Este martes 16 de diciembre inician las Novenas de Aguinaldos hasta el 24 de diciembre, en Colombia.
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Esta tradición se celebra durante nueve noches consecutivas y reúne a familias, comunidades y parroquias en torno a la oración.
Hoy miles de personas en todo el país comenzarán este recorrido espiritual que culmina en la Nochebuena, como preparación al nacimiento del Niño Dios.

Con natillas y buñuelos, toda la familia disfrutará de las actividades entorno a esta importante celebración.
El contenido correspondiente al día primero
Oración para todos los días
Bondadoso Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio.
Nosotros, en nombre de todos los mortales, te damos infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrecemos la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
Se reza tres veces el Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Reflexión del día primero
Comenzamos nuestra novena de preparación a la Navidad releyendo el texto evangélico para la misa del día de hoy, correspondiente al martes de la tercera semana de Adviento. En este pasaje, Jesús nos presenta una parábola que nos interroga acerca de nuestra docilidad respecto de aquello que Dios pide, y de la disponibilidad con la que atendemos o no los llamados que recibimos de los demás. El pasaje evangélico busca confrontar nuestras respuestas externas con nuestras acciones reales.
El primer hijo dice “no”, pero luego se arrepiente y actúa. Su cambio de corazón es signo de una esperanza activa, que no se queda en el error, sino que confía en la posibilidad de redención. La esperanza cristiana es eso: creer que aún podemos volver, que Dios no nos cierra la puerta, sino que nos espera con paciencia. Por el contrario, el segundo hijo dice “sí”, pero no cumple. Su actitud refleja una vida superficial, que no se compromete. Con la mirada puesta en Cristo, hoy se nos llama a pasar del decir al hacer, del deseo a la acción, del arrepentimiento a la obediencia.
Estas buenas disposiciones, que caracterizan la vida de un discípulo del Señor, deben ser labradas y vividas intensamente en lo que la parábola denomina la viña del Señor, que, como sabemos, es símbolo del pueblo de Dios, del Reino, del lugar donde se cultiva la vida. Trabajar en la viña es participar en la obra de Dios, construir justicia, sembrar paz, cuidar la creación, acompañar al que sufre.
La esperanza vivida y celebrada en este contexto no puede ser por tanto una esperanza pasiva; al contrario, debe ser una fuerza que nos impulsa a actuar, a comprometernos, a ser signos vivos del amor de Dios en el mundo.
Próximos a celebrar el nacimiento del Señor, supliquémosle en este primer día de la novena que, animados por la esperanza de su venida, aumente en nosotros el fruto de la confianza en su Palabra, para que produzca en nosotros signos sinceros y probados de una auténtica conversión reflejados en nuestra pronta respuesta a sus inspiraciones.
Oración a la Santísima Virgen
Soberana María, que por tus grandes virtudes y
especialmente por tu humildad, mereciste que
todo un Dios te escogiera por madre suya, te
suplico que tu misma prepares y dispongas mi
alma, y la de todos los que en este tiempo hagan
esta novena, para el nacimiento espiritual de tu
adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunícame
algo del profundo recogimiento y divina ternura
con la que guardaste tu, para que nos hagas
menos indignos de verle, amarle y adorarle por
toda la eternidad. Amén.
Se reza el Avemaría.
Oración a San José
¡Oh Santísimo San José! Esposo de María y padre
adoptivo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque
te escogió para tan altos ministerios y te adornó con
todos los dones proporcionados a tan excelente
grandeza. Te ruego, por el amor que tuviste al Divino
Niño, me abrases en fervorosos deseos de verle y
recibirle sacramentalmente, mientras en su divina
esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
Se reza el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria.
Aspiraciones para la venida del Niño Dios ‘Gozos’
Dulce Jesús mío, mi niño adorado ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!
1. ¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos! la prudencia que hace verdaderos sabios!
2. ¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte el brazo!
3. ¡Oh, raíz sagrada de José que en lo alto! presenta al orbe tu fragante nardo! Dulcísimo Niño que has sido llamado Lirio de los valles, bella flor del campo.
4. ¡Llave de David que abre al desterrado! las cerradas puertas del regio palacio! ¡Sácanos, oh Niño con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado!
5. ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas, tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.
6. ¡Espejo sin mancha, santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño, da al mísero amparo
7. ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, De Israel anhelo Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
8. ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto, bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado ¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo!
9. ¡Ven, que ya María previene sus brazos, do su niño vean, en tiempo cercanos! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario!
10. ¡Del débil auxilio, del doliente amparo. Consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano.
11. ¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos! ¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto!
12. ¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!
Oración al Niño Jesús
Acuérdate, ¡oh, dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente. “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”.
Llenos de confianza en Ti, oh Jesús, que eres la misma verdad, venimos a presentarte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto.
Nos entregamos a Ti, ¡!oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y responderás favorablemente nuestra súplica. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Villancicos
Tutaina tuturumá,
tutaina tuturumaina,
tutaina tuturumá,
tutaina tuturumaina.
Los pastores de Belén
vienen a adorar al Niño,
los pastores de Belén
vienen a adorar al Niño.




















