El único que no ha comprendido, por su radicalismo ideológico, que el gas más barato es el producido en Colombia, es el Presidente Petro. Las consecuencias de su negativa a suscribir nuevos contratos de exploración y producción son graves para los colombianos, especialmente para los más vulnerables. Su postura también está ahuyentando la inversión, en un sector que requiere años para dar frutos.
De acuerdo con un análisis realizado por Fedesarrollo, un mayor costo del gas importado frente al nacional, y la insuficiencia de infraestructura de transporte serían las principales razones.
En los últimos 2 años el aporte de Ecopetrol al Estado colombiano cayó $35 billones, equivalente a dos reformas tributarias. ¿Quién debe responder a la empresa, a sus miles de accionistas minoritarios y al Estado por tan colosales deterioros?
Expertos consultados por EL HERALDO ven con incertidumbre el desarrollo de los proyectos gasíferos en el país, en un momento en el que las reservas se agotan y la exploración está detenida.
Gremios como Naturgas y la ACP le dijeron a EL HERALDO que, ante el asomo del déficit, es clave dar prioridad a los proyectos con descubrimientos de gas recientes.