Un rifirrafe. En eso se convirtió todo el proceso que se vivió en Soledad por más de un año en la búsqueda de un nuevo operador para los servicios de acueducto y alcantarillado. Esfuerzos que terminaron fallidos tras la decisión del Tribunal Administrativo del Atlántico que dejó sin efecto el Acuerdo que le daba facultades al alcalde Rodolfo Ucrós para iniciar un nuevo proceso licitatorio y comprometer vigencias futuras por 25 años.
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El proyecto, desde sus inicios, fue bastante cuestionado por diferentes sectores tanto del ámbito local como nacional y entes de control como la Procuraduría y la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.
Lo anterior por el presunto riesgo financiero que podría traducirse al comprometer por muchos años vigencias futuras y las posibles afectaciones que traería consigo un nuevo operador en la prestación de estos servicios vitales para la población soledeña.
Las discusiones sobre un nuevo operador arrancaron desde 2021 hasta la fecha. Durante ese trayecto se efectuaron reparos, dos prórrogas y hasta demandas. Actualmente, de acuerdo con el alcalde Rodolfo Ucrós, se radicó –ante las demoras y posterior fallo del Tribunal– en el Concejo municipal un proyecto para extender por 18 meses el contrato de concesión con Triple A para garantizar dichos servicios.