¿Cómo fueron los primeros pasos de la boxeadora barranquillera Angie Valdés, que luchará mañana por el oro en la final del Mundial Femenino de Boxeo de la India

Angie Paola Valdés Pana aprendió que el boxeo podía ser 'una buena salida para su vida'. Lo dijo en 2016 a El HERALDO en la primera entrevista que concedió y empezaba a mostrar que tenía sangre y carácter para el combate. Se había levantado en un hogar en el que veía que la familia no paraba de crecer: las primeras cuatro hijas de sus padres, Telemina Reyes Pana y Manuel María Valdés, se llevaban dos años de diferencia. Que Manuel María se dedicaba de sol a sol a la jardinería en el norte de Barranquilla, mientras que su madre tenía una habilidad para obtener ingresos en el corregimiento La Playa, donde nació Angie.

A la matrona del hogar la recuerdan porque ponía una ponchera con pescados en la puerta y los vendía para garantizar unos pesos y ayudar a dar de comer a las cinco mujeres.

En el corregimiento La Playa la venta de drogas, la violencia, los embarazos en jóvenes, la falta de ofertas para una población juvenil, entre otras problemáticas, exponen el futuro de esta población. Y Angie, que nació un 6 de julio de 2000, lo oteaba. Desde muy pequeña sus hermanas le molestaban para sacarle una sonrisa. Le decían ‘la Muda’: habló a los cinco años y caminó a los dos, cuenta su hermana María Fernanda.

Aquella pequeña aprendió por modelamiento las habilidades de Telemina. A los 13 años vio y aprendió a tejer, cocinar; comprendió otras actividades comerciales —las ventas de artículos, hacer trenzas en cabellos de mujeres, una herencia de los afrocolombianos— como habilidades para enfrentar la realidad.

Los genes de La Guajira, donde nació Telemina aunque registrada en Barranquilla, mezclados con el ADN de Palenque, Bolívar, de Manuel María, moldearon a una adolescente con atrevimiento para expresar lo que perseguía. Comenzó en el atletismo en la Liga de Atletismo del Atlántico y con características que mostraban velocidad y potencia.

Tiene un físico privilegiado y un carácter que puede confundirse porque es la mezcla perfecta de Telemina (fallecida en 2020) y Manuel María. Su piel morena, cabello afro y la fuerza es la de su papá. Los labios gruesos y los ojos achinados son de su mamá. 'De ella aprendió que siempre tiene que ser positiva, buscar soluciones y con mucha disciplina', precisa María Fernanda Valdés. 'Por eso está consiguiendo lo que se propone'.

Ese gusto por el deporte lo despertó desde 2013, cuando Angie aparecía por el gimnasio del club de boxeo La Playa, donde entrenaba Luis Villarreal. Angie acompañaba a su hermana Patricia, quien fue de las primeras mujeres que representaron al corregimiento en campeonatos nacionales aficionados.

Luis Villarreal la miraba de reojo, porque tiraba golpes de jab y recto. El atletismo lo mostraba dentro del gimnasio corriendo, y un día caminando por el sector, su hermana ya se había alejado del boxeo, se encontró a Villareal y le dijo:

-Sé que mi hermana no siguió en el boxeo y no cree, le propongo que si usted ve que yo le falto a los entrenamientos con disciplina y no le cumplo en los horarios, no me entrena.

Villarreal le puso el reto de una hora para entrenar. Y unas semanas después, cuando el entrenador cerraba el gimnasio, llegó corriendo Angie. 'Mira quien vino Titi', le dijo Villarreal a su asistente y yerno, Juan Carlos Soto. 'Atiéndela tú'.

Días después, Villarreal le propuso a Luis Gastelbondo, amigo entrenador, enfrentar a Angie con otra niña de 40 peleas aficionadas. Angie se presentó lacerada por una caída en brazos y espalda. 'Si tú le ganas a Angie, te doy 50 mil pesos' le desafió Luis a la pupila de Gastelbondo. Angie mostró un espíritu de guerrera que sorprendió.

'Luis, te digo que como peleó esa niña, así con raspones, si la sigues entrenando, será tu primera campeona del mundo estilo olímpico', dijo Gastelbondo. Nueve años después de entrenar con Luis Villarreal en Barranquilla, cuando no está concentrada con la selección, su mayor agradecimiento es llamarlo 'papá'.

Valdés, que buscará que se cumpla ese pronóstico de Gastelbondo, tiene otro padre en el boxeo: Pedro Acosta, comunicador social, edil y líder en La Playa. Villarreal le presentó Angie a Acosta con 14 años de edad en el programa Boxeo al Parque, de la Alcaldía de Barranquilla en 2010. Desde ese día que vio su talento, técnica y exhibición, Pedro Acosta asistió al bautizo de la pugilista.

Con el ascenso de Angie Paola y su presencia en campeonatos de la Federación Colombiana de Boxeo, esta mujer de 22 años se atrevió a llamarle 'padrino' a Pedro Acosta. Valdés cuando habla del edil lo define como la persona que le ha dado espaldarazos. Fue él quien le dio sus primeras botas profesionales, la pechera para proteger senos, vitaminas, elementos de aseo personal y aún recibe vestuario o zapatos para entrenar.

Pedro Acosta fue quien convenció a Angie de que debía terminar su bachillerato y ahora en medio de las victorias del Mundial de Boxeo Femenino le escribió y le recordó que puede estudiar un pregrado.

A la boxeadora no le ha temblado la voz para expresar a los funcionarios públicos de los entes deportivos y la Liga de Boxeo del Atlántico que ella es la que se sube a un ring, que es la que se expone a los golpes, que es la que gana las medallas y que algunas promesas no le han cumplido, asegura que por esto le han señalado de 'grosera'. 'Es que no me gusta la injusticia', dice.

Pedro Acosta sigue al pie y agrega que Angie está donde está por sus méritos. 'La hemos ayudado con mucha sinceridad, sin nada a cambio y porque es una mujer responsable, disciplinada, que quiere sacar a su familia adelante. Esto es lo que me encanta de ella desde que la conocí'.