Las investigaciones del atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay han destapado una red criminal que operaba desde una barbería en el barrio El Muelle, en Engativá, a pocas cuadras del aeropuerto El Dorado.
Elder José Arteaga Hernández, conocido como “El Costeño” o “Chipi”, utilizó durante dos años su trabajo como barbero como fachada para manejar negocios de microtráfico en esta zona popular de Bogotá. Desde allí habría coordinado el plan para atentar contra la vida del político del Centro Democrático.
El barrio El Muelle se convirtió en el epicentro de la operación criminal. En esta zona de aproximadamente 15 cuadras, llena de locales comerciales, bodegas, talleres mecánicos y casas reformadas convertidas en apartamentos, confluían tanto “El Costeño” como el sicario menor de edad contratado para ejecutar el atentado.
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Las autoridades han establecido que el adolescente de apenas 15 años vivía en una casa de dos pisos, con fachada gris y puertas negras, ubicada en la misma zona donde operaba la barbería. Las imágenes de seguridad captaron el momento en que el menor salió de su vivienda horas antes del crimen, vestido con una gorra roja, chaqueta negra con capucha y jeans con parches.
Según las investigaciones, “El Costeño” no actuaba solo. Las indagaciones apuntan a que recibía órdenes directas de “El Gancho del Centro” o “Mosco”, considerado uno de los señores del microtráfico en Bogotá. A su vez, “El Costeño” coordinaba con “El Viejo”, identificado como el jefe de la olla de Engativá ubicada en El Muelle.
Fue “El Costeño” quien reclutó a Carlos Eduardo Mora, conductor del Chevrolet Spark gris utilizado para transportar a los implicados durante la planeación del atentado. También coordinó con Katherine Andrea Martínez, alias “Andrea”, quien se encargó de entregar el arma al menor sicario.
Según la declaración de alias “Andrea”, capturada en Florencia, Caquetá, el menor estaba “muy eufórico, acelerado, como contento” y decía: “Lo vamos a hacer real, le voy a pegar, le voy a pegar todos los tiros en la cabeza”.
“Elder le dice al muchacho que no fuera a oprimir nada, porque ya se le había programado (el arma) para que disparara seguido, no tiro a tiro, sino seguido, como en ráfaga”, revela el testimonio obtenido por Semana.
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El plan se ejecutó en el tradicional barrio Modelia, en el occidente de Bogotá, donde el menor atacó a Miguel Uribe Turbay con una pistola Glock programada para disparar en ráfaga.
Las autoridades han ido capturando uno a uno a los autores materiales del atentado: el menor sicario, alias “Andrea”, alias “El Hermano” (quien sacó del lugar a “El Costeño”), y el conductor del vehículo utilizado en la planeación.
La investigación ha revelado que todos los implicados tienen vínculos que los conectan con Florencia, capital de Caquetá. Según aseguró la revista Semana fuentes de la Fiscalía aseguran que la orden de asesinar a Miguel Uribe Turbay habría venido de las disidencias de las FARC de la Segunda Marquetalia, comandadas por Iván Márquez.