Comunidad wayuu pide reactivación de proyecto para aliviar la desnutrición infantil

La comunidad wayuu Juyasirrain espera desde febrero la respuesta a un derecho de petición para que se reactive la iniciativa comunitaria étnica denominada “Producción de alimentos a base de trupillo como soberanía alimentaria y nutrición infantil”, ya que afirman que ayudará a mitigar la   desnutrición infantil en Uribia.

Este fue enviado a la directora del Agencia Nacional de Tierras Myriam Martínez Cárdenas y a la directora de Asuntos Indígenas de la entidad Lena Tatiana Acosta.

La autoridad tradicional de esta comunidad Miguel Almazo Pushaina, quien es el peticionario afirma que la  Agencia   aprobó una financiación para el proyecto, pero no ha cumplido con los plazos de ejecución.

“No se hicieron las contrataciones necesarias y se cambió el equipo de trabajo desde que el 31 de marzo del 2017 fecha en que se emitió la resolución que estableció la financiación y cofinanciación”, indicó.

Agrega que la nueva directora de Asuntos Étnicos de la agencia Lena Tatiana Acosta “desconoce los actos administrativos de los anteriores trabajadores que pidieron se construyera una infraestructura para la ejecución del proyecto, algo que fue aprobado para estar en la zona urbana y después dijeron que ahí no se podía”.

El derecho de petición lo hace porque dice que se están violando los derechos    a la salud, en conexidad con el derecho a la vida,   a la honra, al buen nombre, a la alimentación y para pedir la protección especial de los niños indígenas de esta comunidad. 

Almazo explica que la comunidad es quien firma los contratos, pero la agencia debe firmar los oficios de pago y contratar la maquinaria y los equipos.

“Esta iniciativa es muy importante porque nos permite volver a nuestros alimentos tradicionales y combatir la desnutrición infantil que afecta a las familias, esperamos a futuro poder vincular más comunidades para que se beneficien de esta opción de alimentación tradicional y contrarrestar los índices de desnutrición y mortalidad infantil en los  resguardos de Alta y Media Guajira”, argumenta.

Añade que en su comunidad hay niños que están en condiciones de desnutrición y que el año pasado hubo dos muertes de menores de cinco años por esta causa.

Son sesenta las familias que se beneficiarán y 500  niños del centro etnoeducativo que queda en la zona.

El proyecto tiene un costo de $385 millones, de los cuales $35 millones son de contrapartida de la comunidad y $50 millones de la Fundación Cerrejón representados en bienes y servicios.

“Ya suspendimos tres cosechas de frutos de trupillo recolectadas y almacenadas a la espera del cumplimiento de la agencia”, aseguró.

La autoridad tradicional explicó que los miembros de su comunidad hicieron el trabajo de limpieza de maleza, el embalaje y perdieron el tiempo, ya que tenían la esperanza de transformar el producto en harina para su consumo, pero los frutos se deterioraron al no cumplirse los tiempos previstos.

Las actividades realizadas por la comunidad así como el apoyo en equipos y acompañamiento técnico de La Fundación Cerrejón se establecieron como cofinanciación de la alternativa y se cumplieron.

“Es preocupante que una iniciativa enfocada a la nutrición de nuestros niños no se ha ejecutado en dos años y seis meses, pero por este problema se han presentado  agresiones físicas entre miembros de la comunidad  y amenazas al contratista el cual no ha podido realizar pagos de mano de obra no  calificada a miembros de la comunidad y a proveedores”, asegura la autoridad.