Uno de los mayores placeres en la vida es viajar. Conocer nuevas culturas, su gastronomía y su idiosincrasia es inexplicable.
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Pero, varios rincones del mundo sufren hoy las consecuencias del turismo masivo, sobre todo en aquellos lugares que se convirtieron en imanes para visitantes internacionales.
Según la revista Travel and Tour World, hay sitios que “ya no valen la pena” debido al deterioro ambiental, la saturación de servicios públicos y el impacto sobre la calidad de vida local.

El objetivo de la publicación no es desalentar el turismo, sino generar conciencia sobre los efectos de la actividad turística no regulada, incentivando prácticas responsables y sostenibles. Según el medio, estos destinos han perdido parte de su valor como experiencia auténtica para el viajero.
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Machu Picchu en Perú
La joya arqueológica más visitada de Sudamérica enfrenta enormes retos logísticos y ambientales por la alta afluencia de turistas. Esto no solo ha incrementado los costos para los visitantes, sino que también amenaza la conservación del lugar.

Venecia en Italia
Famosa por sus canales, Venecia se ha convertido en un símbolo de turismo excesivo. La pérdida de población residente, la fragilidad de su ecosistema y el arribo constante de cruceros llevaron a la implementación de un impuesto para turistas, con el fin de mitigar el daño.

Bali en Indonesia
Considerada durante años un refugio espiritual, Bali atraviesa hoy una crisis ambiental por la deforestación, la urbanización acelerada, la escasez de agua y la contaminación. Aunque sigue siendo un destino de bienestar, su futuro está en riesgo si no se adoptan medidas sostenibles.

Kioto en Japón
La antigua capital japonesa sufre por el flujo masivo de visitantes, que ha obligado al cierre de calles y alterado la vida cotidiana. Los templos se ven desbordados y los barrios residenciales han perdido la calma.

Santorini en Grecia
Esta paradisíaca isla griega enfrenta una presión enorme por el turismo de cruceros, lo que ha derivado en problemas de recolección de basuras, escasez de vivienda y sobrecarga de servicios públicos. Todo ello impacta directamente en la calidad de vida de sus habitantes.
