La violencia no cesa. Aún persiste una deuda ineludible con el bienestar de la mujer. A diario, muchas de ellas se enfrentan a la crudeza del feminicidio, un sombrío recordatorio de la vulnerabilidad que perdura en su camino.
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Cada 25 de noviembre el mundo grita: 'No a la Violencia Contra la Mujer', fecha escogida para crear conciencia sobre los crímenes atroces que han arrebatado la vida de millones de mujeres en el mundo. En un día como hoy, la sociedad se ve instada a una profunda reflexión.
Las estadísticas exponen una realidad inquietante. Se calcula que, a nivel global, 736 millones de mujeres (casi una de cada tres- han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida), de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según el Observatorio de Feminicidios, hasta septiembre de este año, en Colombia se han efectuado 410 crímenes de este tipo, siendo Medellín la ciudad con más casos (21). Mientras que en el Atlántico, a corte del 24 de noviembre de 2023 han sido asesinadas 37 mujeres, de las cuales 16 han perdido la vida en Barranquilla. De estas muertes violentas, dos fueron tipificadas como feminicidio en el departamento y ningún caso se ha registrado en la ciudad.
Cada nombre grabado en la lista de víctimas es un clamor de justicia y un llamado a la acción, pues la lucha contra la violencia de género no es un combate exclusivo de las mujeres, es una empresa colectiva que demanda la participación activa de toda la sociedad.
Crónica de una violencia atroz
A lo largo de más de dos décadas, la vida de Carmen Muñoz se entretejió con los hilos oscuros de la violencia intrafamiliar. Una mujer de mirada apacible, pero que ocultaba tormentas en su interior, se vio atrapada en un ciclo tóxico que carcomía su ser.
'Mi exesposo comenzó a salir con empleadas de servicio en un edificio donde yo viví, pero yo tenía dependencia emocional y seguía con él. Había maltratos de tipo psicológico. Una vez sí me pegó con un cinturón. Él cae preso, pero solo dura un año en prisión y al salir yo le pido el divorcio, pero no me lo quiso dar'.
Carmen se vio atrapada en un ciclo tóxico que carcomía su ser. Cadenas invisibles de dependencia emocional la mantenían atada a un compañero que oscurecía sus días con un manto de control y manipulación.
'El divorcio no me lo quiso dar en común acuerdo. Y se planeó fue la idea de embarazarme sin mi consentimiento y lo hizo. Tuvo que haberme aplicado alguna droga en su momento porque yo llego a mi casa del trabajo y él está aquí en la puerta de mi casa con unos vecinos reunidos. Yo me siento ahí y dice mi vecina que me había tomado como dos vasitos de cerveza y que quedé borracha y ahí se aprovechó'.
La vergüenza y el miedo eran los barrotes de una prisión emocional que parecía carecer de llaves.
'Mi casa se convirtió en un infierno a partir de ese momento. Ese hombre una noche me llevó a la policía de infancia y adolescencia aquí en mi casa con falsedades. Yo me fui a la comisaría y expuse lo que me estaba pasando. Esa comisaría ya estaba como parcializada para el lado de él'.
La injusticia volvía a ser protagonista. Su agresor, lejos de enfrentar las consecuencias de sus actos, se sumerge en la sombra de la impunidad, perpetuando un ciclo nefasto.
'Meto el divorcio en el juzgado, le exigía a él ahí que se retirara de mi casa y se fue, pero se llevó a mis niños, se llevó a mis dos hijas y quedé con el bebé, el bebé producto de la violación'.
La impunidad en casos de violencia contra la mujer es un veneno que socava la confianza en las instituciones encargadas de salvaguardar la justicia.
'Yo demando eso porque él había metido a la policía acá, porque permanentemente me amenazaba con quitarme el niño, me lo secuestró estando yo viviendo con mi mamá, me secuestró al bebé de un año y todo ese tipo de cosas yo las probé ante Fiscalía, pero no pasaba nada. Después de haber transcurrido un proceso más o menos de 10 años de haber probado todo ese tipo de cosas y todos esos vejámenes que él hacía contra mí, ellos dictaron una preclusión. El juez dictó una preclusión, o sea, yo no lo podía creer, yo dije: ¿cómo es que las autoridades están así de corruptas?'.
Cada caso sin resolver es un recordatorio amargo de la fragilidad de las protecciones destinadas a las mujeres, dejándolas vulnerables a un sistema que parece cerrar los ojos ante su sufrimiento.
'Yo esperanzada en que a él lo iban a condenar porque le habían imputado 12 años de cárcel porque era violencia intrafamiliar agravada lo que le habían imputado y todo eso, pero ellos se reunieron, el fiscal con el defensor del pueblo que me habían nombrado, el juez, y dictaron una preclusión. Eso fue increíble, yo ese día me desmoroné, duré casi una semana sin lograr conciliar el sueño'.
