El fervor religioso impregna las calles de Barranquilla este Domingo de Ramos, mientras cientos de fieles se congregan en las distintas parroquias para conmemorar la llegada triunfal de Jesucristo a Jerusalén.
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Niños y adultos, en un ambiente de solemnidad y devoción, se unen a esta celebración que marca el inicio de la Semana Santa.
Desde las 7:30 a.m., una multitud aguardaba con los ramos en alto, ansiosos por recibir la bendición del arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Salas en la Catedral Metropolitana María Reina.
La liturgia de este día, que evoca el ingreso de Jesús montado en un burro a la ciudad santa, no solo rememora un suceso histórico, sino que también aviva la pasión por Cristo entre los creyentes.
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Es un momento de reflexión y renovación espiritual, donde se hace patente el fin de la cuaresma y se abre paso a los días más sagrados del calendario litúrgico.
Así lo reconoce Samanta Rubiano, quien se trasladó desde su hogar en el barrio Las Malvinas para conmemorar con sus nietas esta celebración religiosa.
'Tengo más de 10 años viniendo siempre a la Catedral para recibir la bendición de mi ramo. Este año quise traer a mis nietas para que también fueran bendecidas. Necesitamos mucho de una semana con mucha paz. Con lo que pasa diariamente en el mundo, necesitamos estar unidos'.
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Algunos fieles decidieron llevar consigo plantas vivas, las cuales fueron bendecidas para ser sembradas posteriormente en los jardines de sus hogares, contribuyendo así a la preservación del medio ambiente.
'Decidí traer esta sábila tal como lo hice el año anterior y tengo tanta esperanza de que este inicio de semana tendrá mucho de Jesucristo en mi hogar', manifestó Nidia Pacheco.
Mientras entonaban alabanzas y se sumergían en la solemnidad del día, los feligreses no solo celebraban uno de los momentos más trascendentales del calendario litúrgico, sino que también manifestaban su compromiso con el cuidado de la creación divina.
Al sembrar estas plantas bendecidas en sus hogares, los creyentes no solo honran la memoria de Jesucristo, sino que también se comprometen con la preservación del planeta que él les confió.
Un período de recogimiento
En medio de la alegría contenida y la reflexión espiritual, los creyentes reciben con esperanza y devoción la llegada de la Semana Mayor, un período de recogimiento y meditación que culmina con la celebración de la resurrección de Cristo en la Pascua.
'Tenemos que reflexionar mucho sobre lo que está aconteciendo en el mundo y podamos hasta perdonarnos a nosotros mismos porque lo necesitamos', expresó el feligrés Antonio Montaño.
En el marco de la solemne celebración de la Eucaristía, monseñor Pablo Salas, entregó un mensaje conmovedor que invitó a los fieles a reflexionar sobre el significado profundo de la pasión de Cristo.
Durante su intervención, el arzobispo planteó la pregunta: '¿qué actitud suscita en mí la proclamación de la pasión de Cristo?'.
'Cuando uno hace este ejercicio de proclamar la pasión de Cristo la pregunta que viene es qué actitud suscita esto en mí. Esta pasión no puede ser una crónica roja de las que salen en los periódicos'.
Además, instó a los feligreses a aprovechar la oportunidad que ofrece la Semana Santa para reflexionar sobre sus pecados y derramar lágrimas de arrepentimiento por sus infidelidades ante Jesucristo.
'Que maravilla que esta semana que estamos comenzando hoy tuviéramos también la oportunidad, fuera para nosotros la ocasión de poder llorar nuestros pecados, de derramar lágrimas por todas las infidelidades cometidas a Jesús'.
Expresó su deseo de que esta semana que comienza sea más que una celebración religiosa, sino también una ocasión para confrontar sinceramente las faltas y buscar la reconciliación con Dios.
'Ojalá este país, todos los colombianos tengamos el coraje de llorar nuestras culpas y de reconocer que el único que tiene la verdad es cristo'.
