Muerte y estigmatización, el drama de los líderes Lgbtiq+ en la Costa

La historia sigue repitiéndose. En los años 2.000, en los barrios de Santa Marta, el Bloque Norte de las Autodefensas de Colombia (AUC), que era liderado por Hernán Giraldo, les ponía una ‘lápida’ a todos los 'maricas' que habían en la capital del Magdalena. Los amenazaban de muerte a través de panfletos, en donde también declaraban objetivos de guerra a ‘marihuaneros’ y rockeros. Aquel horror no pudo ser detenido y se llevó a cientos de personas que el grupo ilegal consideraba diferentes.

Hoy en día, en pleno 2023, bajo el proyecto de Paz Total del Gobierno, la situación sigue siendo igual. Solo cambió uno de los actores. Ahora es el Clan del Golfo, la organización criminal más poderosa del país, la que siembra el miedo en todas las poblaciones del país, especialmente en la región Caribe. Uno de los golpes más mediáticos e indignantes de las AGC en las últimas semanas fue el asesinato de la lideresa social transgénero Dania Sharit Polo, en El Carmen de Bolívar.

La reconocida defensora, quien hacía parte del tercer sujeto de reparación colectiva LGBTI en el país y había entregado testimonio ante la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), falleció producto de las graves heridas el 12 de mayo en una clínica de Sincelejo.

Su muerte estaba cantada. El Clan del Golfo ya había puesto precio por su cabeza desde mediados de marzo cuando empezó a circular panfletos amenazantes contra miembros de la comunidad Lgbti de la población. Inclusive, días antes del atentado, desconocidos habían incendiado la vivienda de otro integrante del colectivo.

'Es un feminicidio donde el Estado tiene una responsabilidad estructural porque en la Navidad del año pasado, una alerta temprana, la 033 de la Defensoría del Pueblo, ya había advertido el grave riesgo que tienen en los Montes de María las lideresas trans', aseguró Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo.

De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, en lo corrido del 2022, se acompañaron 31 casos de amenazas contra ejercicios de liderazgo de personas OSIGD-LGBTI, 16 de los cuales se dirigieron en contra de personas transgénero, siendo las mujeres las principales víctimas.

Los casos reportados contra liderazgos LGBTI se presentaron en Cundinamarca y Bogotá, con 4 hechos respectivamente, seguidos de Boyacá, Bolívar, Cauca, Magdalena, Magdalena Medio con 3 hechos cada uno; Choco, Quindío y Norte de Santander con 2 hechos cada uno, y Valle del Cauca y Meta con un hecho cada uno. Sin embargo, el subregistro es mucho más extenso debido a que las víctimas evitan denunciar por temor a represalias.

'(…) se encontraron múltiples barreras para su atención, entre ellas, desinformación sobre los derechos y falta de articulación con los otros actores de la ruta de protección, como Policía y entidades territoriales, lo que deja a las personas que solicitan protección desamparadas, ya que nadie asume sus competencias', se lee en un informe de la entidad llamado Una radiografía del prejuicio.

Los números son preocupantes. Tan solo durante el año 2022, la Delegada para la Orientación y Asesoría a las Víctimas del Conflicto Armado Interno realizó 199 orientaciones a personas LGBTI. En este sentido, el mayor hecho victimizante es el de desplazamiento forzado con 407 orientaciones, seguido de amenazas con 223, y 87 casos de violencia sexual y reproductiva.

De esas asesorías, 27 se realizaron con líderes o lideresas sociales LGBTI.

'La verdad es que uno se siente frustrada, impotente, sola. La Costa es muy machista y entonces… Si de por sí hay desprecio por la orientación sexual, por ser transgénero, imagina lo feo que debe ser eso y además lideresa social en los Montes de María. Es el doble de rechazo sin contar los malos tratos en los sistemas de salud y educación. No hay seguridad. La Defensoría se pronuncia, pero nada cambia. Los grupos armados siguen estigmatizando. Hasta la misma ciudadanía lo hace. Es duro. Da terror la verdad denunciar porque eso es quedarse más sola y más amenazada', contó Daniela, una integrante de la comunidad Lgbti de los Montes de María

En el sur de Bolívar, un territorio históricamente codiciado por los grupos ilegales, el Clan del Golfo, Los Venecos y el ELN logran rentas a través del narcotráfico y la minería ilegales, pero –además- ejercen un doloroso control social en todos los aspectos, afectando brutalmente a los miembros de la comunidad Lgbt.

'Para ello, acuden a las amenazas directas e indirectas, provocan desplazamientos o atentan contra su vida o bienes. En algunos municipios acuden a bandas delincuenciales locales para que ejecuten las acciones, lo que dificulta a las autoridades establecer un vínculo directo con esa estructura delincuencial', explicó Carlos Camargo, defensor del Pueblo.

'Esta vulnerabilidad vuelve susceptibles a las organizaciones sociales y de DD.HH. dejándolas expuestas a intereses externos y potencializando las fracturas de estos tejidos sociales ya altamente golpeados por el conflicto armado, la pobreza, el racismo, la estigmatización, la desigualdad, las dificultades para la participación política y en la toma de las decisiones sobre las políticas públicas, así como la reconfiguración de las violencias armadas', explicó la Defensoría.

Estos hechos violentos, según coletivos Lgbtiq+, se han generado en territorios donde se ha recrudecido la situación de orden público como los territorios pdet, los Montes de María, el sur de Bolívar, el sur de Córdoba, el norte del Cauca, pero que también se ha instaurado en las principales capitales del país.

Más allá de los pronunciamientos de los órganos control, lo cierto es que poco o nada ha cambiado en los Montes de María con respecto a la situación en mención. Tras el asesinato de Dania, muchos de sus amigos sienten miedo de emitir cualquier pronunciamiento. El silencio reina y no hay Estado que lo cambie. 'La verdad estoy muy caliente (en riesgo) ahora para hablar de esas cosas', explicó un líder de la Costa a EL HERALDO.

En total, en 2022, fueron registrados 394 casos de violencia por prejuicio, de los cuales 238 fueron por violencia contra personas transgénero, 61 contra mujeres lesbianas, 123 contra hombres gais y 21 contra personas bisexuales. En este sentido, las violencias registradas fueron psicológica, con 211 casos; física, con 93; violencia intrafamiliar, con 52; violencia sexual, con 27, y fueron acompañados 34 casos de personas migrantes.

Por otro lado, de acuerdo con Indepaz, hasta el 18 de mayo el número de líderes sociales asesinados en el país asciende a 66.