El Heraldo
Jorge Eliécer Julio Ramírez, de 52 años, murió el 22 de septiembre. Archivo particular
Judicial

En velorio, sacan cuerpo de ataúd y lo sientan sobre una mecedora a la espera de que "resucite"

El hombre que supuestamente había regresado de la muerte era Jorge Eliécer Julio Ramírez, de 52 años, quien murió a las 7:00 de la noche del pasado 22 de septiembre, cuando permanecía recluido en una clínica de Cartagena.

En el municipio de Pelaya, un poblado ardiente del Cesar, muchos de sus habitantes despertaron este viernes anonadados. Había un gran revuelo en las calles. Se hablaba de la resurrección de un hombre.

Como pólvora, desde la noche del jueves, se había esparcido el rumor de que, en pleno velorio, un lugareño de la zona había vuelto a este mundo, dentro de su féretro, a tal punto que muchos de los presentes corrieron despavoridos.

El hombre que supuestamente había regresado de la muerte era Jorge Eliécer Julio Ramírez, de 52 años, quien había cerrado los ojos por siempre a las 7:00 de la noche del pasado 22 de septiembre, cuando permanecía recluido en una clínica de Cartagena.

Tras ser trasladado desde la capital de Bolívar hacia su lugar de origen, era innegable la sorpresa de quienes, como era de esperarse, ahora dudaban de la muerte de Julio Ramírez.

"Lo que se comenta es que, estando dentro del ataúd, el señor abrió los ojos y le salieron lágrimas. Inclusive, hay quienes dicen que movió la cabeza", dijo Jonathan Lemus, empleado de una funeraria de la zona.

De acuerdo con lo expresado por Lemus, el cuerpo de Ramírez, vestido con camisa azul marino y pantalones oscuros, fue extraído del féretro y, con mucho cuidado, fue puesto sobre una mecedora. Todos estaban a la espera que, como el Lázaro de la Biblia, se levantara y anduviera, como cualquier resucitado que se respete.

Para hacerle más cómodo el tránsito de la muerte a la vida, y como si hubiera plena convicción de que aún tuviera signos vitales, sobre la espalda de Julio Ramírez le fue puesta una almohada, de tela suave, que también abarcaba parte de su cabeza.

Sin embargo, a pesar de que muchos parecían estar convencidos de que había ocurrido algo sobrenatural, la piel del rostro de Julio se tornaba oscura, con matices negras y verdes, además de una la rigidez en las articulaciones. El hombre no dio más signos de vida.

"Hay gente con mucho temor. Inclusive, tengo conocimiento de que llamaron a un médico para que examinara el cuerpo. Pero, cuando llegó a la casa, lo que hizo fue salir corriendo porque le dio mucho miedo", dijo Lemus.

Osmeida Ardila, quien también recibió con extrañeza la noticia más comentada del pueblo, entregó una de las versiones que se manejan con respecto al caso.

"Lo que se comenta en el pueblo es que un pastor sugirió que dejaran el cuerpo tranquilo, durante un buen rato, para ver si el señor resucitaba. Sin embargo,  independientemente de que la gente piense que está vivo o muerto, hay mucho miedo", dijo Ardila.

Purgaba una pena en Cartagena

EL HERALDO estableció que Jorge Eliécer Julio Ramírez, de 52 años, purgaba una pena de cuatro años de prisión por concierto para delinquir en la Cárcel San Sebastián de Tenera, en Cartagena, en la que permanecía privado de la libertad desde noviembre de 2012.

Luego de  algunos quebrantos de salud, Julio Ramírez fue conducido a una clínica de la ciudad, donde confirmaron su muerte, al parecer, a raíz de un paro cardiorrespiratorio, la noche del 22 de septiembre.

A las 6:00 de la tarde, el pasado 23 de septiembre, el féretro de Julio Ramírez fue trasladado desde Cartagena hacia Pelaya, Cesar, donde reside su familia. El arribo del féretro se dio tras 10 horas de viaje.

'No es posible que esté vivo'

Según Jesús David Rocha, tanatólogo de una funeraria del barrio Zaragocilla, en Cartagena, encargada del acondicionamiento del cuerpo para que fuera trasladado hacia Pelaya, catalogó como imposible la versión entregada por algunos habitantes de esa población de Cesar, con relación a la supuesta resurrección de Julio Ramírez.

"Cuando recibo un cadáver, como me corresponde, lo primero que hago es exigir que me entreguen el acta de defunción. El pasado 23 de septiembre, después de que me dieron ese documento, comencé la adecuación del cuerpo para que no se descompusiera", dijo Rocha.

De acuerdo con lo expresado por el tanatólogo, cuando la funeraria para la que presta sus servicios recibió el cuerpo, completaba cerca de 28 horas sin  vida.

"Hice una pequeña incisión, de tres centímetros de longitud, en una de las piernas. Ahí le introduje los líquidos por vía intravenosa, con uno equipos especiales. Específicamente, le apliqué dos litros de formol, por lo cual es imposible que una persona pueda estar viva", puntualizó Rocha.

En el barrio La Esperanza, en Pelaya, el cuerpo aún no ha sido sepultado. Entre escepticismo y una aparente convicción  hay quienes esperan que Jorge Eliécer Julio Ramírez resucite.

Mientras tanto, el ataúd, que fue recostado a una pared, parece 'contemplar' lo que ocurre a su alrededor.

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