Johan Arango se toma un segundo aire en el Once Caldas. El delantero vallecaucano asegura que en el ‘Blanco Blanco’ ha encontrado la estabilidad futbolística y emocional que tanto necesitaba, de la mano de un técnico experimentado como Francisco Maturana.
'Me trata como un hijo, me aconseja, me brinda herramientas para ser mejor cada día', dice con emoción.
En su paso por Barranquilla, Arango dialogó con EL HERALDO de su presente en el equipo albo, del eco que produce su conducta fuera de las canchas y de su fugaz paso por los entrenamientos del Junior, cuando su hermano Paulo César se vistió de rojiblanco.
Pregunta: ¿Cómo analiza su presente en el Once Caldas?
Pregunta: ¿Qué significa para usted este nuevo paso, luego de todas las experiencias positivas y negativas vividas en el pasado?
Pregunta: ¿Considera que se habla mucho de Johan Arango en lo extra futbolístico?
Pregunta: ¿Esta situación lo aburre?
Pregunta: ¿Qué le dice a la gente que lo considera a usted un jugador indisciplinado?
Pregunta: ¿Se considera un jugador indisciplinado?
Pregunta: ¿El tener a un técnico como Francisco Maturana al frente le ha ayudado a recuperar esa estabilidad emocional?
Pregunta: Recuerdo que cuando su hermano Paulo César estuvo en Junior, usted entrenaba de vez en cuando con el equipo, con permiso del técnico Umaña. ¿Qué recuerda de esa época?
Pregunta: Y quién iba a pensar que ese muchacho llegaría al profesionalismo y se destacaría…
Pregunta: ¿Quién terminó siendo mejor, Paulo César o usted?
Pregunta: ¿Su hermano le aconseja algo respecto a su comportamiento?
Pregunta: ¿Qué opina del Junior actual?

























