“Los espíritus me dicen que está en un socavón”: mamá de Maximiliano
Sandra Caro, madre del menor desaparecido en Antioquia hace más de un mes, pertenece a la tribu satánica "Los Carneros".
Maximiliano Tabares Caro, de 6 años, se encuentra desaparecido hace poco más de un mes y los testimonios alrededor de su desaparición tienen conmocionado al país. Seis familiares, incluídos la mamá y padrastro del menor, fueron capturados como sospechosos del hecho, quienes revelaron ser parte de una tribu satánica para buscar "huacas de oro".
Este domingo, el periodista César Chaparro relató a Blu Radio los acontecimientos en torno al hecho escabroso de la desaparición del menor Maximiliano en el que, se presume, la abuela tiene información sobre el paradero del menor. Las autoridades están a la espera de su colaboración.
Por su parte, la madre del menor, Sandra Caro, reveló a las autoridades información desgarradora sobre el paradero de Maximiliano.
La mujer dijo que “los espíritus que ella sigue lo tienen en un socavón” y con esta respuesta arranca la audiencia de legalización de captura de ella, del padrastro del menor y la abuela.
Esta es una tribu que se hace llamar ‘Los Carneros’ y que las autoridades la tenían como una red de estafadores que prometían ubicar caletas de oro y dinero y a recuperar propiedades”, indicó el periodista Chaparro sobre las declaraciones de la madre del desaparecido.
Asimismo, las autoridades revelaron que en todo el entramado del caso aparece un hombre al que le llaman ‘Orejas’, el médium que contactó el líder de la tribu satánica que sería el padrastro del menor. El médium les dijo a los integrantes de la tribu, y familia del menor, que al pequeño se le había metido un espíritu y que este no permitía que hallaran una huaca y los tesoros de la casa.
Acto seguido, los hombres proponen torturar al niño para sacarle el supuesto espíritu y la mamá habría accedido a hacerlo en la casa de la abuela materna del pequeño.
Algunos vecinos aseguraron que vieron a Sandra quemar pertenencias de Maximiliano seis días después de su desaparición.
"Ella salió detrás del hueco y sacó una bolsa muy pequeña, pero se veía que tenía ropa del niño, como pañitos ensangrados o algodones. Luego se fue para atrás del patio, entonces, le dijeron que en el patio no. Se fue detrás del lavadero, allá le echó alcohol y lo prendió otra vez”, señaló una persona que vive en el sector.
También, un testigo de la tribu que no quiso participar en la tortura del pequeño, fue pieza clave para las autoridades que continúan armando el rompecabezas de su desaparición.
Aunque la hipótesis más fuerte de la Policía es que el pequeño se encuentra muerto, no pierden las esperanzas y continúan con el operativo para encontrarlo.
