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Por lo menos unas 350 hectáreas de bosque seco tropical localizado en los límites de san Juan del Cesar y distracción, ambos en el extremo sur de La Guajira fueron consumidos en su totalidad por un incendio que se produjo en la mañana de este viernes y que fue sofocado solo en la noche gracias al apoyo de bomberos de tres municipios.

Este incendio es el más devastador del último semestre en todo el departamento, afectó localidades como El Pozo de la Vaca, Los Derramaderos, Hatico Viejo y áreas cercanas al puente El Guanábano que son predios adyacentes al sitio donde se encuentran tres batallones del Ejército Nacional.

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No se metieron las llamas a las fincas

La información preliminar que se ha conocido de parte de campesinos que salieron del área indica que, el incendio por fortuna no se metió a las fincas, sino que afectó grandes extensiones de potreros con rastrojos.

Estos son los bosques secos que se encuentran en grave riesgo para su extinción y ahora con las quemas que terminan en incontrolables incendios, el riesgo de que desaparezcan para dar paso a los desiertos se crece mucho más.

El director de Corpoguajira quien se encontraba este sábado en diligencias médicas en Barranquilla, indicó que se había ordenado una comisión de funcionarios expertos de la entidad ambiental para hacer una valoración de los estragos causados por el fuego.

Sin embargo, entrada la tarde de este sábado al área no se había hecho presente funcionarios de esa, ni de otra entidad ambiental.

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Refuerzo de los bomberos

Este viernes el comandante de Bomberos de San Juan debió solicitar ayuda de su homólogo de Villanueva y Fonseca para poder enfrentar el incendio que ya había tomado grandes dimensiones.

La vasta zona por la que corrieron las llamas destruyéndolo todo, era utilizada para el ganado y lo que se prevé es que hayan problemas apenas empiece el verano para el alimento de las millares de reses de San Juan y zona vecina, áreas que se encuentran certificadas como enteramente ganaderas.

Los ganaderos indican que los propietarios de la zona ahora tienen un problema más grave que el que les ha dejado cualquiera de los veranos agresivos de los últimos años y son áreas en las que se causaron daños con costos ambientales difíciles de calcular.