La exitosa película creada por Disney Pixar Intensa-Mente 2, se ha convertido en todo un fenómeno mundial.
Más que una película animada, esta producción refleja la evolución y los cambios emocionales por los que atraviesa una persona desde la infancia.
La gran aceptación de los espectadores se debe a la interesante trama en la que las emociones protagonistas en la primera entrega fueron: Alegría, tristeza, miedo, furia y desagrado.
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Esta vez, en la segunda entrega, Disney apostó por mostrar una realidad más cruda de la personalidad de Riley, en la que aparecen nuevas emociones en la adolescencia como la ansiedad y también el control de esta misma.
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EL HERALDO consultó a expertas en salud mental como Luciell Fernández, Magíster en Psicología Clínica; Elsy Mejía, experta en Neurología infantil; Johana Escudero, psicóloga experta en Neurología Cognitiva; Ana Russo, experta en infancia y adolescencia, y a Paola Sur, experta en comunicaciones y autora del libro 18 lecciones para aprender a vivir con ansiedad, quienes explicaron desde la perspectiva de sus profesiones, las distintas situaciones de catarsis por la que atraviesa la adolescente.
Las nuevas emociones
En el filme cuatro emociones distintas aparecen para sumarse a la personalidad de Riley. Estas son ansiedad, envidia, aburrimiento y vergüenza. En este punto, es imprescindible mencionar que la emoción que logra apropiarse de la adolescente en el desenlace de la película es la ansiedad.
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“Cuando la ansiedad toma el control, el resto de las emociones se bloquean. Por eso en la película Alegría, Tristeza, Miedo, Furia y Desagrado son expulsadas del área de control. Lo que genera una serie de reacciones físicas, emocionales y mentales tan intensas que hacen que Riley entre en un estado de pánico y descontrol”, explicó la escritora Paola Sur.
¿El problema de la ansiedad es pensar en el futuro? Sobrepensar y suponer cosas que no han ocurrido, lo que contribuye a que un individuo no sienta calma y sufra de ataques de estrés como en el caso de Riley, que en una parte de la película al momento de dormir, no podía conciliar el sueño pensando en lo que pasaría en el torneo de Hockey donde iba a participar. “La ansiedad llega de repente, sin aviso. Un día simplemente está allí, y al principio no le prestamos mucha atención. Pero silenciosamente comienza a tomar el mando, reemplazando nuestras creencias con pensamientos catastróficos y negativos”.
Paola Sur afirma que la película captura increíblemente lo que se siente durante un ataque de pánico como las palpitaciones, la dificultad para respirar, la sensación de colapso y hasta de muerte. Las demás emociones se dan cuenta de que Ansiedad no necesita ser atacada ni eliminada; lo que necesita es una ayuda para seguir avanzando.
Autenticidad
Aunque la ansiedad se puede desarrollar a cualquier edad, en el caso de la adolescencia esta serie de cambios emocionales se deben a que en esta etapa los jóvenes tienen un interés de encajar en un círculo específico. Comienzan a explorar nuevas relaciones interpersonales y cambios en sus gustos para comenzar a redescubrirse.
“Esta segunda parte se ha centrado más en el componente de la construcción de la identidad. La aceptación de las demás personas comienza a ser válida para un adolescente”, dijo Johana Escudero, psicóloga experta en Neurología Cognitiva.
La experta analizó en la película otros aspectos que se desencadenan en la vida de Riley como los cambios de humor repentinos, la inseguridad en la toma de decisiones, el apego y desapego hacia los amigos, la creación de falsas identidades para encajar en un grupo y la moralidad que en la pubertad está en juego.
Elsy Mejía, experta en Neurología Infantil, agregó que la película refleja de manera interesante y acertada lo que ocurre en la adolescencia. Por ejemplo, hay una escena donde la madre de Riley entra al cuarto, la despierta y ella empieza a tener cambios de humor bastante significativos.
“Los cambios de humor también están relacionados con la parte hormonal que se va dando en el adolescente. Es muy común y normal que los invada la pereza y la vergüenza. Estas también son emociones muy presentes en la pubertad. Se vuelve más complicado entablar una conversación con ellos; porque están en esa parte en la que ya no se es un niño, pero tampoco un adulto”, dijo Mejía.

La alegría no lo es todo
¿Estar bien es ser siempre feliz? Muchas personas piensan que el bienestar emocional depende solo de la alegría, es por eso que tanto en Intensa-Mente 1 como en la 2, al final todas las emociones trabajan en conjunto, ya que hacen parte de la naturaleza de una persona.
“En la película, Alegría siempre está buscando una forma de proteger a Riley para que ella se sienta feliz. En la segunda película, hay una escena que me parece maravillosa, y es donde ella está con las demás emociones intentando llegar nuevamente al cuartel. Estalla llorando y diciendo que no se imaginan lo difícil que es ser siempre positiva. Entonces nos está recordando la importancia de permitirnos sentir otras emociones”, anotó Luciell Fernández, magíster en Psicología Clínica.
Además, comentó que actualmente existe en la sociedad y en redes sociales un positivismo tóxico en el que algunos creadores de contenido se encargan de decir que todas las situaciones de la vida se solucionan con buena actitud, lo cual es “completamente falso”.
¿La tristeza es negativa?

En las dos películas se menciona que Tristeza es la única que se ha leído el manual de la consola de emociones. Esto tiene un significado profundo que la experta en infancia y adolescencia Ana Russo explica a detalle: “El ser humano siempre tiende a clasificar entre bueno o malo, desde la crianza nos enseñan las cosas que están bien y las que están mal. Haciendo referencia a la tristeza, normalmente la ponemos en la lista de emociones negativas que no podemos sentir, porque nos hace llorar y algunas veces nos debilita”.
Según Russo, cuando estamos en un estado de tristeza es cuando realmente logramos conocernos interiormente. Es una emoción con la que aprendemos a tomar decisiones, analizar cada situación por la que pasamos y a darnos cuenta de las cosas que nos hacen mal.
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“Tristeza es la que entiende mejor cómo funciona ese mundo interno de Riley. En las dos cintas la muestran como una emoción empática que siempre está dispuesta a escuchar. Cuando estamos tristes nos damos cuenta de lo que es importante para nosotros y nos volvemos sensibles. Es algo que no hacemos cuando estamos felices, pues no tenemos la capacidad de interiorizar y reflexionar”.
La película se presenta como una experiencia cinematográfica emocionante y reflexiva. Está diseñada para impactar emocionalmente al espectador y al mismo tiempo proporcionar contenido que invite a la introspección.
Los expertos coinciden en que la combinación de emociones y reflexiones deja muchas enseñanzas tanto al niño, como al adolescente y al adulto que la observa.
Para los profesionales en salud mental no solo se trata de ver una historia desarrollarse, sino de pensar activamente sobre lo que se presenta en la pantalla y que se empiece a trabajar seriamente en el manejo de las emociones.




















