El Heraldo
Política

La ley del Montes | La explosiva carta de Romaña

¿Dónde están las tierras, el oro y los millones de dólares que habría recibido el hoy senador Carlos Antonio Lozada?.

Por cuenta de las elecciones presidenciales en Estados Unidos y de la nueva ola de coronavirus que se anuncia en el país, pasó desapercibida la carta que alias Romaña envió a varios de sus compañeros de las Farc, quienes hoy ocupan curules en el Congreso de la República, o son altos directivos del partido político que surgió de la negociación de La Habana. Aunque la carta está fechada en diciembre del año pasado, sólo hasta hace pocos días se vino a conocer, al ser publicada por la Revista Semana.

La reveladora y explosiva misiva de Romaña va dirigida a Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, presidente del partido político Farc, al hoy senador Carlos Antonio Lozada y a Pastor Alape. Todos ellos fueron “compañeros de lucha” de ‘Romaña’, quien en sus tiempos de comandante de las Farc se hizo conocer por ser el cerebro de la práctica criminal conocida como las “pescas milagrosas”, que no era nada distinto al secuestro masivo de particulares en las carreteras del país.

Después de hacer parte de la negociación con el gobierno de Juan Manuel Santos en La Habana y de ponerse al frente de un proyecto productivo en su calidad de desmovilizado, Romaña desertó y volvió de nuevo al monte, junto con Iván Márquez, Jesús Santrich y alias El Paisa, entre otros. Hoy hace parte del grupo conocido como Segunda Marquetalia, organización criminal señalada por las autoridades de estar dedicada al narcotráfico.

La carta de Romaña llama la atención tanto por lo que dice que hicieron los antiguos jefes de las Farc –incluyendo a los hoy congresistas y jefes del partido político que nació de la negociación de La Habana– como por lo que dice que hacen en la actualidad, ya no como guerrilleros, sino como congresistas y dirigentes políticos.

De acuerdo con la carta de Romaña varios de sus antiguos compañeros de armas estarían detrás del asesinato de excombatientes de las Farc. “Estoy al tanto de las diligencias que ustedes han hecho para mandar a matar a algunos compañeros. Por ejemplo, Carlos Antonio primero mandó a matar a Róbinson y a Chucho, ellos no lo saben, pero afortunadamente a los que buscaron saben donde ponen las garzas. Y después me mandó a matar a mí. Para su conocimiento en la oficina que usted contrató hay amigos míos”, dice Romaña en la carta a sus antiguos compañeros.

Romaña también se refiere al asesinato del dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado. Sobre el magnicidio dice: “Qué tal que nos pongamos a recordar cómo fue la participación de Carlos Antonio en la muerte de Álvaro Gómez o el envío de cositas con el hijo de Federico ya estando en

la etapa inicial del proceso de paz. (¿Recuerda lo que me contó en el campamento de Santo Domingo, muy contento porque iba a coronar y no era precisamente a la reina de Colombia?”).

En este sentido la carta de Romaña –fechada en diciembre del año pasado– confirmaría la hipótesis según la cual el reconocimiento por parte de Carlos Antonio Lozada de haber participado en el magnicidio de Álvaro Gómez respondería al propósito de Romaña y compañía de contar todos los secretos guardados por ellos y no al genuino deseo de decir la verdad sobre su participación en varias acciones criminales.

Es decir, el “mea culpa” de Lozada ante la JEP no fue tan voluntario como pretendieron mostrarlo los ex jefes de las Farc, pues habría respondido al “chantaje” anunciado por Romaña en diciembre pasado. “Respetémonos y cuidémonos los unos con los otros –dice Romaña– porque de todos lados hay rabo de paja”.

¿Qué pretende Romaña con la carta a sus antiguos compañeros de lucha armada? ¿Qué deben hacer las autoridades?

¿Dónde están el oro y los millones de dólares de los que habla Romaña?

 “¿Qué tal que hiciéramos las cuentas sobre el oro, los millones de dólares y otros que personalmente entregué a Carlos Antonio en tiempos de la Conferencia?”. La pregunta de Romaña tiene destinatario específico: el hoy senador Carlos Antonio Lozada. Y debería servir para que de una vez por todas los exjefes de las Farc rindan cuentas de sus bienes. Los mismos deben ser utilizados para reparar a las víctimas del conflicto armado, que en el caso de las Farc se cuentan por miles de colombianos.

Si bien es cierto que el Estado debe contribuir con la reparación de las víctimas, también lo es que quienes se levantaron contra él y se valieron de prácticas criminales aberrantes, como el secuestro y la extorsión, también deben hacerlo. Así quedó consignado en el acuerdo final de La Habana. Pero las Farc no han cumplido con su parte. Los bienes reportados e inventariados por ellas son irrisorios, como en su momento los calificó el fiscal Néstor Humberto Martínez Neira.

¿Dónde están el oro y los millones de dólares que dice Romaña que le entregó a Carlos Antonio Lozada? ¿Qué sabe el Estado colombiano de esa fortuna? ¿Qué sabe la JEP? ¿Qué les han dicho a las víctimas? Son muchas las preguntas que surgen con la carta de Romaña y quienes deben responderlas son sus antiguos compañeros de lucha armada, entre ellos el senador Carlos Antonio Lozada.

