








Galería: la hipersalinidad hecha negocio
Los recolectores de sal aprovechan la sequía y el ingreso del mar a la tierra para crear salinas (parcela con agua de mar). En ellas se deja evaporar el agua para que quede solo la sal, que luego será vendida. Es recogida con palas de plástico y se deja secar al sol y el viento por varios días. Los sacos se vende entre $2.500 y $8.000, dependiendo del comprador y la cantidad.