El reconocimiento de su propia valía y la comprensión de que merecía una vida sin cadenas emocionales la impulsaron a buscar ayuda. Un refugio se convirtió en su ancla para escapar de la espiral de violencia. Fue allí cuando empezó a escribir el libro titulado Crónica sobre violencia de género el cual lanzará hoy en la Plaza de la Paz a las 5:00 p. m. En este icónico lugar habrá una concentración de mujeres.
'Yo comencé a escribir porque cuando estuve en terapia, mi psicólogo me dijo que una vez pasara un tiempo prudente me dedicara a escribir un libro, porque eso me ayudaría a sanar. Y un día de repente me puse a escribir, primero empecé escribiendo sobre mi niñez y luego me fui introduciendo ya en el noviazgo con él y sí, en cómo fue esa convivencia con ese narcisista'.
¿Por qué hay impunidad?
Estos episodios impunes trascienden más allá de los tribunales, infiltrándose en la psique colectiva y sembrando desconfianza en la capacidad del sistema para abordar la violencia de género.
Para la abogada Ecofeminista, emprendedora social, defensora de Derechos Humanos, Luz Estella Romero, la Justicia y en general todo el Estado colombiano debe acelerar las medidas afirmativas de erradicación de la violencia para poner a Colombia a la altura de las agendas internacionales de atención a la desigualdad de género.
'Colombia para ponerse a la altura de las agendas internacionales en igualdad de género debe asumir la agenda de aceleración para el logro del ODS-5 (Objetivo de desarrollo sostenible), la agenda de desarrollo sostenible que indica el alcance de la igualdad de género, esa es la apuesta internacional en materia de igualdad de género'.
Para la también miembro del Colectivo Mujeres Al Derecho, Colombia tiene una deuda histórica también financiera para la erradicación de la violencia contra las mujeres y la discriminación y tiene que ver con un presupuesto, con adoptar realmente un presupuesto con enfoque de género.
'Este gobierno ha adoptado el Ministerio de Igualdad; sin embargo, no por ello quiere decir que solamente es una institucionalidad sin una capacidad de cartera ministerial para manejar financiamiento que se revista en las diferentes formas, en salida, en políticas públicas efectivas para atender las diferentes formas de violencia que se ejerce contra mujeres'.
Dejar de repetir patrones
¿Por qué casos como los de Carmen ocurren con tanta frecuencia? De acuerdo con la Magíster en Psicología Clínica y Doctora en Psicología, Nathalia Quiroz Molinares muchas veces los actos violentos no son considerados violentos por la sociedad.
'Nos hemos acostumbrado a ciertas formas de relacionarnos porque esas ciertas formas son socialmente aceptadas, porque las vemos reflejadas en los medios de comunicación, en las mismas películas'.
Para la especialista esto produce que socialmente algunas cuestiones que son consideradas violencias, se traten como conflictos o problemas de pareja o como problemas que se tienen que tratar dentro del hogar.
'Esto hace que se repliquen patrones generación tras generación y a pesar de que haya mayor concientización del tema sigamos replicando estos patrones y no haya un llamado a decir hombre esto está mal, esto realmente no es conflicto, esto hace parte de un comportamiento violento', puntualizó.
¿Qué pasa por la mente de un hombre violento? Este interrogante que también se formuló Carmen y millones de mujeres que han sido víctimas de este tipo de conductas, lo respondió la psicóloga Tatiana Martínez.
'En la mente del hombre abusador existe un mundo de creencias, percepciones y reacciones que encajan de un modo sorprendentemente lógico con su conducta. El abusador crea toda una red de ideas erróneas para que su pareja dude de sí misma y poderla llevar a un callejón sin salida'.
Según la psicóloga, la mayoría de los hombres abusivos muestran una cara afable en sus comunidades, creando así una separación total entre su imagen pública y el trato que le dan en privado las mujeres y niños.
'El hombre abusivo intenta convencer a su pareja de que su maltrato es una prueba de lo mucho que le importa, pero en realidad es que el abuso es lo contrario del amor'.
La llamada de la vida
La Línea Púrpura es un canal de atención telefónica y de mensajes de texto por Whatsapp que funciona las 24 horas, todos los días del año en Colombia. Esta línea es atendida por un equipo de psicólogas, trabajadoras sociales, abogadas y enfermeras expertas en temas de género que brindan acompañamiento y asesoría en casos de violencias basadas en género y en casos de afectaciones de salud física y mental de las mujeres.
Desde el 16 de agosto de 2022 hace parte de los Canales de Atención Psicosocial y Acceso a la Justicia. Se puede llamar al 01 8000 1121 37 o al WhatsApp 300 755 1846.




















