La Fundación Keralty, a través del Proyecto 'A Guajira', trabajó para incrementar la salud y el bienestar de unas 80 familias wayuu de las comunidades de Yorijarú y Kulesiamana, ubicadas en el municipio de Uribia, por medio del fortalecimiento de las herramientas locales y del empoderamiento de sus integrantes.
Gracias a esto, indicó la fundación que en dichas comunidades se ha logrado la reducción del 41% de las infecciones respiratorias agudas y el 38% de los episodios de enfermedad diarreica aguda, y el 100% de las dos poblaciones pone en práctica métodos para potabilizar el agua.
Camila Ronderos, directora de la Fundación Keralty, explicó que, en estas comunidades de la Alta Guajira, para obtener dichos resultados, se han propiciado espacios y diálogos para fomentar el autocuidado en temas de higiene tales como el lavado de manos, uso apropiado del tapabocas, aislamiento preventivo frente algunos síntomas de virus, buenos hábitos de vida y limpieza de los hogares, temas esenciales para frenar la propagación de enfermedades e infecciones.
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Indicó que, de igual manera, en el marco de este proyecto, se trabajó en el desarrollo de un vademécum de plantas medicinales que permite rescatar prácticas ancestrales de las comunidades de la Alta Guajira, para que las personas más jóvenes tengan a la mano los recursos que se han utilizado por varias generaciones para cuidar su salud y sanar diversas patologías. En este sentido, para tratar enfermedades, se han capacitado a los Gestores de Bienestar en el uso de plantas como el malambo, el anamú, el indio desnudo y el dividivi, para tratar las Infecciones Estomacales Agudas; y la bija blanca y el eucalipto, como tratamiento de Infecciones Respiratorias Agudas.
La directora explicó que, para lograr los resultados que se evidencian del Proyecto, se ha realizado un trabajo de campo que ha permitido analizar el manejo de animales, el saneamiento básico, la forma en que se accede al agua potable y la medicina casera. La Fundación Keralty se ha encargado de capacitar los Gestores de Bienestar, que son líderes wayuu, para que sean ellos quienes impulsen al interior de la comunidad la concientización en acciones como utilizar 3 diferentes poncheras para el lavado de la loza, mejorar la manipulación de alimentos y usar fogones altos en espacios abiertos.
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Para priorizar las líneas de acción, se implementó una encuesta de salud que, además, ha permitido tener una trazabilidad de los resultados de las acciones puestas en marcha. Para el 2020, en la comunidad de Yorijarú, el 56% de la población reportó haberse enfermado de diarrea, mientras que, para el 2021 solo el 19% de este grupo enfermó nuevamente. Por otro lado, en la comunidad Kulesiamana, en 2020 el 51% mencionó haber tenido problemas estomacales, mientras que, para 2021, solo el 13% reportó malestares intestinales.
Con respecto a las infecciones respiratorias agudas, las cifras en cada una de las comunidades también mejoraron. En Yorijarú, de los encuestados en 2020, el 85% afirmó haberse enfermado de gripa, mientras que para el 2021 la cifra disminuyó a 52%. Por parte de los habitantes de Kulesiamana, en el 2020 el 85% de la población dijo haber tenido resfriados y en 2021 la cifra se ubicó en 36%.
El agua, al ser un recurso escaso de la zona, abrió el panorama para que los Gestores de Bienestar pudiesen capacitar a la comunidad en métodos de potabilización, como el filtro, hervir este líquido, entre otros. En Yorijarú, en el 2021, el 50% de la población utilizó filtro, el 20% hirvió el agua y el 30% puso en práctica el método SODIS. En Kulesiamana, en el 2021, el 3% utilizó filtro, el 17% hirvió el agua y el 80% usó el método SODIS. Precisamente, el método SODIS es uno de los activos de salud que se replicó con gran acogida en estas poblaciones, pues consiste en aprovechar la radiación solar para potabilizar el agua; este reemplaza métodos que exigen el uso de recursos a los que, en ocasiones, las familias no tienen acceso.




















