
Parrilleros haciendo malabares para no caerse de la moto mientras con una de sus manos agarran una canasta de cerveza. Picós a todo volumen. Esquinas llenas de hombres libando el agridulce ‘jugo de cebada’. Este fue el panorama observado el domingo en barrios como El Bosque, Carrizal y Nueva Colombia, donde varios de sus habitantes recibieron subsidios por 880 mil pesos por su condición de afectados del invierno de 2010 en Barranquilla.
Tal como se sospechaba por un grupo de los mismos beneficiarios, algunos de los que recibieron las ayudas de Colombia Humanitaria utilizaron parte de los 600 mil pesos destinados a cancelar los arriendos atrasados para comprar licor. Parecía víspera de Carnaval.
En cambio, con los dineros girados para la compra de alimentos no se pudieron meter, ya que la tarjeta débito que se les dio solo podía ser canjeada por alimentos en las supertiendas Olímpica.
'Verlos nos da rabia. A muchos de nosotros lo que nos dieron no nos alcanzó para cubrir lo que debíamos, mientras otros malgastan el subsidio en parranda', se quejaba Flor Martínez, damnificada de Carrizal.
Ante esta situación, Damián García, secretario de Planeación de Barranquilla, aseguró que exigieron los contratos de arriendo y la cédula de los beneficiarios para entregar las ayudas, con lo que se demostraba que en realidad sí necesitaban los subsidios de arriendos.
'Como en todo el país los censos de damnificados no estaban plenamente confirmados por lo que se permitió la entrega de los dineros directamente a los beneficiarios. Por eso, para los próximos subsidios, los dineros se les girarán directamente a los propietarios de las viviendas arrendadas para asegurar que esos recursos no tomen otra destinación diferente que la de comer y pagar el arriendo, informó García.
Mónica Sí. No todos los beneficiarios malgastaron su dinero. Mónica Carrillo, damnificada del barrio El Bosque, le mostró a EL HERALDO la factura de paz y salvo de los tres meses de arriendo de la casa que habita hace tres meses en la calle 57 número 8-115.
La mujer, madre de tres hijos, cuenta que a pesar de que aún tiene varias deudas, la ayuda de Colombia Humanitaria fue un gran alivio. 'Muchas veces dejamos de comer para pagar recibos, por eso el que nos dieran comida y dinero para el arriendo nos sirvió mucho', aseguró Mónica quien añadió que, sin ser desagradecida, el Distrito debería buscarles una solución definitiva, 'como unas casas de interés social. Porque lo de uno es de uno'.
Por Pedro Plata Acevedo



