¿Contará Romaña la verdad que Lozada oculta?

En su carta Romaña se refiere a algunos “punticos” que debería aclarar el senador Carlos Antonio Lozada, entre ellos el de un supuesto plan para asesinar a “Naranjo”, quien podría ser el ex director de la Policía general Óscar Naranjo, nombrado por el presidente Santos negociador en La Habana. Es decir, el general Naranjo se habría sentado en la mesa con quienes habrían diseñado un plan para asesinarlo en sus años de combatientes.

Habría que hablar –dice Romaña– de apartamentos, balnearios, casas, lotes, infraestructura en la capital para trabajo urbano, o de los apartamentos para instalar punto 50 para dar de baja a Naranjo, o de los RPG que están en Bogotá, de todo lo cual conoce y tiene manejo Carlos Antonio sin que ello aparezca en ningún inventario o tenga registro”. Si uno de los pilares que soportan la negociación de La Habana es la verdad, entonces habría que decir que ya es hora de que los exjefes guerrilleros de las Farc cuenten toda la verdad de sus crímenes.

Depender de las amenazas o los chantajes de sus antiguos compañeros en el monte es arriesgarse no solo a perder la poca credibilidad que tiene la negociación, sino comprometer la suerte de la propia JEP, cuyos resultados son cuestionados por sectores influyentes de la opinión pública. Inclusive, el propio expresidente Santos pidió mayor celeridad por parte de esta Jurisdicción Especial. Ya es hora de que los exjefes de las Farc digan la verdad, ¿o prefieren que sus cómplices la cuenten y dejen en evidencia su indolencia con sus víctimas, su cinismo y su ambición?

¿Dónde están las tierras de las Farc?

La carta de Romaña a los antiguos jefes de las Farc, que hoy ocupan curules en el Congreso y cargos directivos en el partido político que nació de la negociación de La Habana, confirmaría lo que la gran mayoría de los colombianos piensan: que los jefes de las Farc no han dicho toda la verdad no solo sobre su actuación criminal en el narcotráfico, secuestros y reclutamiento de menores, sino sobre sus bienes.

Yo tengo muchos secretos que como revolucionario creo que deben quedar en ese cofre de silencio. Pero ustedes parece que con tal de arrimarse más al Gobierno han decidido desatar una campaña de desprestigio en público y en privado. Para no ir muy lejos, por ahí estuve escuchando todo lo que fueron a decirle a los estudiantes de La Habana, y qué tal entonces que yo me ponga a responder en público cómo es que son las cosas. Cuándo, cómo y para qué se adquirieron las tierras de las cuales Carlos tiene todo el inventario y la ubicación”.

¿De qué tierras habla Romaña? ¿Por qué esas tierras no fueron incluidas en la lista de bienes que las Farc anunciaron que entregarían para reparar a las víctimas? De haber sido incluidas, Romaña no se referiría a ellas y no diría que “Carlos tiene todo el inventario y la ubicación”. ¿Qué tiene que decir el hoy senador Carlos Antonio Lozada sobre este señalamiento de Romaña. ¿Qué dice la Fiscalía? ¿Qué dice la JEP, ante la cual deben comparecer todos los exjefes de las Farc a contar la verdad sobre su actuación criminal? ¿La verdad de las Farc no incluye sus tierras o las tierras de quienes fueron sus comandantes?

Y por último, cuando Romaña cuenta en su carta lo contento que estaba Lozada en el campamento de Santo Domingo por “coronar” y no precisamente a la reina de Colombia, ¿de qué “coronar” habla?

Las cuentas de cobro de Romaña

Cuando las autoridades descubrieron un plan para, al parecer, asesinar a Timochenko, el hoy presidente del partido Farc no dudó en señalar a Iván Márquez y Romaña de estar detrás de la acción criminal. Y aunque Romaña dice en su carta que “nunca voy a levantar la mano contra alguien que haya sido mi compañero de lucha”, lo cierto es que luego de su deserción para volver al monte las relaciones entre los antiguos compañeros de lucha armada habrían llegado a un punto de no retorno. De hecho, ahora es Romaña quien señala a Lozada y demás exjefes guerrilleros de querer asesinarlo.

¿Qué hay detrás? El enfrentamiento no solo sería por los bienes de las antiguas Farc, sino también por la autoría de los crímenes cometidos contra exintegrantes de las Farc. “(...) Ninguna gracia tiene que ustedes, para congraciarse con el Estado –dice Romaña– nos echen la culpa de las muertes que se están produciendo contra la militancia de la Rosa y la dirigencia popular. Solo falta que digan que el chulo que mató a Dimar era un guerrillero que se disfrazó de soldado para cometer el asesinato”. La carta de Romaña –así como su tono chantajista y amenazante– tendría la aprobación de los demás comandantes de la llamada “Segunda Marquetalia”, entre Márquez y Santrich. “¿Qué tal que nos pusiéramos a hablar de las causas de las muertes de otros comandantes?”.

Esta es otra pregunta que llama la atención en la carta de Romaña. ¿De qué muertes habla y –sobre todo– de qué comandantes? La pregunta que por ahora no tiene respuesta.

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