La palabra arroyos en Barranquilla ha sido por años sinónimo de miedo, dolor y devastación. La ciudad ha padecido la furia de estas súbitas corrientes de agua que recorren sus calles, causando a su paso la muerte de centenares de ciudadanos, además de afectar la movilidad, el comercio y la economía de la capital del Atlántico.
Esta ha sido una problemática que se remonta al siglo 20 y que se atribuyó principalmente a la falta de planeación y a un crecimiento desordenado de la ciudad, además de la carencia de voluntad política de quienes en ese entonces dirigían y tomaban las decisiones en el territorio.
Luego, y solo hasta la década de los 80, se empezaron a vislumbrar las primeras soluciones para erradicar los arroyos en la ciudad, cuando la Agencia de Cooperación Internacional de la Misión Japonesa llevó a cabo el Estudio de Drenaje Urbano para Barranquilla.
Este análisis no corrió con tanta suerte al quedarse archivado por muchos años y solo hasta el 2008 cobra relevancia al ser retomado como insumo por la primera administración de Alejandro Char para dar paso a la creación del programa de “Barranquilla sin arroyos”, que sería ejecutado por la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI).
Cabe recordar que en casi cien años se han reportaron las muertes de 134 personas por estas corrientes. La última víctima mortal fue Keiber Alejandro Fernández Carrillo, el menor de 9 años de edad, que al mediodía del viernes cayó al arroyo del barrio El Bosque y que su cuerpo sin vida fue encontrado en la mañana de este sábado en cercanías del sector de Caribe Verde, también en jurisdicción de la localidad Suroccidente.

De acuerdo con el Distrito, en la ciudad se han canalizado –desde 2008 hasta la actualidad– un total de 70 kilómetros lineales y se han invertido $1.2 billones para la ejecución de estos proyectos de intervención de arroyos.
“Barranquilla tiene 107 cauces que son atravesados por arroyos. Algunas de estas correntías tienen como destino el occidente de la ciudad, confluyendo con el arroyo León, que finalmente las desemboca en la ciénaga de Mallorquín. Otros de esos cauces corren por el oriente, hacia el caño de la Auyama y el río Magdalena”, explicó la administración distrital.
Agregó que en los primeros trabajos ejecutados por la ADI, para solucionar esta problemática de hace décadas, se lograron canalizar 20.000 metros lineales de canales pluviales en barrios El Bosque, Las Malvinas, Sourdis, La Paz, Rosales, Las Américas, Santo Domingo y La Sierrita.
“Entre 2017 y 2019 se realizaron –con recursos propios de los barranquilleros– seis canalizaciones de los arroyos más peligrosos que representaron 15.380 metros intervenidos, distribuidas a lo largo de la carrera 21 entre la calle 53D y calle 30; Hospital, en la calle 76; el de la carrera 65 y el de Felicidad, desde la calle 63B con carrera 41 hasta la calle 48, y el de las calles 91 y 92. En la calle 30 se han desarrollado trabajos de mitigación de los arroyos. Sobre esa calle, aún hay trabajos en curso que tienen como propósito evitar futuras inundaciones en la zona suroriental”, contó el Distrito.
Estas labores se intensificaron con las administraciones siguientes y hoy –en el tercer mandato de Char– se retoma con el reciente anuncio de la canalización del arroyo de la calle 85 y el avance de los trabajos en el arroyo de la carrera 18, que afecta a los habitantes de los barrios San José y Boyacá.

“El temible arroyo de la 85 pronto será canalizado con una inversión cercana a los $120.000 millones. Los trabajos se iniciarán con las obras correspondientes en la calle 85, desde la carrera 52 hasta el parque Venezuela”, escribió el burgomaestre a través de su cuenta de X, anteriormente Twitter.
El alcalde de Barranquilla explicó que el trabajo que se realizará en el arroyo de la calle 85 será totalmente subterráneo, lo cual permitirá instalar 1.240 metros de tubería de gran diámetro sin interrumpir la circulación de peatones y vehículos, así como la cotidianidad de la zona.
“Este arroyo, que por tanto tiempo le ha quitado la tranquilidad a nuestra gente, pronto llegará a su fin (…) el sueño de tener una ciudad libre de arroyos mortales será una realidad gracias a los 16 años en que se ha venido ejecutando con eficiencia y continuidad estos importantes trabajos”, reiteró.
A su turno, el secretario de Obras Públicas, Rafael Lafont, explicó que este arroyo de la 85 es un afluente del arroyo que se canalizó en la calle 84.
Precisó, además, que los tubos de concreto de dos metros de diámetro que se instalarán para esta obra serán ubicados a seis y siete metros de profundidad: “Los carros van pasando por arriba y nosotros vamos trabajando por abajo, tal como se canalizó el arroyo de las calles 90-91-92 hace unos seis años, que era un arroyo caudaloso”.
El funcionario recalcó que con esta intervención, “la gente no va a sufrir con el tráfico y el ruido porque esto, al ser tan profundo, no se siente que está trabajado”.
Se han canalizado 9 de los 15 arroyos más peligrosos de Barranquilla
Según el Observatorio de Arroyos, la zona urbana de Barranquilla cuenta con más de 50 arroyos, de los cuales 15 son los más peligrosos.
De este último listado –en lo referido por el Distrito– ya se encuentran canalizado nueve de ellos, como La María, calle 84, calle 79, calle 75 y 76, calle 91 y 92, carrera 65, Hospital, La Felicidad y el de la carrera 21, que tiene un ramal muy peligroso que termina en el Jardín Botánico.
Los trabajos de intervención arrancaron bajo el mandato de Elsa Noguera cuando se desempeñó como alcaldesa de Barranquilla y posteriormente fueron concluidos bajo la segunda administración de Alejandro Char.
Para minimizar el impacto de las aguas lluvias sobre los barrios de la ciudad, la administración distrital señaló que priorizó la ejecución de trabajos sobre los grandes cuerpos receptores de las aguas lluvias donde los arroyos desembocan, como son el arroyo León y los caños de la ciudad, especialmente el de la Auyama. Para este último –indicó– se consiguieron recursos por el orden de los $100 mil millones para mejorarlo hidráulicamente.
“Antes de 2008, solo tres barrios de la ciudad se levantaron con el sistema de alcantarillado necesario para evacuar las aguas lluvias: Villa Santos, Miramar y Villa Carolina, lo que representa menos de un 5 % de un sistema de alcantarillado pluvial de Barranquilla”, refirió el Distrito.





















