Una encuesta realizada entre el 16 y el 25 de febrero de 2024, con la participación de 1,645 personas en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, ha arrojado resultados contundentes sobre la percepción del público hacia el etiquetado de sellos negros octagonales en productos ultraprocesados.
Según los hallazgos, el 54 % de los encuestados considera que esta medida es muy útil para advertir sobre el exceso de sodio, grasas saturadas, grasas trans, azúcares y contenido de edulcorantes en dichos productos.
Este dato refleja una conciencia creciente sobre la importancia de una alimentación saludable y la necesidad de información clara sobre los alimentos que se consumen.
Esta encuesta polimétrica de Cifras y Conceptos fue realizada en alianza con Red PaPaz, una organización no gubernamental que tiene como propósito abogar por la protección de los derechos de las niñas, niños y adolescentes en Colombia y América Latina.
Su directora de operaciones, Ana María Restrepo, analizó con EL HERALDO los resultados de la reciente encuesta y de qué manera impacta la alimentación de los colombianos, teniendo en cuenta las observaciones de los sellos octagonales.
Gran aceptación
Es destacable que Barranquilla se muestra como la ciudad con mayor apoyo a esta norma, con un 57 % de personas que están totalmente de acuerdo. Este alto nivel de aceptación se replica en Bogotá, Cali y Medellín, con porcentajes del 55 %, 54 % y 52 %, respectivamente.
Restrepo considera que es un resultado alentador porque demuestra un apoyo significativo a la medida, a pesar de que la ley sobre comida chatarra aún no se ha implementado por completo en Colombia.
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'En Colombia tenemos la fecha límite para ver los sellos en la totalidad de los envases y los empaques hasta el 14 de junio de este año y otro tema muy prometedor y muy esperanzador es que cuando uno lo divide por edades nota que la población menor de 35 años, es decir, la población más joven del país entre los 18 y los 35 años son quienes consideran que esta medida es más útil', detalló.
Se necesita más pedagogía
Sin embargo, resalta que aún existen preocupaciones válidas, como la falta de educación por parte del Ministerio de Salud para los usuarios, ciudadanos y familias sobre el propósito y la importancia de estos sellos, así como la falta de una supervisión adecuada por parte del Invima en cuanto a inspección y control.
Y es que el 76 % de las personas encuestadas manifestó que es necesario contar con más información y pedagogía sobre los impuestos saludables por parte de la DIAN, el 16 % se mantuvo neutro, el 5 % afirmó estar totalmente en desacuerdo y 3 % indicó que no sabe o decidió no responder.
'El llamado a hacer esa pedagogía es el Ministerio de Salud. Pero también tenemos otros datos que son muy interesantes y es que dicen qué necesitamos los colombianos, el 76 % pide contar con mayor información sobre los impuestos saludables por parte de la DIAN. Los usuarios y las personas en Colombia ya están considerando que necesitan más información por parte de estas entidades'.
Regulación de publicidad
El 57 % de las personas encuestadas cree que la publicidad de productos ultraprocesados con sellos octogonales que busca atraer la atención de niñas, niños y adolescentes debería ser regulada.
Para Restrepo, la preocupación es válida y urgente, especialmente cuando se trata del Programa de Alimentación Escolar (PAE), que debería proporcionar alimentos nutritivos a niños y adolescentes en etapa de crecimiento.
'Nos preocupa profundamente que hemos recibido muchos comentarios de directivas de instituciones educativas oficiales y privadas que nos cuentan que con tristeza que el PAE está repleto de productos con sellos'.
Enfatiza en la importancia de que las autoridades competentes revisen urgentemente esta situación y tomen medidas para garantizar que el PAE cumpla con su objetivo.
La necesidad de continuar promoviendo los sellos octagonales
A Isaías Medina, un barranquillero de 32 años, la vida le cambió cuando empezó a entender el impacto negativo del exceso de alimentos ultraprocesados en su alimentación. Esta transformación le hizo prestar atención a las etiquetas de los alimentos, específicamente aquellos que contenían exceso de azúcares, sodio y grasas saturadas.
'Era de los que tomaba los alimentos a la ligera hasta que se me disparó el colesterol y me vi obligado a cambiar mi estilo de vida'. Medina pudo ver la realidad oculta detrás de muchos productos alimenticios aparentemente inofensivos. Se dio cuenta de que el exceso de estos ingredientes no solo afectaba su salud física, sino también su bienestar general. 'Fue una medida correcta porque nadie dice que no podamos comernos un mecato de vez en cuando, pero es bueno que nos recuerden cada vez que los consumimos que tienen excesos que pueden ser nocivos para nuestra salud'.
Considera que la medida debe continuar, sobre todo para crear conciencia en los niños y la población joven que tiene un alto consumo de estos productos.
