Varias hipótesis se han tejido alrededor de las causas del apagón registrado durante cerca de 4 horas en varios sectores de Barranquilla y el municipio de Puerto Colombia. La situación ha intensificado las alertas por parte de los gremios frente a los “primeros efectos” de la crisis financiera que vive la empresa Air-e en la prestación del servicio, mientras que la compañía salió al paso de las críticas y aseguró que se trató de un “evento técnico”.
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De acuerdo con la empresa Air-e, en un comunicado emitido un día después del evento, una avería en un equipo del sistema eléctrico de alta tensión al interior de la subestación Oasis sería la causa de la falla que afectó a más de 184 mil usuarios.
La compañía sostuvo que, tras una inspección, identificó que el daño se produjo en un equipo que no hace parte de sus activos, provocando la activación de los esquemas automáticos de protección que derivó en la desconexión preventiva de las subestaciones Puerta de Oro, Las Flores, Riomar, Silencio, Centro y Oasis.
Aunque Air-e no especificó qué tipo de componente presentó la avería, expertos explicaron a EL HERALDO que se trataría de una línea puesta a tierra.
Al respecto, Sandra Fonseca, directora de Asoenergía, explicó que los equipos de una subestación —y con mayor razón si operan a 110 kilovatios, una tensión media dentro del sistema de distribución de un operador de red— deben contar con todas las protecciones técnicas exigidas, incluidas las puestas a tierra tanto de los equipos de la subestación como de las líneas.
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En ese sentido, señaló Fonseca, es responsabilidad del operador de red garantizar que estos sistemas funcionen correctamente y que todas las protecciones estén en pleno estado operativo.
“Si los sistemas de protección no actuaron, hay que investigar y exigir que se corrijan para evitar que vuelva a ocurrir”, enfatizó.
A su turno, Alejandro Castañeda, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg), coincidió en que la falla inicial pudo haberse originado por falta de mantenimiento.
Detalló que, al salir de operación ambas subestaciones, el fallo se amplificó, provocando la caída de otras: “Eso, en palabras coloquiales, es como si hubiera un corto en tu casa, en una habitación, y el taco o protector de voltaje no funcionara. Entonces, en lugar de quedarse sin luz solo esa habitación, se apagan también la habitación principal y otras tres o cuatro más”.
Un apagón anunciado
Para el ex ministro de Minas y Energía Amylkar Acosta, si la empresa no cuenta con los recursos para pagar a sus proveedores, tampoco los tiene para garantizar el mantenimiento adecuado de las subestaciones y las redes de distribución.
“Así las cosas, era previsible que situaciones como el apagón en Santa Marta, primero, y en Barranquilla, después, se presentaran”, advirtió.
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Señaló, además, que lo más preocupante es que “lo peor está por venir, porque a la amenaza inminente del apagón financiero, advertido por los organismos de control, se suma un riesgo operativo que podría desencadenar un efecto dominó en toda la cadena del servicio”.
Por esta razón, advirtió que la región está expuesta a la posibilidad de que “estos apagones se vuelvan recurrentes en los tres departamentos en los que Air-e presta el servicio: Atlántico, Magdalena y La Guajira”.
A todo esto se suma, dice Acosta, el incumplimiento de la Superintendencia de Servicios Públicos de su cometido de solventar y de darle liquidez a Air-e “que está afrontando dificultades financieras muy graves”. Deuda que asciende a los 1.5 billones de pesos la empresa de energía “no tiene con qué pagar”.
Sobre esto, la Superintendencia ha dicho que no cuenta con los recursos para suministrar a la empresa, lo que termina empeorando la crisis, según lo precisado por Amylkar.
“En estas circunstancias, si la empresa Air-e no ha contado con los recursos para pagar la energía contratada, pues tampoco cuenta con los recursos operativos que le permitan darle el mantenimiento preventivo y regular que debe darle a sus equipos, a sus líneas de transmisión y de distribución, como tampoco la atención debida y el mantenimiento requerido por las subestaciones eléctricas”, subrayó.
En esa misma línea, César Uparela, directivo de Acopi y experto en temas energéticos, afirmó que esta situación es “la crónica de un apagón anunciado”.
Responsabilizó a la Superservicios, que a través del Fondo Empresarial, no ha logrado inyectarle los recursos necesarios a la empresa: “Naturalmente, los mantenimientos de las subestaciones se han deteriorado y el cambio de elementos también se ha visto afectado”.
Para Uparela es preocupante lo ocurrido porque esto evidencia que las protecciones no están funcionando: “Los transformadores de potencia se pudieron salvar, pero muchos de ellos ya han sobrepasado su vida útil. Al igual que varios elementos de las subestaciones no han sido reemplazados por falta de recursos”.
El recuento de la falla que conllevó a la suspensión de energía
EL HERALDO tuvo conocimiento de cómo se presentó el evento en la subestación Oasis. A las 18:02 (6:02 p. m.) se presentó un evento técnico de alto impacto en el Sistema de Transmisión Regional (STR) en el área del Atlántico. Desde el sistema SCADA (el software que permite monitorear y controlar en tiempo real las subestaciones y redes eléctricas), se observó que se apagó completamente la subestación Termoflores 110 kV, junto con otras subestaciones de ese mismo nivel de tensión.
La causa identificada fue una falla en un circuito doble de 110 kV que conecta las subestaciones Flores y Oasis. Al presentarse esa falla, automáticamente salieron de operación cinco subestaciones de 110 kV: Oasis, Flores, Riomar, Silencio y Centro.
El “evento operativo” mencionado se refiere a una contingencia en un CTO (circuito de transmisión de 110 kV), que forma parte de la red regional de transmisión en la subárea Atlántico, y que al desconectarse por seguridad del sistema (para evitar daños mayores), generó un efecto en cadena que dejó sin energía a una importante zona de Barranquilla y su área metropolitana.