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Tefy De la Hoz, sueña con ser una bailarina profesional. Con 16 años, se resiste a la idea de un futuro diferente, aunque afirma que también le gustaría ser médico.

Ella es una de los tantos jóvenes que habitan en el barrio Obrero de Turbo, el cual tiene el estigma de ser el más peligroso del municipio. Fama que se ha ganado por la presencia de pandillas en sus calles.

Esta estudiante de grado 11, junto a 60 niños y adolescentes provenientes de comunidades vulnerables del Urabá antioqueño, hace parte de la Fundación Zen, una institución sin ánimo de lucro creada con el objetivo de dinamizar procesos sociales, culturales, artísticos y deportivos.

Por primera vez, Tefy al igual que sus compañeros, en su mayoría afrocolombianos víctimas del conflicto armado y de la violencia intrafamiliar, no solo hicieron su primera aparición pública representando a Urabá en el Carnaval de Barranquilla, sino que además por vez primera visitaron la ciudad.

'Ellos mostraron que Urabá tiene mucho potencial y que cuenta con niños y jóvenes soñadores, lideres con emprendimiento y capaces de resaltar el nombre de su región, dejando de un lado los estigmas que se tienen de la zona', sostuvo Melanie Vergel Cervantes, médico y directora de la fundación.

Tras seis meses de ensayos, dirigidos por el profesor Fredy Mora, los menores arribaron a ‘La Arenosa’ para engalanar con sus movimientos, la comparsa 'Por los caminos de África' de la Fundación Élite, que hizo presencia en el desfile de Gran Parada de Fantasía y en la muerte de Joselito.

'Nunca había venido a Barranquilla, ni mucho menos había estado en un desfile. Fue una gran experiencia para mí; no pensé que a través de la danza podía llegar tan lejos', expresó Tefy de la Hoz.

La fundación Zen fue creada hace poco más de un año bajo la idea de dos médicos, y un licenciado en actividad física que reconocieron que Urabá requería un espacio que planteara la danza, las artes y el deporte como un espacio lúdico-recreativo.

'No solo es un espacio para aprender un arte sino también para encontrar hermanos y amigos y para valorarnos nosotros mismo', acotó la menor.

Los niños y jóvenes acuden tres veces por semana a la fundación para recibir capacitación artística y deportiva.

'Además de brindarles la capacidad de entender y promover nuestra cultura y raíces, resaltamos los valores básicos como el respeto, la convivencia, la honestidad y la tolerancia', puntualizó la directora de la fundación.