Compartir:

Un mes ha transcurrido desde la llegada de una comisión de la Superintendencia Nacional de Salud a la sede de alta complejidad de la ESE Universitaria del Atlántico (UNA) para dar inicio al proceso de toma de posesión e intervención administrativa a causa de la crisis financiera y administrativa que arrastra la entidad.

El médico cirujano valduparense Fredys Socarrás fue nombrado como agente interventor, asumiendo la responsabilidad de la gerencia y administración de la entidad que maneja la red pública de la salud departamental. La primera misión que le fue encomendada fue la construcción un diagnóstico de la situación actual de la ESE UNA, con el fin de elaborar una hoja de ruta que permita su salvación.

Lea más: Este lunes habrá cortes de energía por mantenimientos en varios municipios del Atlántico, según anunció Air-e

Hasta el momento son más las dudas que las certezas alrededor de ese proceso. A pesar de que el interventor ha venido adelantando una serie de reuniones con distintos sectores, pocos son los avances que se han conocido frente a ese diagnóstico.

De acuerdo con varias fuentes que siguen de cerca este proceso, las complejidades alrededor de la entidad podrían conllevar a que se solicite una prórroga para la entrega de este documento. Hasta el momento no se ha oficializado tal situación.

“Lo importante es que pueda conocerse el diagnóstico y el plan de intervención que el doctor Socarrás va a presentar a la Superintendencia de Salud al cumplirse el primer mes, en el entendido que no pida una prórroga para presentar dicho informe, teniendo en cuenta que la magnitud del problema podría desbordar en tiempo el requerimiento planteado”, recalcó una de las fuentes consultadas por EL HERALDO.

En la misma línea, enfatizó que –de acuerdo con la información conocida de forma previa– uno de los puntos a revisar con lupa es los contratos suscritos con cinco operadores y que se constituyen en una talanquera para mejorar la situación financiera de la entidad.

“Dentro del análisis jurídico que se está haciendo para el diagnóstico, no cabe duda de que se deben estar revisando las diferentes vías y estrategias para abordar los contratos de concesión y que, como bien se conoce, hicieron parte de las causas que provocaron la debacle de la ESE UNA”, agregó la fuente.

Cabe recordar que los cinco contratos con los aliados se encuentran vigentes hasta el año 2037. Uno de ellos fue suscrito para la operación del servicio de UCI, por valor de $354 mil millones, el cual fue concedido a la UT UCI Pediátrica y Neonatal.

Por su parte, el contrato de servicios farmacéuticos –por valor de $241 mil millones– fue entregado a la UT Servicios Farmacéuticos del S&D. Así mismo, el contrato de imágenes diagnósticas, por un monto de $303 mil millones, fue adjudicado a la Sociedad Ayudas Diagnósticas del Atlántico.

Mientras que otro de los aliados fue para alimentación, por un valor de $173 mil millones, pactado con el aliado Servicios de Alimentos N.P. y, finalmente, para el laboratorio clínico por el orden de los $85.563 millones con la UT ESE UNA.

Asimismo, otra de las fuentes puso de presente que, en la actualidad, la entidad afronta varios embargos, así como se registran retrasos en el pago de los salarios al personal que se encuentra vinculado a través de órdenes de prestación de servicios, que ascendería a cerca del 80 %.

“Una intervención como esta es forzosa para administrar y dan un año para ello. Pero dentro de las facultades y dependiendo del diagnóstico y la viabilidad de cumplimiento del plan de acción, también puede virar a intervención forzosa para liquidar en caso de que no sea factible administrar y recuperar la entidad, decisión que estaría también a cargo de la Supersalud”, recalcó.

Gobernación, expectante

El gobernador Eduardo Verano aseguró que se encuentra a la expectativa del desarrollo de este proceso, teniendo en cuenta que desde la administración departamental se había visionado la posibilidad de realizar un cambio en el modelo de red en meses previos a la intervención.

“El interventor tenía treinta días para realizar la tarea de entender cómo está el tema de la ESE UNA y estamos a la expectativa de podernos reunir con él para poder convenir todo el proceso de rescate y recuperación, de acuerdo a esos criterios”, dijo.

Verano también ha sido crítico de los contratos que hoy tienen a la entidad con un déficit cercano a los $200 mil millones, al tiempo que lamentó falta de herramientas para afrontar la situación.

“El interventor va a tener mayores facilidades. Tendrá la posibilidad de tomar decisiones que estaban restringidas, de una u otra manera, por el manejo directo de la Gobernación. En su rol puede adoptar decisiones poderosas con respecto a procesos contractuales o laborales; eso, de una manera, permite que en el menor tiempo posible se pueda recuperar la ESE UNA”, mencionó.

A eso agregó que “la gran fuga de capital son los contratos de los aliados a 15 años. Encontramos una serie de contratos que queríamos tomar unas series de intervenciones y no se podían hacer porque tenían una larga vida jurídica, pero él sí lo va a poder hacer”.

