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Tras 25 días de estar negando la desembocadura del río Magdalena, una tripulación de 11 colombianos y 11 alemanes, dieron por culminada la primera gran expedición científica de este ecosistema de características únicas en el país.

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El estudio se dio por terminado el 14 de noviembre de este año y según los expertos el entendimiento de este estudio permitirá dar luces a Colombia sobre la formación, evolución y el estado ambiental del río.

Además, se prevé que los resultados puedan brindar soluciones para el aprovechamiento del Magdalena y sus condiciones naturales.

La expedición oceanográfica conjunta que inició el pasado 19 de octubre a las 11:00 p. m. con el zarpe desde la Sociedad Portuaria de Cartagena.

Allí hicieron presencia representantes de la Embajada Alemana en Colombia y la Universidad del Norte, quienes ofrecieron una recepción diplomática a la delegación del barco en la que destacaron los lazos de cooperación científica que han unido tradicionalmente a ambos países.

Luego de la expedición, el equipo de científicos a bordo del buque alemán ‘Maria S. Merian’ arribó a la ciudad de donde partió con más de 700 muestras de agua y sedimento recolectadas y numerosos registros de datos fisicoquímicos claves para analizar el comportamiento del río al desembocar en el mar Caribe.

Material que viene a convertirse en el punto de partida para el desarrollo de actuales y nuevas líneas de investigación.

El diario del buque

Con turnos que completaban las 24 horas, los 22 científicos, entre alemanes y colombianos, aprovecharon que las condiciones climáticas jugaron a su favor para llevar a cabo las metas previstas.

Esto se desarrolló en los tres ambientes contemplados: la pluma del Magdalena, el cañón de la Aguja y la surgencia de La Guajira, lugares que brindarían un panorama claro del estado del río.

En entrevista con EL HERALDO, Óscar Álvarez, profesor de Física y Geociencias de la Universidad del Norte y líder del proyecto en Colombia, conversó acerca de las primeras conclusiones luego del viaje.

'Nos vamos con mucho trabajo por hacer. Tenemos que llegar a los laboratorios y computadores a analizar los datos. Tenemos la expectativa de formar numerosos investigadores con esto, estudiantes de maestría, estudiantes de doctorado, pasantías. Ahora nos vienen varios años de trabajo analizando esta información, publicando los resultados y aplicando por una nueva visita del ‘Maria S. Merian’ a Colombia'.

Por otra parte, Álvarez mencionó que pese al agotamiento físico y mental por las extensas jornadas laborales, la inversión del tiempo promete dar resultados positivos para conocer el estado del río y saber cómo proceder.

'A pesar de todo el desgaste la experiencia ha sido muy satisfactorio, en cada jornada tomamos una batimetría que era la primera vez que veíamos o tomamos una muestra de sedimentos a grandes profundidades en el mar y siempre teníamos esa emoción de pues es la primera vez que alguien está viendo estos sedimentos, estas aguas y estos contornos del fondo con propósitos científicos y por tanto, pues se genera como la emoción del descubrimiento'.

Una gran preocupación

Sin embargo, pese al gran éxito que tuvo esta primera expedición para Álvarez no deja de representar una gran preocupación parte de los resultados preliminares que ha arrojado el estudio.

'Si bien sabíamos que íbamos a encontrar complicaciones en el estado del río, no éramos conscientes de cuan grave era. A simple vista se pueden observar fragmentos de plástico a profundidades muy grandes, que superan incluso los 4000 metros, lo cual es extremadamente preocupante, teniendo en cuenta que las sedimentaciones de este pueden ser más extensas de los que pensamos y claramente son contaminante sólidos'.

Sobre esto, Álvarez añadió que a pesar de que frente a esta situación no se posee una solución inmediata, las observaciones preliminares abren caminos para fortalecer la relación que tenemos con este ecosistema y para determinar qué tan grande es la influencia del hombre en lo que está pasando.

Específicamente, observar que hay múltiples capas de aguas, con densidades distintas, tiene repercusiones para identificar cómo los sedimentos del río se distribuyen al fondo del mar Caribe, con sus nutrientes, contaminantes y partículas de plástico.

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Otros resultados

Dentro de los otros hallazgos, el equipo también pudo observar grandes cantidades de biomasa que está transportando el río a través de vegetación, principalmente de la tarulla. Encontrar masivamente materia orgánica dispersada por todo el delta llama la atención de los investigadores, por lo que eso representa.

De acuerdo con Julián Naranjo, geólogo, quien hizo parte de la expedición, dijo que identificar los sitios donde más se acumula esa materia orgánica, que es donde más se debe almacenar gas, guía los esfuerzos para futuras exploraciones.

'Estos estudios nos ayudan a mejorar nuestro conocimiento sobre cómo es la distribución de las rocas que pueden almacenar hidrocarburo, como las rocas que van a generar gas, que es el primer llamado a la transición energética. Además, tomamos datos metaoceánicos de corrientes y salinidad, que nos ayudan también a mejorar nuestros modelos para identificar zonas donde puede haber mayor potencial para las energías renovables, como el viento y las corrientes, que también aportan a la transición energética de la empresa y de nuestro país'.

Como es usual, al finalizar quedan más preguntas que respuestas. Esto es lo que trajeron los investigadores, aunque pudieron comprobar algunas de las hipótesis que tenían del comportamiento del río Magdalena al desembocar en el mar Caribe, que eran resultado de modelos matemáticos ejecutados a partir de datos satelitales, principalmente.