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 En momentos en que el Comité Internacional de la Cruz Roja advierte que en Colombia no se sabe nada del paradero de 68 mil personas que han desaparecido con ocasión al conflicto armado, miembros de la Mesa Departamental de Víctimas en Sucre lo ratifican y un ejemplo se produjo la mañana de ayer en un plantón en las afueras de la Catedral San Francisco de Asís, en esta capital.

Hasta ese sector de la zona céntrica llegó Manuel Enrique Escudero Benítez a observar, como un ciudadano más, las fotografías de las personas desaparecidas (hombres y mujeres, en su mayoría jóvenes). Miraba con detenimiento y sin importar el inclemente sol los rostros de cada uno de los desaparecidos expuestos allí, cerca de 70, y al final se acercó a la líder de la Fundación Red de Mujeres Tejedoras de la Memoria, Roumalda Paternina Oviedo, para entregarle una foto más.

Desde entonces Manuel Enrique rompió el silencio que había guardado por 11 años sobre la desaparición de su hijo Álvaro Escudero Guerra, quien como muchos otros salió de Sincelejo a comercializar mercancía entre las poblaciones de Toluviejo y San Onofre y un día cualquiera no regresó.

El accionar de los violentos, de lo que su familia no sabe cuál, no le permitió a Álvaro conocer el que sería su primer hijo, pues nació dos meses después de que sus familia dejaran de tener noticias de su paradero.

Como Manuel Enrique son muchas las personas, dice la líder Roumalda Paternina, que aún se resisten a contar públicamente su tragedia por temor y más aún en estos momentos cuando algunos desmovilizados acogidos en el programa Justicia y Paz han empezado a realizar trámites para alcanzar su libertad.

'A pesar de esta situación de temor yo llevo 8 años visibilizando lo que nos ha dejado el conflicto a través de estos plantones que hago en este sitio público y en los que nunca nos han acompañado las autoridades', dice Paternina.

Por su parte Walter Villalba Tobío, miembro de las mesa departamental y municipal de Sincelejo de Víctimas, sostiene que las autoridades de Sucre no acompañan estas actividades de las víctimas --por lo menos el plantón de ayer con el que conmemoraron el Día Internacional de los Desaparecidos-- porque les da vergüenza de que algunos familiares suyos tuvieron participación en ese conflicto.