Preservar los manglares es el regalo más grande que se le puede hacer a un territorio costero por sus múltiples beneficios, entre los que se encuentra la protección a desastres naturales. Es por eso que en el marco del Día Internacional para la Conservación del Ecosistema de Manglar hacemos un recorrido por las acciones que ha llevado a cabo la Alcaldía de Barranquilla para cuidar las especies en la ciudad, que principalmente se encuentran en la ciénaga de Mallorquín.
De acuerdo con los estudios realizados por Barranquilla Verde y la Universidad del Atlántico, en la ciénaga se pueden encontrar cuatro especies de manglar de las cinco existentes: rojo, negro, amarillo y zaragoza, los cuales se han convertido a lo largo de los años en el hogar de miles de aves migratorias, peces, crustáceos, moluscos, entre otras especies.

Entendiendo la importancia de este ecosistema, la Administración distrital ha ejecutado en varios componentes el macroproyecto ‘Recuperación Integral de la Ciénaga de Mallorquín’, el cual consta de un proceso de restauración ecológica con programas de educación ambiental, actividades de monitoreo, revegetación, caracterización y monitoreo de la fauna asociada al manglar.
Además, se ha realizado la limpieza de tres box culverts que comunican la ciénaga con el río Magdalena, los cuales permiten el paso de agua dulce a la ciénaga de Mallorquín. Del mismo modo, se implementó la descontaminación del agua con soluciones basadas en la naturaleza a través de microalgas cultivadas y proceso de ficorremediación, en un proyecto conjunto con la Corporación Autónoma del Atlántico, CRA.

Revegetación
Desde el 2018 se inició un plan de revegetación por medio del cual se ha logrado la siembra de 62.000 plántulas con apoyo de las asociaciones de pescadores del barrio Las Flores y del corregimiento La Playa, quienes fueron previamente capacitados. Estas parcelas han estado bajo constante monitoreo, arrojando resultados positivos de adaptación.
Para Juan Camilo Restrepo, profesor del departamento de Física y Geociencias y director del Instituto de Desarrollo Sostenible de la Universidad del Norte, los manglares constituyen uno de los ecosistemas más productivos del planeta ya que se convierten en sumideros y captadores de carbono, por lo que juegan un papel esencial en los ciclos biogeoquímicos.

A pesar de la influencia humana y de las presiones de toda índole que actúan sobre la ciénaga de Mallorquín, el trabajo de la Alcaldía ha permitido que el manglar aún conserve una estructura relevante y valores de complejidad ecológica que garantizan su permanencia en el tiempo.
El académico Juan Camilo Restrepo resaltó las acciones que se han tomado: la iniciativa que ha venido implementando Barranquilla en los últimos años es altamente destacable. Barranquilla es la única gran ciudad de Colombia que tiene dentro de sus ejes y proyectos prioritarios la preservación de un ecosistema estratégico y -en ese contexto- las demás ciudades deberían emularlo, no solo porque es un tema prioritario, sino porque se desprenden muchas implicaciones en contextos ambientales, sociales, comunitarios y de gestión del riesgo”.

Sin duda, Barranquilla hoy es una ciudad que entiende la importancia de preservar el medioambiente y aprovecha este recurso para impulsar su componente social, la economía, turismo y demás sectores a través del ecoturismo.



















