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El ayer de Sebastián Álvarez Uparela y Jáider Yesid Ciprian Julio está tan alejado de su presente, que muy poco quieren recordarlo. “Eso quedó atrás y ya no más”, dice Sebastián.

Ambos tienen 21 años, residen en la zona sur de Sincelejo, y así como en el pasado delinquieron juntos, ahora que son Jóvenes de Paz también trabajan unidos en los diversos programas en los que el alcalde Yahir Acuña Cardales los tiene vinculados; entre ellos, labores dentro del Programa de Alimentación Escolar y mejoramiento de las infraestructuras de las sedes del sector salud y de los escenarios deportivos.

Tienen tantas ocupaciones, pero en especial, un compromiso propio y con el mandatario de Sincelejo --que creyó en ellos-- que no les da tiempo para pensar en el pasado, ahora están enfocados en el presente y claros en lo que quieren ser.

Sebastián, es bachiller y padre de familia, se sueña con ser un gran comerciante, mientras que su inseparable amigo y casi que su hermano, Jáider Yesid, le apuesta a ser un gran emprendedor. Este último muchacho está tan enamorado del cambio en su vida que ha buscado a Dios y por eso asiste a una iglesia. “Mi sueño es tranquilo, me lo da Dios y no las drogas, como era antes”, dice con seguridad Jáider Yesid.

Una vida llena de conflicto y guerra

Sebastián, que fue criado por su mamá y una abuela, admite que su vida hace 18 meses estaba “llena de conflicto y guerra. Era un caos total. Si nos encontrábamos en el barrio a otro muchacho que no fuera de allí peleábamos con él, y también salíamos por allí y si nos encontrábamos a un muchacho a quien podíamos agarrar, lo hacíamos y le quitábamos las cosas”, narró Sebastián, dejando claro que en esta nueva etapa de su vida no se explica por qué llegó a eso durante 4 años.

“Por qué yo hacía eso, por qué si no soy malo. Esas fueron locuras de pelao. Llegaban a convidar a uno y siempre decía que sí. Ahora no acepto ninguna de esas malas propuestas”, asegura.

Agradece el llamado que el mismo alcalde Yahir Acuña Cardales le hizo para vincularlo al programa Jóvenes de Paz, y que en un principio no quiso aceptar por miedo, pensaba que era para capturarlo. Sin embargo, el mandatario le insistió en la invitación de desarmarlo, en todos los aspectos, y hoy su vida es otra, tanto que le pide perdón a su mamá y a su abuela por los malos momentos que les hizo pasar, por esas preocupaciones innecesarias.

“Ellas siempre me regañaban, pero como ya estaba metido en eso no les prestaba atención”, dijo Sebastián, quien admite que no actuaba bajo los efectos de los alucinógenos, lo que sí hacía su amigo Jáider Yesid.

‘En los actos de delincuencia estaba yo metido’

Así como Sebastián, su amigo Jáider está feliz con su nueva vida, llena de trabajo y con la guía de Dios. Atrás quedaron los actos de delincuencia en los que, según él, copaban toda su existencia. “En todo acto de delincuencia estaba yo metido. Robo, atraco, pelea. Estuve casi 4 años en esa vida, pero gracias a mi amigo Sebastián que me invitó a conocer la propuesta del señor alcalde logré salir de esa situación, y ahora soy un joven de paz. Este es un programa demasiado bueno que nos ha cambiado la vida. Yo le agradezco al equipo de trabajo del señor Yahir Acuña por esta gran oportunidad que me han dado”, anota Jáider Yesid.

Los dos integran una de las listas que por partidos políticos en Sincelejo están inscritas para participar en las elecciones de los consejeros juveniles el próximo 19 de octubre.

Con ellos son 1.500 muchachos que en la capital de Sucre se benefician de las segundas oportunidades.