías sustentadas en los productos fósiles que generan un nivel de contaminación muy alto”, añadió el ministro.
El Gobierno aclaró que ningún alimento de la canasta familiar será gravado con IVA, pero en el proyecto de ley figuran impuestos del 5 % para productos como café, avena, arroz industrial, aceites comestibles, chocolate y pastas entre otros.
Otro punto es el impuesto al carbono y la venta de contaminantes; este impuesto busca reflejar el costo ambiental del consumo energético, tomando como referencia el factor de emisión expresado en toneladas de dióxido de carbono equivalente.
Esto quiere decir según el Ministerio de Hacienda que la tarifa se fijó en $42.609 por tonelada de carbono para el siguiente año, con un ajuste anual respecto a la inflación adicionándole dos puntos porcentuales, hasta así alcanzar el valor equivalente a tres unidades de valor tributario por tonelada.
“Para llegar a pagarlo completo aún se tendrá que esperar, ya que, a partir de 2026, se cobrará 40 % del valor de la tarifa plena; el siguiente año, el valor se ubicará en 60 %; para 2028 será de 80 %; y, a partir de 2029 será la tarifa completa”, dijo el ministro de Hacienda.
Sobre esto, el ex ministro de Minas y Energía Amylkar Acosta, exclamó: “El afán fiscalista, para tapar hueco fiscal por valor de $26 billones, el Gobierno arremete contra el bolsillo de los colombianos. Al duplicar el impuesto al carbono, se incrementará el precio de los combustibles y la tarifa de los servicios de energía y gas”.
La retención en la fuente también se verá afectada porque, en caso de ser aprobada la reforma, nuevas tablas de tarifas, de hasta el 41 %, empezarán a regir en julio de 2026.
Las críticas
Según analistas, esta tercera reforma tributaria tiene pocas posibilidades de ser aprobada porque al estar el país a las puertas de un año electoral los congresistas evitarán comprometerse con iniciativas que afecten el bolsillo de los colombianos, al tiempo que critican el elevado gasto público del Gobierno central.
“No hay ambiente político en las comisiones económicas para una nueva reforma tributaria porque el Congreso le dijo al Gobierno de Gustavo Petro que no quería más presupuestos inflados. Hay que bajar el tope del presupuesto, pero el Gobierno no escucha”, dijo el representante Christian Garcés, del partido Centro Democrático.
Por su parte, la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia) hizo un llamado al Congreso para que haga “un debate responsable, franco, abierto y participativo, que incorpore las voces y preocupaciones de todos los sectores de la economía y tenga plena conciencia de las implicaciones de las decisiones que se adopten”.
“La solución a la crisis fiscal no puede ser más impuestos a las mismas empresas y ciudadanos. Colombia necesita disciplina del gasto, crecimiento e inversión para sanear las finanzas públicas de manera sostenible”, señaló Amcham.