Actualidad económica

EL HERALDO tuvo acceso al más reciente balance financiero presentado al interventor y ratifica que el panorama es crítico. En el mes de agosto, la facturación fue por el orden de los $1.052 millones, siendo el recaudo más bajo del año, superando incluso los $1.194 millones que se facturaron en el mes de abril.

En contraste, en el mes de junio ingresaron $3.055 millones a la entidad, siendo el de mejor desempeño en lo corrido del presente año.

Uno de los puntos más graves del mencionado informe corresponde a que existen 3.293 admisiones abiertas, que corresponden a $12.139 millones que se han dejado de facturar. Es decir, cada admisión es un servicio prestado por un dinero que se ha dejado de cobrar, ya sea por fallas administrativas o por errores en los procesos de facturación.

Con relación a las vigencias anteriores, la ESE UNA facturó $11.877 millones, para un total en el año –incluyendo el mes de agosto– de $12.930 millones. En pocas palabras, hay casi el mismo dinero pendiente de ser cobrado que el que se ha logrado facturar en el presente año. O más castizamente, el dinero de la entidad se encuentra ‘en la calle’ y no en las arcas de los hospitales, lo cual dificulta su operación.

Frente a este complicado panorama, las esperanzas están depositadas en el mencionado diagnóstico, que debe convertirse en el punto de partida para la recuperación de la ESE UNA.

Municipios se han visto impactados por crisis de la ESE UNA

Como era de esperarse, la actualidad de la ESE Universitaria del Atlántico (ESE UNA) ha comenzado a sentirse en el departamento.

Durante la semana anterior, desde Soledad alertaron que varios centros asistenciales estaban experimentado un exponencial incremento en sus cifras de atención, teniendo en cuenta que la población estaba buscando alternativas diferentes a la sede de la ESE UNA para atender sus novedades en salud.

El secretario de Salud de Soledad, Edinson Barrera, explicó que hospitales y clínicas del municipio han experimentado un “incremento significativo” en la demanda de sus servicios de urgencias. Uno de los más afectados ha sido el Hospital Universidad del Norte, ubicado en la calle 30: el Hospital Universidad del Norte es históricamente una institución de alta reputación, lo que atrae no solo a pacientes de Soledad, sino también de Santo Tomás, Malambo, Baranoa y toda la banda oriental. El cierre temporal de urgencias en la Clínica Adela de Char y la falta de confianza en la ESE UNA ha desbordado la capacidad instalada de varias instituciones”, señaló.

Así mismo, la población en Sabanalarga, centro del departamento, ha tenido que ser trasladada a otros centros asistenciales.

Se debe tener en cuenta que la empresa administra tres sedes en Barranquilla: la sede de Alta Complejidad y la Mental, ambas en el barrio Los Andes. Además, la sede Niño Jesús en el barrio Paraíso. De otro lado, cuenta con la sede del Juan Domínguez Romero en Soledad y la sede del municipio de Sabanalarga.

Deudas con trabajadores, una tarea pendiente en la entidad

Aunque Sintrauna –el sindicato de trabajadores de la ESE UNA– ha venido sosteniendo diálogos con el interventor, donde han surgido compromisos de pagos por las deudas con los trabajadores, hay casos donde la falta de la liquidez de la empresa tiene preocupados a los empleados. Luis Eduardo Rivera Hurtado, trabajador de la sede de Sabanalarga de la ESE UNA desde 2015, expresó que a gran parte del personal les adeudan 4 meses de salario y que evalúan volver al paro de actividades desde la próxima semana.

“Estamos a la espera de que el nuevo gerente interventor se dirija a nosotros, lo estábamos esperando el día lunes. Después dijo que martes y hasta el jueves estuvimos esperando, pero dicha reunión no se dio. Nos hemos acercado a las personas que nos pueden brindar información. Nadie nos dice nada de pago, solamente que esperemos. Pero lo lamentable de esto es que ya han sido como más de cinco o seis compañeros que se han ido por la situación”, mencionó.

Rivera Hurtado y sus compañeros se encuentran preocupados, pues del primero al seis de octubre próximo se llevarán a cabo las fiestas patronales del municipio, con la celebración de corralejas, por lo que no quisieran entrar en las condiciones de un paro a un evento público de esas dimensiones.

Lea más: Delegaciones de Boyacá, Sucre y Cesar visitaron el centro Eureka de la Unisimón

“Ya casi se meten las fiestas y nosotros no estamos viendo una solución acerca de los dineros que se nos deben. Pero, como les digo, ya hay unas fiestas que están previstas, estamos preocupados porque imagínense, cuando llega una urgencia vital, lo que hacen aquí es remitirlos hacia otras clínicas, hacia la Reina Catalina en Baranoa o hacia la Clínica San Rafael”, puntualizó.